martes, 15 de marzo de 2016

Paseo entre árboles muertos - Sergio Ramírez --- El derroche de los 'Árboles de la Vida' - Wilfredo Miranda Aburto


El periodista norteamericano Robert Hitchens me entrevistó en Managua en 1985, cuando yo ejercía el cargo de vicepresidente de un país en guerra contra los contras armados y financiados por el gobierno de Ronald Reagan, quien en sus discursos televisivos, con voz y gestos de anunciador de detergentes, explicaba frente a un mapa el peligro que significaba Nicaragua, más cerca de Washington que Wyoming.

Hitchens venía en nombre de The Nation, la clásica revista de la izquierda intelectual norteamericana, donde se habían publicado las entrevistas que otro periodista memorable, Carleton Beals, hizo en 1928 al general Sandino en sus cuarteles de la montaña en San Rafael del Norte, cuando luchaba contra las tropas de ocupación de Estados Unidos.
Yo no recordaba ese encuentro de 1985, ni el reportaje que con base en nuestra conversación fue publicado en la revista Granta de Londres ese mismo año, hasta que Valerie Miles, la directora de la edición en español, me lo hizo llegar; por mi cuenta, rastreando en la red, me encontré con una foto que registra la ocasión, publicada en The Guardian en 2010. Hitchens murió pocos meses después, en 2011, de un cáncer en el esófago. Ya nunca volvería a encontrarme con él.
En esa foto aparecemos conversando en mi despacho de la Casa de Gobierno, él sentado en el extremo de un sofá, mientras toma notas, y yo en una mecedora tejida de junco, de esas que los nicaragüenses solían sacar a las aceras de sus casas para las tertulias vespertinas, como todavía se hace en nuestras ciudades de provincia.
Viste una camisa a cuadros, con las mangas enrolladas, y yo uno de esos trajes safari que usaba entonces para las funciones oficiales. Enfrente hay una mesa baja de sobre de vidrio, con un vaso de agua, y una grabadora. En la esquina, en otra mesa, un teléfono solitario, y detrás una cortina que cubre el ventanal que da a las ruinas y baldíos de lo que había sido el corazón de la ciudad, baldíos donde era posible ver algún caballo pastando la hierba reseca, y había familias hacinadas en las ruinas de los edificios aún no demolidos, sumidos en la oscurana.
Él recuerda en su reportaje que hablamos a lo largo de cinco horas, hasta tarde de la noche, y recuerda también que hubo mientras tanto dos temblores, parte de la vida diaria en Nicaragua, y que yo me puse de pie de un salto y ordené que abrieran las puertas del despacho, para luego continuar con nuestra conversación.
Fuera del cuadro de la foto queda el despacho, en una de cuyas paredes se exhibía una secuencia de imágenes de distintos momentos de la vida del general Sandino, más allá mi escritorio cargado de papeles, y al lado un cuadro del pintor venezolano Jesús Rafael Soto, donado por él al recién fundado Museo de Arte Moderno Julio Cortázar, recibido en custodia porque el museo no tenía sede, solo obras de arte igualmente donadas por otros pintores, solidarios con la Nicaragua de los sueños de entonces: Roberto Matta, Joan Miró, Wilfredo Lam, Antoni Tapies.
Al triunfo de la revolución en 1979 no teníamos dónde instalarnos, y por fin encontramos este edificio en medio de las ruinas del terremoto; solo habían sobrevivido los primeros tres pisos de lo que había sido el rascacielos del Banco Central, y enfrente funcionaba la Asamblea Nacional, en la vieja sede del Banco Nacional, otro edificio descalabrado.

Hoy, treinta años después, el panorama de los alrededores es distinto, y según la opinión generalizada, el viejo centro de Managua “ha recuperado el alma”. La avenida Bolívar, que corre al lado de lo que fue la Casa de Gobierno, ahora se llama “avenida de Chávez a Bolívar”. Comienza en la rotonda en la que se alza el monumento a Chávez, donde el rostro del comandante venezolano, con su boina roja ritual, descuella en medio de una flor luminosa de pétalos multicolores y, atravesando las canchas y juegos infantiles de un parque, termina en el puerto Salvador Allende, en la ribera del lago Xolotlán, con su malecón que entra en la lista de los diez mejores de América Latina del diario El País.
Allí se han construido réplicas exactas de las casas de Rubén Darío y el general Sandino. Es como en el cuento del mapa en relieve que ordenó hacer un emperador chino, igual al tamaño del reino, que escribió Jorge Luis Borges. En el cuento, es el mapa el que se deteriora, hasta quedar solo despedazadas ruinas “habitadas por animales y mendigos”; aquí, son las casas originales las que van menoscabándose, víctimas de la incuria, pues no se provee a su mantenimiento, mientras estas otras, las falsas, aún huelen a cemento fresco. Igual que  en Las Vegas. ¿Para qué ir tan lejos si en la misma avenida de los casinos de juego se pueden visitar la torre Eiffel, los canales de Venecia, y el Coliseo romano, todo junto?
Cuadra tras cuadra, la avenida de Chávez a Bolívar, igual que las vías principales de Managua, se halla sembrada de decenas de árboles de la vida, que la gente llama “arbolatas”, extrañas estructuras metálicas de 10 toneladas y 17 metros de altura, pintadas originalmente de amarillo y ahora de los más diversos colores, e iluminadas con 15.000 bombillos Led cada una, con sus ramas en formas de arabescos. Un bosque muerto que no deja de crecer.
Un profuso kitsch sostenido por los petrodólares venezolanos, que ya menguan, y que no hubiera pasado inadvertido para Hitchens, quien en su reportaje observa que ya entonces Managua combinaba “lo peor de las ciudades del Tercer Mundo con lo peor del mal gusto del primero”.
Managua era entonces fruto de una miseria humilde, cuando la revolución llenaba de esperanzas la oscuridad de aquellas ruinas y baldíos; en cambio, cuando ya no hay revolución, todo parece tan falso como el extraño bosque de árboles de fierro que se multiplican en una incontrolable epidemia.

SERGIO RAMÍREZ WWW.SERGIORAMIREZ.COM 7 DE FEBRERO 2016 - 12:01 AM EL NACIONAL










El derroche de los 'Árboles de la Vida'

ENATREL ejecuta la obra, pero su presidente, Salvador Mansell, calla. Alcaldía de Managua financia parte de la arboleda, pero el monto mayor llega “de presidencia”, dice concejal. Ingenieros calculan en más de 20 mil dólares el costo de cada árbol, sin contar gasto de energía y seguridad
    
Foto: Arboleda metálica. La Avenida Bolívar se ha convertido en un colorido paseo gracias a los llamados árboles de la vida. Carlos Herrera/Confidencial.

A mediodía los andenes de la recién remozada Avenida Bolívar se llenan de gente. Trabajadores de instituciones estatales y ciudadanos se mueven a paso vertiginoso en busca del almuerzo. El estrépito de los automóviles y las cuadrillas de obreros que todavía laboran en la vía, componen este paisaje urbano ahora flanqueado por unas enormes estructuras metálicas de color amarillo, que la propaganda oficial llama los 'Árboles de la Vida'. Oficialmente, nadie da cuenta del costo y quién financia la obra, aunque en la Alcaldía de Managua apuntan a la Presidencia de la República.

En la acera del Arboretum Nacional, Juan Ramón Cerros espera un bus. Su aguileña cara está sudada y bajo el brazo guarda un fólder amarillo con el que espera conseguir un trabajo. El joven de 23 años se declara abiertamente sandinista, pero explica que no le encuentra sentido a la instalación de estos 'Árboles de la Vida', que son construidos por la Empresa Nacional de Transmisión Eléctrica (ENATREL).



"Sinceramente no les veo ningún beneficio. La ampliación (de la avenida) está buena tal vez para las actividades, pero a esos árboles no les miro nada de bueno. Hay pobres que necesitan comer para estar gastando ese dinero de balde. Sinceramente yo soy sandinista, pero a las cosas hay que verles la realidad ", reclama Cerros.

El joven hace la alusión a su partido político porque la ornamentación de la Avenida Bolívar conecta directamente con los colores y símbolos del gobierno del comandante Daniel Ortega. Los 22 árboles que hasta ahora se han sembrado, son idénticos a los 8 que arroparon la celebración del 34 aniversario de la Revolución Sandinista el pasado 19 de Julio. Una nueva moda atribuida a la primera dama, Rosario Murillo, que ahora prolifera en el viejo centro de Managua.

Cada una de estas estructuras metálicas mide aproximadamente 14 metros de alto y 6 de ancho. Cuentan con más de un centenar de bujías amarillas, conectadas entre sí por medio de un complejo alambrado. Expertos consultados por Confidencial explicaron que cada 'Árbol de la Vida' tiene un costo de 20 mil dólares. Los 22 árboles sumarían 440 mil dólares.

La armazón metálica, en la que sobresalen tubos de 3 pulgadas, tubos redondos de 1/2, cajas de perlines de 4x4, láminas calibre 1.6, se cotiza en unos siete mil dólares. El alambrado, las bujías, el estabilizador energético y demás materiales eléctricos pueden comprarse a unos nueve mil dólares.

Dado el tamaño de las estructuras, las bases que se construyen demandan como mínimo una pipa de concreto, cuyo valor de mercado ronda los 1 mil 700 dólares. Para dar el color amarillo a cada uno se necesitan en promedio 3 cubetas de pintura. A eso habría que sumarle la mano de obra. Según un ingeniero civil consultado para este reportaje y que pidió no mencionarlo, se necesitan al menos 6 hombres para fabricar cada árbol.
"No te asustes si que cada árbol cueste más de 20 mil dólares, porque necesitas grúas, bastante soldadura y taladros especiales para construirlos", valoró el ingeniero. 



A los costos de construcción e instalación, deben sumarse los de seguridad. Los Árboles de la Vida son custodiados las 24 horas del días por guardas de seguridad dispersos en toda la Bolívar, que trabajan para la empresa El Goliat, propiedad de José Mojica Mejía, ligado directamente a intereses económicos del comandante Ortega, según investigaciones periodísticas. El valor de mantener un servicio de vigilancia de 24 horas cuesta como mínimo unos 900 dólares, afirmaron fuentes del ramo que también prefirieron mantenerse en el anonimato. 

El taller donde están fabricando los 'Arboles de la Vida' se localiza en la Plaza de la Fe, en Managua, al aire libre. Allí, trabajadores con uniformes de ENATREL se afanan en la fabricación de las estructuras, pese a que en el Presupuesto 2013 de la institución no se detalla este rubro.

El diputado Enrique Sáenz y miembro de la Comisión de Producción, Economía y Presupuesto, reconfirmó que en el presupuesto de ENATREL no está estipulado la construcción, a propósito de la reciente modificación al Presupuesto General de la República.
"Lo que aparece asignado para Managua en el caso de ENATREl es para completar la electrificación de asentamientos humanos, pero no hay nada que se refiera a la instalación de esos árboles", dijo el legislador.

Sáenz afirmó que en este caso ENATREL violenta a la Ley de Régimen Presupuestario. "El principio de legalidad establece que solo se pueden ejecutar gastos establecidos en la Ley de Presupuesto Anual. De tal forma que aquí estamos frente a una violación de la legalidad si fuera con recursos de ENATREl", dijo.



"Pero hay otra opción, que del mismo cuero salen las coyundas: Que se hayan hecho el monumento a Chávez y toda esta parafernalia con los recursos de Chávez", explicó el diputado en referencia a la rotonda dedicada al ex presidente venezolano, desde donde arrancan los 'Árboles de la Vida' .

Un boletín de propaganda oficial auspiciado por ENATREL asume la responsabilidad por la iluminación del festejo del 19 de julio y la rotonda de Chávez.

"La Cra. Rosario Murillo, Coordinadora del Consejo de Comunicación y Ciudadanía Para el Desarrollo y el Bienestar Social, felicitó a los trabajadores de ENATREL, quienes bajo la dirección del Cro. Salvador Mansell C., y con el apoyo de l@s compañer@s de la Alcaldía de Managua, hicieron posible el escenario con el cual se rinde homenaje al Comandante Eterno", se lee en el documento.
Al ser consultado al respecto, el ingeniero Salvador Mansell, presidente de ENATREL, esquivó referirse al tema. "¿Qué costos tienen los 'Árboles de la Vida', ingeniero?", se le preguntó. El funcionario público se escabulló y la única respuesta que dejó fue un portazo. Partió en su camioneta Toyota HiLux.

La construcción de los 'Árboles de la Vida', la Rotonda Hugo Chávez, el monumento a los próceres de El Alba, el Parque Luis Alfonso Velázquez y el Muelle Salvador Allende son parte de un proyecto global que se ha bautizado como 'Paseo Xolotlán'.

La Alcaldía de Managua (ALMA) ha participado en las construcciones, pero según el concejal opositor, Omar Lola, la mayoría de los gastos en los que ha incurrido la comuna capitalina están siendo saldados con una transferencia de 70 millones de córdobas que hizo el gobierno de Daniel Ortega.



"Derroche energía"

A la fecha, en la Avenida Bolívar hay varias cuadrillas de trabajadores. Los 'Arboles de la Vida' están prácticamente instalados y por la noche sus pequeñas bujías son encendidas. Es todo un conjunto luminoso que se divisa desde lejos.

Armando López, un estudiante regordete de filosofía, agradece  que ahora no queda lugar oscuro en esta calzada. "Está bueno porque hay iluminación en las calles, pero la realidad es que no me agradan esos árboles, estaba mejor antes. El estilo que le dan es todo feo y el pueblo es el que lo paga", valoró el joven mientras caminaba por el lugar.

El ingeniero eléctrico Fernando Bárcenas sostuvo que el consumo de energía de los componentes de la Bolívar ronda los 10 mil 485 dólares mensuales. Este experto vive en la zona donde se ubican los 'Arboles de la Vida' y ha estudiado los componentes y el funcionamiento que forman el 'Paseo Xolotlán'.

"Los llamados Árboles de Vida (sin considerar los que están ubicados en la Plaza de la Fe), permanecen encendidos en ambas caras por un período de cuatro horas diarias, lo que representan un consumo mensual de 21,859 kilowatts-hora. Cada árbol implica un costo energético mensual de 477 dólares", calculó Bárcenas.

Solo el monumento a Chávez, continúa el experto, tiene poco más de 15 mil bujías de 1.5 Watts cada una, tiene un consumo mensual de 3,047 kilowatts-hora. Además, como complemento, han dispuesto 46 reflectores que fungen como luminarias, más 13 que permanecen apagados.

"Esto va en contra de la tendencia hacia la eficiencia, al ahorro energético, y la disminución de la factura petrolera. Es un derroche de energía", opinó Bárcenas.

Hasta ahora ninguna autoridad responde sobre el financiamiento de la obra. Ante el secretismo, Confidencial introdujo hace más de una semana una solicitud basada en la Ley de Acceso a la Información Pública para saber los costos oficiales y el financimiento del proyecto, pero hasta el cierre de esta edición la secretaria de la institución dijo que "todavía no hay respuesta".

Los 'Arboles de la Vida', que son una adaptación de la obra del pintor austriaco Gustav Klimt, ya dan de qué hablar a los ciudadanos que transitan o comercian en la zona de la Bolívar. Hay diversas opiniones.  

La vendedora de refrescos, Araceli García, afirma que "se mira bonito todo lo que están poniendo, porque va a ser como un centro turístico". La oficinista Damaris Solís asegura que "para ser honesta no me gustan en realidad, el diseño no me llama la atención". La madre de familia, Raquel Morales, no se decide: "no lo veo ni bien ni mal, pero arrancaron todos los árboles que estaban cerca. Por una parte bonito, pero están dañando el medioambiente". La anciana Victoria Suárez lo único que dice es que "el ambiente es lo mejor de la naturaleza".


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