lunes, 15 de mayo de 2017

Jane Goodall: “Los científicos experimentan con animales porque es lo que han hecho siempre” - Manuel Ansede


La primatóloga británica cree que hay que buscar "alternativas" a la experimentación animal 

La mujer que obligó a redefinir el concepto de ser humano levanta los dos pulgares. Le falta la punta del dedo de la mano derecha. La perdió en la década de 1980 durante una visita a los laboratorios SEMA, en Maryland (EE UU), donde se investigaba el virus del sida en primates no humanos. El mordisco de un chimpancé hacinado en una jaula se lo arrancó de cuajo. Por entonces, la primatóloga Jane Goodall (Londres, 1934) llevaba tres décadas investigando a estos simios en su hábitat natural. Cuando tenía solo 25 años, tras haberse pagado su primer viaje a África trabajando de camarera, Goodall observó a un chimpancé empuñando una ramita desbrozada por él mismo para coger termitas en la selva de Tanzania. El hallazgo era monumental. Aquel simio demostraba que los humanos no eran los únicos animales capaces de fabricar y utilizar herramientas.


Cuando comunicó su descubrimiento al paleoantropólogo Louis Leakey, descubridor del Homo habilis, este proclamó: “Ahora tenemos que redefinir la palabra herramienta, redefinir el concepto de hombre o aceptar que los chimpancés son humanos”.
Goodall abandonó la investigación hace un par de décadas. Ya octogenaria, viaja “300 días al año” por el mundo para proclamar la necesidad de conservar el medio ambiente y pelear por los derechos de los animales. De visita en Madrid para dar una charla en el Museo Nacional de Ciencia y Tecnología, la primatóloga se muestra indignada por las declaraciones de su colega Peter D. Walsh, experto en gorilas y chimpancés de la Universidad de Cambridge (Reino Unido). Hace un año, Walsh afirmó que “Jane Goodall está contribuyendo significativamente a la extinción de los chimpancés” al batallar contra la experimentación con animales. Desde la década de 1990, el virus del Ébola ha matado a un tercio de los chimpancés y gorilas que existían en el planeta. Walsh trabaja con un puñado de chimpancés cautivos para desarrollar una vacuna que beneficie a miles de ejemplares en libertad. Goodall está en contra. Y también pone en duda la necesidad de experimentar con monos para desarrollar medicamentos para los seres humanos. Todas las vacunas experimentales contra el actual virus del Ébola, que ha matado a más de 11.000 personas en África occidental, se han probado antes en macacos.

Pregunta. ¿Está radicalmente en contra de cualquier tipo de experimentación con simios?

Respuesta. Hay dos factores. El primero es que las condiciones en las que se mantienen son horrendas. El segundo es que hay cada vez más alternativas al uso de cualquier animal. Odio igual que se utilicen perros o cerdos, no solo chimpancés. Tenemos una falta de respeto. Si ponemos dinero en desarrollar alternativas, como tejidos, células humanas, células madre y estas cosas, es un enfoque con más garantías. Una de las primeras personas que intentó buscar una vacuna contra el VIH fue Robert Gallo. Pensó que era necesario investigar con muchos chimpancés. Hubo un gran flujo de chimpancés hacia la investigación biomédica. Un par de años después, en una gran conferencia sobre el sida, afirmó que el problema es que se habían atascado en resultados inapropiados con chimpancés, porque los chimpancés no son personas. Los chimpancés pueden estar infectados por el VIH, pero no enferman por el VIH humano. Este tipo de investigación no es tan útil como algunas personas piensan.

P. El virus del Ébola ha matado en el último brote a más de 11.000 personas y se están probando vacunas en simios. ¿Está en contra?

R. Ya lo han hecho.

P. Continuarán. ¿Está en contra?

R. ¿Es realmente necesario? Se podría investigar en tejidos humanos o en células humanas. ¿Es realmente necesario utilizar chimpancés? ¿Provocarles esta enfermedad horrible para experimentar?

P. Ellos dicen que sí es necesario.

R. Los Institutos Nacionales de la Salud de EE UU enviaron un equipo de expertos, sus expertos, médicos, para investigar cada uno de sus experimentos con chimpancés, durante 18 meses. No encontraron ni uno que hubiera beneficiado a la salud humana. Por eso decidieron retirar unos 300 chimpancésde sus instalaciones, dejando 50 por si acaso.

P. El Instituto de Investigación Biomédica de Texas criticó la decisión, afirmando que 50 chimpancés no eran suficientes para permitir el rápido desarrollo de mejores vacunas y tratamientos para las hepatitis B y C, que matan a un millón de personas cada año, o contra el cáncer y otras enfermedades.
No tengo los conocimientos médicos para responder si es necesario investigar con chimpancés"

R. Nunca utilizan más de 10 o 20 chimpancés para nada. Además, ¿investigar en chimpancés es lo adecuado? ¿No deberíamos invertir todo ese dinero en buscar una manera más exitosa de probar y desarrollar vacunas?

P. Para tener clara su opinión: ¿se pregunta si es necesario investigar con chimpancés o está segura de que no hay que hacerlo?

R. No tengo los conocimientos médicos para responder esta pregunta. He preguntado a personas que tienen estos conocimientos, como los veterinarios y científicos de la Unión Británica para la Abolición de la Vivisección, y han publicado resultados convincentes que muestran que se han desarrollado alternativas y los médicos tienden a utilizar animales porque es lo que han hecho siempre.

P. ¿Y con macacos, con los que se estudian enfermedades como el párkinson?

R. Si ves lo que les hacen y cómo lo hacen... Supongamos que es necesario, cosa que yo no sé porque no tengo suficientes conocimientos médicos, y decimos que vamos a sacrificar unos monos por nuestro bien. Podríamos tratarlos mejor que ahora, eso por descontado. ¿Por qué hay gente que se pone violenta y pelea por los derechos de los animales? Porque el problema es que hay una cantidad horrible de investigación con animales que no va a beneficiar a los humanos. Es investigación básica, que solo quizá pueda ser beneficiosa algún día. Y la manera en la que se lleva a cabo… En el Instituto Max Planck para la Investigación del Cerebro [en Fráncfort, Alemania] privan de agua a los monos hasta durante dos días, y los mantienen anclados en sillas con electrodos en su cabeza. Es horrible.

P. ¿También está en contra de la investigación con ratones?

R. Con suerte un ratón siente menos dolor, pero si vamos a desarrollar alternativas, vamos a desarrollarlas. Los ratones no son semejantes a nosotros. Las cosas desarrolladas en ratas o en ratones no nos van a beneficiar en cualquier caso, porque no somos ratas.

P. El problema es que no se puede saltar directamente de una investigación en una célula o en un tejido humano a probar un fármaco en un paciente.

Hay una cantidad horrible de investigación con animales que no va a beneficiar a los humanos. Es investigación básica, que solo quizá pueda ser beneficiosa algún día"

R. Probablemente se puede, pero no se ha hecho, porque los protocolos dicen que hay que pasar primero por los monos. ¿Pero es necesario o es solo una costumbre? Si la ciencia dice, con certeza, que la única manera de aliviar el sufrimiento humano a gran escala es utilizando chimpancés o monos, entonces debe ser obligatorio que estos seres sacrificados sean tratados con respeto. Ahora no son tratados con respeto, en absoluto. Hay que ir paso por paso. Un paso obligatorio a mi juicio es que vivan en mejores condiciones. El segundo paso es invertir mucho más dinero en investigar alternativas. El tercer paso es preguntarse si realmente se necesita un chimpancé, o un mono, o un perro, o una rata. En una discusión interesante, pero la gente se pone tan emocional que no se llega a ninguna parte.

P. Parece que hay más concienciación. En España los científicos emplearon 920.000 animales en 2013 [el 85% ratones y ratas], un tercio menos que en 2009.

R. Ahora hay muchas alternativas.

P. ¿Qué opina de los experimentos con chimpancés destinados a obtener vacunas contra sus propias enfermedades?

R. He luchado para sacar a los chimpancés fuera de la investigación biomédica invasiva, para que tengan mejores condiciones en la investigación biomédica. Para mí, y creo que para muchos, tener chimpancés en pequeñas jaulas con experimentos invasivos es como poner un ser humano en una jaula. Si crees que está bien hacerlo con un humano, está bien hacerlo con un chimpancé. Pero no creemos que sea correcto hacerlo con un humano, ¿no? No lo aprobamos.

P. Es más sencillo probar un fármaco con un paciente humano, que se queda voluntariamente en un hospital, pero con los chimpancés no se puede hacer esto, ni siquiera con fármacos para sus propias enfermedades, como el VIH simio o el ébola.

Fue un perro, no un chimpancé, el primero que me enseñó que los animales tienen personalidad, mente y emociones"

R. Lo que me hace reír es que si desarrollas una vacuna para proteger a chimpancés y gorilas, ¿vas a meterte luego en la selva africana para vacunarlos? Puedes vacunar un individuo. Son poblaciones salvajes. Yo necesité un año para acercarme lo suficiente a un grupo. A lo mejor fue un error atraer a los chimpancés con bananas, pero es lo que hicimos. Los chimpancés y los gorilas son muy conservadores, no querrán probar nuevos alimentos. Nosotros les dimos la vacuna de la polio con bananas cuando había una epidemia horrible y un chimpancé era tan sensible que no volvió a comer una banana, pese a que se supone que la vacuna no tiene sabor. Son muy conservadores con la comida. ¿Cómo vacunar a los chimpancés salvajes? Intentar vacunar a chimpancés no habituados al ser humano es estúpido.

P. Entonces, ¿cree que es inútil desarrollar una vacuna contra el ébola para chimpancés o gorilas?

R. No va a ser muy útil. Incluso ocurre que, después de desarrollar vacunas para las personas, los pacientes son muy pobres y no pueden permitírselas. ¿Quién va a pagar las vacunas para los chimpancés?

P. Hace medio siglo, usted observó que los chimpancés utilizaban herramientas y obligó a redefinir al ser humano. Debió de ser un golpe para la Iglesia católica y otras religiones antropocéntricas el saber que el ser humano no es tan especial. ¿Usted cree en Dios?

R. Creo en un gran poder espiritual. Y estoy muy contenta de que el papa haya dicho que los perros también van al cielo, porque mi animal favorito es un perro. Fue un perro, no un chimpancé, el primero que me enseñó que los animales tienen personalidad, mente y emociones.

P. ¿Su animal favorito es un perro?

R. Sí. Los chimpancés son tan parecidos a nosotros que me gustan algunos chimpancés más que algunos humanos, y algunos humanos más que algunos chimpancés. Para mí no son como animales, son como seres humanos.

 Jane Goodall, ayer, en el Museo Nacional de Ciencia y Tecnología. MUNCYT







Peter D. Walsh, experto en gorilas y chimpancés de la Universidad de Cambridge / UC

Peter D. Walsh: “Jane Goodall está contribuyendo significativamente a la extinción de los chimpancés”

·         Manuel Ansede 
·         26/05/2014 

El éxito de un ensayo clínico en simios de laboratorio con una vacuna que podría salvar miles de vidas de chimpancés y gorilas en libertad pone sobre la mesa el “dilema” de experimentar con animales para salvar a muchos más animales
 “Jane Goodall está contribuyendo significativamente a la extinción de los chimpancés en libertad”. Esta frase contra la primatóloga que viaja 300 días al año para promover la defensa de los simios puede parecer contraria a la intuición, pero su autor tiene debajo del brazo un arsenal de argumentos que harán reflexionar incluso al animalista más radical.

La frase es de Peter D. Walsh, experto en gorilas y chimpancés de la Universidad de Cambridge (Reino Unido). En los últimos años, recuerda, uno de cada tres gorilas que existían en el mundo ha muerto a causa del virus ébola. El propio Walsh describió un letal brote de ébola que mató a unos 5.000 gorilas entre 2002 y 2003 en una zona entre Gabón y Congo. Y el virus se extiende, dice, también por culpa de activistas como Jane Goodall, que batallan radicalmente contra la experimentación con animales.

Walsh publica hoy “el primer ensayo en chimpancés cautivos de una vacuna orientada a la conservación”. El experimento supone un cambio de paradigma: se utiliza a chimpancés de laboratorio para probar vacunas que beneficiarán a su propia especie, en lugar de a la humana.

Enfermedades llevadas por turistas


El equipo de Walsh ha inyectado a seis chimpancés vacunas creadas a partir de proteínas del ébola, pero sin rastro de material genético, por lo que estas partículas semejantes a virus no son infecciosas. Así que los simios no mostraron síntomas de la enfermedad, pero sí generaron defensas contra el patógeno. Los científicos tomaron entonces esas defensas y las introdujeron en ratones, que fueron sometidos al temible ébola. La supervivencia de los roedores rondó entre el 30% y el 60%, dependiendo de la formulación exacta de la vacuna.


Un chimpancé del centro de primates de la Universidad de Luisiana / Jeremy Breaux, NIRC

Para los autores del ensayo, este “éxito” pone sobre la mesa “un dilema”. Las enfermedades infecciosas, argumentan, amenazan a las poblaciones africanas de simios tanto como la caza furtiva y la destrucción de su hábitat. El parásito de la malaria, la bacteria que produce el carbunco y la diseminación de enfermedades respiratorias, además de los brotes de ébola, están “devastando” estas poblaciones de simios, según denuncian los investigadores en un comunicado de la Universidad de Cambridge. En el caso de los grupos de simios visitados por científicos o turistas, la mitad de las muertes son provocadas por los virus respiratorios humanos que dejan los visitantes a su paso.
Para Walsh y sus colegas, la solución es vacunar, pero para eso se requiere ensayar antes vacunas en animales en cautividad. Y ahí aparece la oposición de personajes como Jane Goodall, que se opone “a la experimentación invasiva y lesiva” con chimpancés y otros primates. “En primer lugar, los conservacionistas de simios se han resistido mucho a vacunar a simios en libertad: algunos de ellos lo ven como algo antinatural, mientras que otros creen que es peligroso. En segundo lugar, los activistas de los derechos de los animales han hecho muy difícil llevar a cabo ensayos clínicos en cautividad”, explica Walsh sobre los obstáculos a los que se enfrenta.

Retirada de chimpancés de los laboratorios


En su estudio, que se publica hoy en la revista estadounidense PNAS, los autores recalcan que se trata del primer ensayo de una vacuna en chimpancés cautivos con fines conservacionistas. “Y podría ser el último”, advierten. Su estudio se llevó a cabo en un centro de investigación con primates de la Universidad de Luisiana (EEUU). “La política del Gobierno estadounidense se dirige ahora hacia el fin de las pruebas biomédicas en chimpancés cautivos en EEUU, el único país desarrollado que permite esta investigación”, alertan.

Los chimpancés se emplean para buscar tratamientos contra las hepatitis B y C, que matan a un millón de personas al año
En junio de 2013, los Institutos Nacionales de Salud de EEUU, que concentran la investigación médica del país, anunciaron la retirada de los laboratorios de 310 de sus chimpancés, dejando una colonia de apenas 50. Algunos centros de investigación, como el Instituto de Investigación Biomédica de Texas, criticaron duramente la decisión. “Aunque se pueden llevar a cabo algunas investigaciones biomédicas importantes con un grupo inicial de 50 chimpancés, esta cantidad elegida de forma arbitraria no es suficiente para permitir el rápido desarrollo de mejores vacunas y tratamientos para las hepatitis B y C, que matan a un millón de personas cada año”, criticó el centro de Texas.

“Tampoco es suficiente para permitir la investigación al máximo ritmo de vacunas y tratamientos para enfermedades que están contribuyendo a la extinción de chimpancés y gorilas”, advertía también el Instituto tejano. Más del 40% de los chimpancés estudiados por Jane Goodall están infectados por el virus que provoca el sida en esa especie, y su tasa de mortalidad prematura es entre 10 y 16 veces mayor que la de los individuos sanos, recordaba el centro de investigación biomédica.

En peligro crítico de extinción


Walsh, con las botas llenas de barro de África Central, advierte del fracaso generalizado de las iniciativas para salvar de la extinción a los simios africanos. Para el investigador, es hora de buscar en el cajón de las vacunas huérfanas, aquellas que nunca llegan al mercado por el carísimo proceso requerido para su uso en humanos. Allí, cree, pueden encontrarse vacunas que, como la del ébola, sean seguras y relativamente eficaces contra enfermedades que diezman a los simios. Pero para saberlo será necesario probarlas en animales de laboratorio.
Mientras se resuelve el dilema, las infecciones se siguen cebando con los simios, como en 2007, cuando los gorilas occidentales, los más numerosos, fueron clasificados como especie en peligro crítico de extinción en la Lista Roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza. Quedan menos de 100.000 ejemplares.

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