Contaminación, residuos, urbanismo descontrolado y destrucción de espacios naturales. Varias son las asignaturas pendientes en conservación y protección
Hotel El
Algarrobico; balsas de fosfoyesos de Huelva; contaminación atmosférica en La
Línea,Barcelona y Madrid; lince ibérico, golondrina común; olmos ibéricos… Llegados
a un nuevo Día Mundial del Medio Ambiente, su protección y conservación en
España continúa con varias asignaturas pendientes de aprobar. Pero estos
nombres propios son solo la punta de un iceberg que engloba contaminación,
residuos, urbanismo descontrolado y destrucción de espacios naturales.
EMISIONES
El último
informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS) sobre ciudades que superan
los niveles de emisión de contaminantes marcados por este organismo,
especialmente partículas en suspensión (PM10), señala a La Línea de la
Concepción (Cádiz)
como la que cuenta con peor calidad del aire de las 46 ciudades españolas
analizadas. Le siguen Barcelona y Madrid.
Nube de contaminación sobre Madrid. CARLOS ROSILLO
De los 3,7
millones de personas que mueren al año por enfermedades derivadas de la
contaminación, 16.000 pertenecen a España. A través del informe Perfil ambiental de
España 2012, el
Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente (Magrama) defiende que
“la calidad media del aire ponderada con la población en los municipios mayores
de 50.000 habitantes no presenta superaciones de los valores legislados”. Pero
habla de calidad media.
El propio
Federico Ramos, secretario de Estado de Medio Ambiente, reconoce en el mismo
informe que “el análisis debe interpretarse con toda la cautela posible, ya que
no excluye que en determinados momentos y puntos concretos de las ciudades se
puedan sobrepasar valores límite y objetivos establecidos”. Otro estudio, La calidad del aire en el
Estado español durante 2012,de
Ecologistas en Acción, reflejaba que la población que respira aire contaminado
por encima de los valores legales es de 17,3 millones de personas, un 37% del
total.
BASURA
Los 120 millones
de toneladas de fosfoyesos, residuos altamente peligrosos derivados de la
fabricación de fertilizantes depositados por
Fertiberia en la ría
de Huelva, conforman uno de los mayores puntos negros no solo de España, sino
también de la UE.
El vertido de residuos químicos en el embalse
de Flix (Tarragona),
ahora en proceso de reparación, y los cientos de millones de residuos mineros
que han colmatado la bahía de
Portmán (Murcia) son
también restos de una actividad industrial nada sensible con el medio ambiente.
Es cierto que la mayoría proceden de hechos del pasado, pero aún hoy quedan
repartidas por toda España 525 balsas y escombreras abandonadas con residuos
mineros.
Balsa
de lodos contaminados en la bahía de Portmán, en Murcia. HORST OSSINGE
Alodia Pérez,
del área de Recursos Naturales y Residuos de Amigos de la Tierra, enumera los
puntos débiles de la gestión de residuos que aún deben solventarse: “La
incineración de residuos, que tienen a la planta de Palma de Mallorca y a las
cementeras, donde se queman incluso neumáticos usados, como máximo exponente;
los vertederos ilegales, con una diligencia abierta por la Comisión Europea a
España por 11 de ellos, y la falta de prioridad para la reducción y
reutilización”.
La gestión de
los residuos electrónicos, por su crecimiento exponencial, es otro de los
graves problemas a atajar, y es aquí, entre otros sectores, donde Santiago
Molina, director de Formación del Instituto Superior de Medio Ambiente, ve
necesario aplicar el concepto de economía circular: “La gran mayoría de los
componentes de un ordenador desechado le pueden servir a otras industrias sin
necesidad de extraer nuevos recursos naturales”.
CONSTRUCCIÓN
El hotel de la playa de El
Algarrobico en
Carboneras (Almería) y la urbanización situada en pleno pantano de Valdecañas (Cáceres) se han
convertido en los buques insignia de la edificación “contra natura” en España y
reflejan la extensión del cemento más allá de unos límites lógicos.
Según los datos
catastrales que recoge el informe El perfil ambiental de España
2012,la superficie ocupada por parcelas urbanas ha crecido un 19%
entre 2006 y 2012, y casi el 50% de la superficie del suelo que ha pasado a ser
artificial en España entre los años 2000 y 2005 procedió de zonas agrícolas con
suelos de buena calidad.
El litoral es la
zona más castigada por edificaciones que en su día fueron declaradas ilegales,
pero que con la nueva ley de costas aprobada por el Gobierno pueden quedar
amnistiadas. Los ecologistas denuncian que 140.000 construcciones se
beneficiarán de esta regulación, 13.000 de ellas en plena línea de playa.
NATURALEZA
La
intensificación de la agricultura y la ganadería, y la ausencia de una gestión
forestal adecuada se unen al urbanismo, la contaminación y las infraestructuras
viarias para mantener contra las cuerdas a muchos espacios naturales y a las
especies de flora y fauna que los habitan. Ahora que animales emblemáticos como el lince ibérico, el oso pardo o el
águila imperial ibérica ven mejorar sus poblaciones gracias a las labores de
protección y conservación, hay especies más comunes, como las ligadas a zonas
agrícolas, que disminuyen sus efectivos.
La Sociedad
Española de Ornitología (SEO/BirdLife) ha declarado a la golondrina común Ave del Año 2014 para resaltar el
peligro que supone el descenso continuado de sus poblaciones, que en solo una
década han perdido diez millones de ejemplares. La eliminación de puntos de
nidificación y el uso de fitosanitarios en agricultura están en el origen de
una caída que también afecta a mochuelos, codornices y tórtolas comunes.
AGUAS
Invasión de
especies, contaminación y regulación de los cauces (presas, canales, trasvases,
paseos fluviales, azudes, etcétera) forman el “triplete atacante” que, además
de favorecer también aquí la desnaturalización de los ríos, está diezmando a
especies autóctonas de tendencias acuáticas, como el visón europeo, el
esturión, los galápagos leproso y europeo, y el cangrejo de río.
Aunque se ha
mejorado en calidad de las aguas, la impresión generalizada es que no se va a cumplir con la directiva marco
del agua que implica
llegar a 2015 con un estado óptimo de los cauces. “España ya ha sido sancionada
por la UE por no cubrir la depuración de las aguas de decenas de ciudades de
más de 15.000 habitantes y, si no mejoran las cosas, corremos el riesgo de
recibir otra sanción”, afirma Eduardo Perero, vicepresidente de la Asociación
de Ciencias Ambientales.
Ignacio Doadrio,
profesor de investigación del Consejo Superior de Investigaciones Científicas,
y uno de los mayores conocedores de la fauna fluvial, aboga por “incidir más en
la eliminación de la contaminación difusa procedente de la agricultura y en
evitar la extensión de las especies exóticas de peces, evitando principalmente
el derribo de presas aguas arriba de algunos embalses”.
ENERGÍA
La energía
cuenta con varias zonas oscuras que, por el color, se han visto intensificadas
en los últimos días con la llegada de 600.000 barriles de arenas bituminosas para fabricar
petróleo desde Canadá que han ido a parar a otro punto negro destacado por
vecinos y ecologistas: la refinería de Petronor en Muskiz (Bizkaia).
Junto a la licencia para realizar
prospecciones petrolíferas
en Canarias son los últimos episodios relacionados con los hidrocarburos que
tienen también a las aguas cercanas a Baleares como zona de atención. Tanto la
posible instalación de pozos en estas aguas para extraer petróleo como los que
extraigan gas no convencional con la tecnología de fractura hidráulica (más
conocida como fracking) en varios puntos de la geografía
española tienen soliviantado no solo al patio ecologista, sino también a la
gran mayoría de los Gobiernos autonómicos afectados.
El consumo de
gas y petróleo va en la dirección contraria a la eliminación de gases de efecto
invernadero, pero hay otro punto negro en este campo que visualiza lo cerca que
andan los temas sociales de los ambientales: la pobreza energética. ACA lleva
ya dos estudios que denuncian y exigen medidas para frenar una lacra que mata
cada año en España a 7.000 personas. “Son estimaciones muy prudentes, pero que
podrían tener fácil solución si se apostara por la eficiencia energética, la
rehabilitación de edificios y la instalación de energías renovables”, explican
desde la asociación.
5 JUN 2014 - 12:21 CEST EL PAIS
Vista del Hotel El Algarrobico, en Carboneras (Almería). FRANCISCO BONILLA
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