Masanobu
Fukuoka creía que una menor intervención en la tierra conducía a mejores
cosechas
Masanobu
Fukuoka (1913-2008) se expresaba enérgicamente. “No me gusta la palabra
trabajo”, respondió cuando le preguntaron por la filosofía del no hacer
(wu wei) que inspiró su método de agricultura natural. “Los seres
humanos son los únicos animales que tienen que trabajar y esa es la cosa más
ridícula del mundo. Otros subsisten simplemente viviendo, pero la gente trabaja
como loca pensando que debe hacerlo para poder estar viva”.
No
es que Fukuoka fuera un perezoso: fue un incansable investigador de los procesos
naturales. Simplemente estaba convencido de que una menor intervención del
agricultor conducía a mejores resultados. Lo demostró en su granja de Kochi, en
la isla de Shikoku. Con sus prácticas de retorno a la naturaleza y mínimo
impacto (sin empleo de maquinaria, combustible fósil, químicos, compost o poda)
consiguió algo insólito: un rendimiento igual o mayor que el de cualquiera de
la granjas productivas de Japón sin contaminar y mejorando la fertilidad de la
tierra.
Las
investigaciones de Fukuoka arrancaron en la década de los treinta. Tenía 25
años y una neumonía le provocó una crisis existencial que le llevaría a tomar
una decisión trascendental: abandonaría su trabajo de fitopatólogo del
Departamento de Aduanas de Yokohama, dejaría atrás un futuro prometedor en la
Administración nipona y se instalaría en una cabaña en la granja familiar para
experimentar sobre el terreno.
Allí,
en lugar de preguntarse qué más podía hacer para incrementar la producción,
Fukuoka se preguntó qué podía dejar de hacer. Y llegó a la conclusión de que
pocas prácticas agrícolas eran necesarias. “Si se le da una oportunidad a la
naturaleza, ella lo hace todo por su cuenta. ¡Nosotros no cultivamos la comida,
la naturaleza cultiva la comida!”.
En
los setenta, la vida del japonés tomó, de nuevo, un giro inesperado. La
publicación de su obra más famosa, La revolución de una brizna de paja,
coincidió con la primera crisis del petróleo en Japón. De la noche a la mañana,
había que buscar métodos alternativos y Fukuoka tenía uno. Tras cuarenta años
de trabajo anónimo, empezó a viajar por los cinco continentes compartiendo sus
teorías naturales y ecológicas.
Fukuoka
fue un autor radical y visionario: su filosofía y sus métodos de agricultura
natural sacudieron el paradigma aún hoy dominante de la agricultura industrial
e impulsaron el auge de la agricultura ecológica y la permacultura, disciplinas
que lo consideran su abuelo. Ahora, gracias a un exitoso crowdfunding,
acaba de publicarse en castellano la octava y última obra de Fukuoka, Sembrando
en el desierto (Cauac Editorial Nativa), en la que se recogen las
investigaciones de sus numerosos viajes para la regeneración vegetal de los
desiertos.
En
uno de ellos, en 1998, recaló en Mallorca. “No entiendo cómo a los turistas les
puede gustar un sitio que muy pronto será un desierto”, dijo provocador. En la
isla dejó huella y algunos discípulos. Desarrolló varios proyectos de
regeneración y reforestación junto al diseñador Guillem Ferrer y el permacultor
Julio Cantos. Ambos se grabaron a fuego los consejos del sabio agricultor y
todavía hoy tratan de aplicarlos a sus iniciativas: “Observar a la naturaleza,
imitarla humildemente y actuar sólo cuando es estrictamente necesario”.
29 MAR 2016 - 00:00 CEST EL PAIS
Masanobu Fukuoka.
El Método Fukuoka en el Huerto
Sandra
Díaz 23 Enero 2015
El Método
Fukuoka es una práctica de cultivo desarrollada por Masanobu
Fukuoka, un agricultor, biólogo y filósofo japonés, cuya idea esencial era
la de reproducir las condiciones naturales en el cultivo tan fielmente
como fuera posible de modo que el suelo se
enriqueciera progresivamente y la calidad de los alimentos cultivados aumentase
sin ningún esfuerzo añadido. Fukuoka llamaba a este método de cultivo
“Agricultura natural” y por su filosofía, se engloba dentro de la Permacultura. Vamos
a conocer un poco más sobre ello.
Masanobu
Fukuoka en cultivo de cereal en su granja (Fuente: www.onestrawrevolution.net)
Masanobu
Fukukoka
Masanobu
Fukuoka nació en 1913 en la Ciudad de Iyo, al sureste de Japón. Provenía de una
familia de agricultores, y comenzó su carrera profesional como edafólogo,
dedicándose al estudio del suelo, y posteriormente al estudio de las enfermedades
vegetales. Fue desde muy joven cuando comenzó a preguntarse si los métodos de
cultivo de la época eran los más adecuados, e inició la búsqueda de un método
de cultivo ideal, encaminado hacia un desarrollo natural de las plantas sin
intervenciones humanas innecesarias. Esto le hizo abandonar su puesto de
científico para volver a su granja familiar e iniciar sistemas de cultivo
ecológicos. Tras mucho estudio llegó al método que hoy conocemos como “Método
Fukuoka“ y al que dedicó el resto de su vida. Esta propuesta para
una forma de agricultura ecológica y natural fue presentada de sus libros La
Revolución de una Brizna de Paja y La Senda natural del
Cultivo.
M.
Fukuoka (Fuente: www.lolandesenvolante.net)
“Sólo
hay una cosa que existe: que todo es uno. También descubrí que no hay nada que
exista en este mundo, esta es la idea que he seguido. He intentado entrar cada
vez más en los detalles de lo más profundo de la NADA. La única gran idea que
tuve a los 25 años es que todo es lo mismo.” Fukuoka, M.
Los
principios de su método se desarrollan a partir de la filosofía de la nada, del NO-HACER, o
intervenir sólo hasta donde sea necesario, y lo mínimo posible, en los procesos
naturales, para conseguir que la fuerza propia de la Naturaleza potencie los
resultados en condiciones óptimas. La intuición de que gran parte de los
trabajos que los seres humanos llevan a cabo son innecesarios y destructivos,
le hizo poner todo su empeño en descubrir una fórmula que subsanase ambas
deficiencias, sin agotar los recursos de la Tierra para producir alimentos de
buena calidad y abundancia.
Cultivar
siguiendo el Método Fukuoka
Como
ya hemos dicho, la esencia del Método Fukuoka es ayudar a conseguir las
condiciones más naturales posibles, dentro de que el cultivo es algo
“artificial”, y hacerlo con la mínima intervención por parte del ser
humano. Su sistema se basa en respetar, e incluso potenciar, los
ciclos naturales, de manera que éstos aseguran una mejor calidad del
crecimiento de las plantas, mediante sencillas intervenciones en el momento
adecuado.
Masanobu
Fukuoka esparciendo Nendo dango (Fuente: www.onestrawrevolution.net)
Principios
del Método Fukuoka
El
Método Fukuoka se basa en una serie de principios, la mayoría también
utilizados en agricultura ecológica convencional:
No
arar:
Con el fin de preservar la estructura y fauna del suelo, así como mantener en
condiciones óptimas la composición y humedad del mismo.
No
usar abonos ni fertilizantes: Regenerar la fertilidad
de la tierra como en cualquier sistema natural, mediante la interacción de la
biodiversidad y minerales del ecosistema.
No
eliminar malas hierbas ni usar
herbicidas: Los herbicidas perjudican el desarrollo del
ecosistema. Fukuoka propone el control de la vegetación adventicia
mediante la interacción entre plantas, enriqueciendo la biodiversidad del
suelo. En lugar de arar o desherbar el campo, lo recubre con restos de las
plantas cultivadas en la cosecha anterior, de forma que se crea un compostaje
natural, que conserva la humedad y los nutrientes e impide la
proliferación de hierbas no deseadas.
No
usar pesticidas: también matan la riqueza natural del
suelo. La presencia de insectos puede equilibrarse en un cultivo, por ejemplo,
con enemigos naturales.
No
podar: permitiendo a las plantas seguir su
desarrollo natural.
Aumento
de la biodiversidad del ecosistema: Evitando el
monocultivo. Las plantas conviven en comunidades, se
complementan simbióticamente, compiten y se ayudan mutuamente. En el
policultivo las diferentes especies se relacionan creando una simbiosis
rotativa natural.
Nendo
dango: Fukuoka ideó un sistema que permite
sustituir el arado, así como los espantapájaros y otros métodos, basado en
bolitas de arcilla que se utilizan para sembrar. Para ello, introduce semillas
dentro de bolas de 1,5 cm y las esparce por el campo de cultivo. Estas bolas se
deshacen con las lluvias, lo que permite a la semilla brotar, mientras que,
hasta entonces, se encuentra protegida por esa capa de arcilla de animales y
condiciones adversas. En la mezcla de semillas vienen incluidas las
semillas del cultivo que se desea junto a las de otras plantas (principalmente
trébol blanco).
Éstas
germinan antes que el cultivo, creando una fina capa que limitará el desarrollo
de malas hierbas. En las bolas de arcilla puede incluirse una parte de
abono natural (estiércol u otros) y pimienta de cayena para disuadir a
los animales que quieran alimentarse de ellas.3
Nendo
dango con semilla germinada (Fuente: www.permaculturarioha.worrdpress.com)
Como
véis, el Método Fukuoka se basa en empezar “dando” y luego “recibir” de forma
natural , en lugar de “exigir” a la Tierra hasta
agotarla. Sigue un principio de respeto profundo por las formas de la
naturaleza y la confianza de que ésta puede proveer de lo necesario si sabemos
encontrar el modo de comprender sus ritmos; sin embargo, también es cierto, que
la eficacia de su sistema depende del conocimiento profundo de las
interacciones en el agroecosistema. Normalmente es necesario tiempo hasta
adquirir la técnica o hasta que la tierra agotada recupere sus cualidades, pero
paciencia…¡ cuanto antes empieces antes cogerás experiencia!
DESCARGAR LIBRO La Revolución de una Brizna de Paja de Masanubo Fukuoka:
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