lunes, 19 de junio de 2017

Tres textos de Murray Boockchin sobre ecología social y anarquismo

La ecología social es una visión radical de la ecología

La ecología social es, en las palabras de sus más importantes exponentes "una crítica radical y coherente del actual manejo social, político y antiecológico" así como "una aproximación reconstructiva, ecológica, comunitaria y ética hacia la sociedad".

La ecología social es una visión radical de la ecología y de los sistemas socio-políticos.


Los ecologistas sociales piensan que la crisis ecológica presente es producto del capitalismo. Piensan que no es el número de personas sino la forma en que las personas se relacionan con otras lo que produce las crisis económicas, sociales y ecológicas que el mundo atravisea actualmente. La sobreproducción, el productivismo y el consumismo son los síntomas, no las causas, de un asunto más profundo alrededor de las relaciones éticas.

La ecología social tiene una importante influencia tanto en el ecoanarquismo como en el ecologismo marxista. La ecología social es relacionada con las ideas y los trabajos de Murray Bookchin, quien ha escrito sobre asuntos ecológicos desde los años 1950s y desde los 1960s ha relacionado y combinado estos temas con las del anarquismo societario. Sus trabajos incluyen Post-Scarcity Anarchism, Toward an Ecological Society, The Ecology of Freedom y varios más.

La ecología social localiza los orígenes de la crisis ecológica específicamente en las relaciones de dominación entre las personas. La dominación sobre la naturaleza es vista como un producto de la dominación dentro de la sociedad, aunque esta dominación solo eleva las proporciones de la crisis bajo el capitalismo.



"Pero sigo sin comprender la diferencia entre anarquismo y ecología social ¿Existe realmente una diferencia? -Se le puede atribuir a la expresión ecología social significaciones bien diferentes. No existe realmente una diferencia entre el anarquismo y la ecología social.

Considero a esta última como una tentativa de ampliar el horizonte del anarquismo. No veo una oposición entre ambos; pienso que la ecología social es una extensión del anarquismo hacia una esfera más amplia de intereses humanos, en este período de descomposición de las clases sociales. [...] En el período de descomposición en el que vivimos, el anarquismo debe reconocer que el capitalismo produjo nuevas transformaciones. Las nuevas preocupaciones que generan esos cambios no se corresponden más con la división entre clases tradicionales. Se trata de preocupaciones relativas a la guerra, la paz, el medio ambiente, las nuevas tecnologías, nuevas instituciones, la reducción del poder de las personas frente al crecimiento del poder del Estado y de los monopolios transnacionales. La ecología social trata de expresar ese nuevo horizonte y desarrollar esos intereses por las cuestiones generales y darles una coherencia teórica y una significación programática, práctica y política".

Murray Bookchin
24/04/2008

Entrevista a Murray Bookchin
http://es.scribd.com/people/view/3502992-jorge
“Compilación de escritos” de Murray Bookchin




Nosotros los verdes, nosotros los anarquistas
Murray Bookchin

Hoy en día nuestra relación con el mundo natural está atravesando una fase crítica que no tiene precedente en la historia de la especie humana. Recientes estudios sobre el 'Efecto Invernadero' conducidos en los Estados Unidos, demuestran que tenemos que encontrar desde ahora la manera de hacer disminuir el porcentaje de monóxido de carbono presente en la atmósfera en la cual vivimos. En caso contrario, no solamente se presentarán graves mutaciones químicas, sino que la misma sobrevivencia de la especie humana estará en grave peligro.

No se trata nada más de un problema de contaminación por los venenos con los cuales nos alimentamos. La alteración de los grandes ciclos geoquímicos podría poner fin a la vida humana sobre este planeta. Por mi parte estoy consciente de la necesidad de reaccionar inmediatamente para contrarrestar los procesos que están dañando la tierra. Soy totalmente solidario de muchos de los grupos ambientalistas, y en los últimos 30 años he estado involucrado cotidianamente en actividades para la defensa del ambiente: contra las centrales nucleares, contra la construcción de nuevas carreteras, contra la destrucción del suelo y el uso incontrolado de pesticidas y de biocidas, y por la promoción del reciclaje y de un crecimiento cualitativo y no sólo cuantitativo.



Estos problemas ambientales me han preocupado por años y por décadas, tanto como hoy en día me siguen preocupando. Estoy de acuerdo con ustedes sobre la necesidad de bloquear los reactores nucleares y de poner fin a la contaminación de la atmósfera, de las tierras agrícolas, de los cultivos, o sea de liberarnos de los venenos que se están difundiendo sobre todo el planeta y que ponen en peligro a nuestra especie y a toda la vida. Comparto con ustedes todo esto, pero me gustaría que fuéramos un poquito más allá con nuestros planteamientos.

De hecho pienso que es esencial el empujar siempre más allá de nuestro cuestionamiento, porque no podemos seguir poniendo más parches aquí y allá que no resuelvan los verdaderos problemas. Posiblemente logremos un día hacer cerrar una fábrica que inquina la atmósfera. Pero al final, ¿qué logramos?: una nueva central nuclear. Vivimos en un mundo basado en el intercambio de contrapartidas, y nos seguimos comportando de acuerdo a esas leyes. Definitivamente, pasando de un mal mayor a un mal menor y de un mal a otro mal, seguimos empeorando la situación general.

No se trata sólo de una cuestión de plantas para la producción de energía, por más importantes que éstas sean; ni tampoco el problema de los gases contaminantes; tampoco el problema está en los daños que causamos a la agricultura, o el congestionamiento y la contaminación de los centros urbanos.

El problema es otro más grave: estamos simplificando el planeta. Estamos disolviendo los ecosistemas que se formaron en millares de años. Estamos destruyendo las cadenas alimenticias. Estamos rompiendo las ligas naturales y llevando al reloj evolutivo a un atraso de millones de años en el tiempo, a las épocas en las que el mundo era mucho más simple y no se encontraba en la posibilidad de sostener la vida humana.



Una visión del mundo más coherente
“Compilación de escritos” de Murray Bookchin

No se trata nada más de tecnología, aún si el control tecnológico es muy importante. Es claro  que necesitamos una tecnología nueva. Necesitamos una tecnología basada en la energía solar y en la eólica, y necesitamos nuevas formas de agricultura. Sobre esto, no hay dudas, estamos todos de acuerdo. Pero existen problemas de fondo mucho más graves que aquellos creados por la tecnología y el desarrollo moderno. Tenemos que buscarlos en las raíces mismas del desarrollo. Y primero que nada tenemos que buscarlos en los orígenes de una economía basada sobre el concepto de 'crecimiento': la economía de mercado; una economía que promueve la competencia y no la colaboración, que se basa en la explotación y no en el vivir en armonía. Y cuando digo vivir en armonía entiendo no solamente el hacerlo con la naturaleza, sino entre la misma gente.

Tenemos que empujar hacia la construcción de una sociedad ecológica que cambie completamente, que transforme radicalmente nuestras relaciones básicas. Mientras que vivamos en una sociedad que marcha hacia la conquista, al poder, fundada en la jerarquía y en la dominación, no haremos nada más que empeorar el problema ecológico, independientemente de las concesiones y pequeñas victorias que logremos ganar. Por ejemplo, en California, nos han donado algunas hectáreas de árboles, y luego han talado bosques completos. En Europa están haciendo la misma cosa.

Prometen acabar con las lluvias ácidas, y las lluvias ácidas siguen cayendo. Deciden poner en el mercado alimentos naturales, no contaminados por los pesticidas, y efectivamente el porcentaje de veneno disminuye, pero lo poco que queda está constituido por los venenos más peligrosos para el organismo.

Nuestro problema no es solamente de mejorar el ambiente, o de parar las centrales nucleares, de bloquear la construcción de nuevas carreteras, o la construcción, expansión y sobrepoblación en las ciudades, la contaminación del aire, del agua y de los alimentos. La cuestión que tenemos que enfrentar es mucho más profunda.



Tenemos que llegar a una visión del mundo mucho más coherente. No tenemos que ponernos a proteger los pájaros olvidándonos de las centrales nucleares, y tampoco luchar contra las centrales nucleares olvidándonos de los pájaros y de la agricultura. Tenemos que llegar a comprender los mecanismos sociales y hacerlo de una manera coherente.

Tenemos que enfocarlos en una visión coherente, una lógica que prevé a largo plazo una transformación radical de la sociedad y de nuestra misma sensibilidad. Hasta que esta transformación radical no empiece, lograremos cosas pequeñas, de poca importancia. Venceremos algunas batallas pero perderemos la guerra, mejoraremos algo, pero no obtendremos ninguna victoria. Hoy en día vivimos el momento culminante de una crisis ambiental que amenaza nuestra misma sobrevivencia, tenemos que avanzar hacia una transformación radical, basada en una visión coherente que englobe todos los problemas. Las causas de la crisis tienen que aparecer claras y lógicas de manera que todos -nosotros incluidos- las podamos entender. En otras palabras, todos los problemas ecológicos y ambientales son problemas sociales, que tienen que ver fundamentalmente con una mentalidad y un sistema de relaciones sociales basadas en la dominación y en las jerarquías. Estos son los problemas que nos ofrece hoy en día la gran difusión de la cultura tecnológica.

¡Qué tienen que hacer entonces los Verdes? Primero que todo tenemos que clarificarnos las ideas. Tenemos que evidenciar las relaciones existentes entre los problemas ecológicos y los problemas sociales.







1 comentario:

  1. Coincido plenamente con los planteamientos del amigo Murray.
    Aquí dejo una propuesta en ese sentido en la que estoy trabajando, la cual espero les sea de alguna utilidad:

    OTRA MANERA DE SALVAR AL MUNDO
    Si eres administrador o visitante de este sitio, posiblemente te encuentras entre quienes, por vocación, se ocupan de buscar soluciones a los problemas ambientales y sociales de nuestras comunidades. Tal vez escribes o haces películas sobre el tema, o participas en algún proyecto o grupo de presión u opinión. Tu labor es fundamental para la difusión de ideas y la toma de decisiones. No obstante todas esas buenas acciones, el deterioro del ecosistema y la conflictividad humana siguen aumentando peligrosamente. Nosotros queremos dar nuestro aporte con una idea novedosa que pensamos pudiera contribuir a acelerar la implementación de cambios esenciales para prevenir el colapso de la humanidad, científicamente pronosticado.
    Se trata de diseñar una ciudad ideal, la cual posea todas las características de infraestructura y organización correspondientes a la sociedad sostenible que deseamos para nosotros y nuestros descendientes. Esta urbe, presentada en forma de maquetas, series animadas, largometrajes, video juegos y parques temáticos a escala real, serviría de modelo a seguir para generar cambios positivos en nuestros asentamientos humanos a escala global.
    Creemos que es indispensable dar más importancia a la presentación de modelos perceptibles por los sentidos, lo cual puede generar un impacto mucho mayor que la teoría por sí sola.
    Te advertimos que el modelo de sociedad que tenemos en mente difiere radicalmente, en algunos aspectos cruciales, del tipo de organización humana al que nos hemos acostumbrado durante siglos, pero estamos seguros de que solo cortando de raíz unas cuantas malas costumbres instauradas a fuerza de la manipulación de sectores económicos, religiosos y políticos, podríamos tener alguna esperanza de futuro.
    Si te interesa este proyecto, te esperamos en nuestro sitio web https://elmundofelizdelfuturo.blogspot.com/
    donde estamos trabajando en ese sentido.
    Atentamente, César Emilio Valdivieso París

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