Cada año se desperdician 100 millones de
toneladas de comida en la Unión Europea. Abundan irracionales motivos estéticos
Existen dos tendencias a la hora de comprar frutas y
verduras. La primera es ir al supermercado y detenerse frente al estante de la
pieza más hermosa; elegir, de entre ellas, la que destaca aún más, por
brillante y colorida. La segunda consiste en comprar en tiendas de barrio o
ecológicas, también en supermercados, pero sin reparar en el aspecto físico del
alimento: ¿qué más da que sea fea, si sabe bien? Los que pertenecen al segundo
grupo (los menos) están implicándose activamente en la lucha contra el
desperdicio de alimentos, que según Food
Waste, de la Comisión Europea, se cifra en casi 100 millones de
toneladas al año en la UE (con una previsión de 120 millones para 2020).
Algunos supermercados también se suman a la batalla.