jueves, 26 de noviembre de 2015

El cambio climático desafía el desarrollo en la India - Fernando Travieso y Magaly Irady


En India habita 30% de los pobres del mundo, condición aplicable a aquellas personas que sobreviven con menos de 2 dólares por día. En ese país, con una población de 1.300 millones de habitantes, la segunda del mundo después de China, 304 millones de personas no tienen acceso a la electricidad y de ellos, 92 millones no tienen la posibilidad de beber agua potable.
Como si esto fuera poco, el país está comenzando a ser golpeado fuertemente por el cambio climático, cuyos efectos se han acentuado en la última década, produciendo enormes impactos: cambios en los patrones de los monzones –vientos anuales responsables de 70% del agua de lluvia en India– que amenazan el sustento de 600 millones de personas; aumento de las temperaturas que no solo ponen en riesgo la vida de otras 150 millones de personas por la elevación de los niveles del mar, sino que alteran los procesos naturales de formación de hielo y nieve de los glaciares de los Himalayas, con un enorme impacto sobre los ríos, los ecosistemas y la biodiversidad de la región, y sobre los medios de subsistencia de millones de personas. 
Cálculos de Naciones Unidas prevén que India alcanzará los 1.500 millones de personas en 2030 desplazando a China como el país más poblado del mundo, pero si en los 15 años que lo separan de ese momento el país intenta salir de la pobreza basándose en combustibles fósiles, como lo ha hecho China, podría acabar con cualquier posibilidad de prevenir una catástrofe ecológica de escala mundial. Esta afirmación ha sido ratificada por un reciente informe del Banco Mundial donde se plantea que economías como las de China e India deben prescindir totalmente del petróleo y del carbón para su producción de electricidad alrededor de 2050, y de ahí en adelante lograr emisiones negativas usando las tecnologías existentes para la captura de CO2 de la atmósfera y aumentando significativamente la extensión de sus bosques.
Esto significa un inmenso desafío que obligaría a la India a cambiar sus planes actuales para reducir la pobreza, basados en crecer a cualquier costo, por un modelo de desarrollo que implemente políticas capaces de mitigar los riesgos ambientales, lo que conduce necesariamente a considerar el apoyo conceptual, tecnológico y financiero de los países desarrollados para llevar adelante tales acciones. Tal parece ser la única forma de prevenir una catástrofe climática global, toda vez que el planeta no resistiría el incremento de emisiones de gases de efecto invernadero que se produciría si millones de personas se incorporan al consumo mediante patrones no sustentables.
La buena noticia es que, según los economistas del Banco Mundial, si se utilizan las políticas correctas, la reducción de emisiones puede lograrse de manera que beneficie a los pobres, por ejemplo, usando los ingresos de los impuestos al CO2 para pagar por el seguro social. De acuerdo con las proyecciones de ese organismo, en ese caso, el peor de los escenarios climáticos añadiría solamente 3 millones de pobres a la India para 2030, pero continuar con las políticas erradas significarían 42 millones más.
Las mejores cabezas de la India parecen estar cada vez más convencidas por esta lógica. Un estudio del prestigioso Instituto Nacional de Estudios Avanzados de Bangalor afirma que la posición defensiva tradicional no ha servido a los mejores intereses del país, concluyendo que el gobierno debe considerar el desarrollo de una economía verde no como una amenaza a sus planes de desarrollo sino, por el contrario, como una oportunidad para construir un hábitat mejor –el actual está gravemente dañado y contaminado–, para generar nuevos empleos y para mostrar al mundo su capacidad tecnológica.
Aunque el Banco Mundial asegura que las metas verdes planteadas son absolutamente logrables, la opinión pública india, en general, no está convencida, lo cual dificulta la implementación de los proyectos verdes. Habrá que observar de cerca lo que pase en ese importante país para analizarlo y sacar las conclusiones necesarias ya que lo que está en juego es demasiado importante.

FERNANDO TRAVIESO Y MAGALY IRADY26 DE NOVIEMBRE 2015 - 12:01 AM EL NACIONAL


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