- 50%
es la proporción de la población del mundo en desarrollo que carece de
acceso a instalaciones básicas de saneamiento (un total de 2 mil 600
millones de personas).
- 1,100
millones de personas en el mundo carecen de acceso a fuentes mejoradas de
agua.
- 4,000
menores de cinco años mueren todos los días solamente a causa de las
enfermedades diarreicas.
- La
quinta parte más rica de la población en los países en desarrollo tiene
cuatro veces más posibilidades de utilizar instalaciones mejoradas de
saneamiento que la quinta parte más pobre de la población (y el doble de
posibilidades de utilizar fuentes de agua mejoradas).
- 44%
de mujeres en las zonas rurales de África emplean 30 minutos o más para
recolectar un solo cubo de agua con el fin de satisfacer las necesidades
de sus familias.
- 400
millones de escolares sufren una disminución de su capacidad de
aprendizaje debido a infecciones de parásitos intestinales.
- Cientos
de millones de personas cuentan con fuentes de agua para beber inadecuada
debido a contaminantes microbiológicos o químicos.
- El
20 % de la población mundial utiliza 80% de los recursos naturales del
planeta. Esto implica el despojo al 80% de la población de su porción
justa de recursos, situación que conduce a la destrucción del planeta.
- Para
el año 2025, 817 millones de personas no contarán con suficiente agua.
- La
crisis del agua es la faceta más penetrante, aguda e invisible de la
devastación ecológica de la Tierra. En 1998, 28 países experimentaron
tensión o escasez hídrica. Se prevé que esta cifra aumente a 56 para el
año 2025.
- Se
calcula que el número de personas que viven en países sin suficiente agua
aumentará de 131 millones en 1990 a 817 millones en 2025.
- La
calidad del agua natural de los ríos, lagos, embalses y acuíferos depende
de varios factores interrelacionados, tales como la geología, el
clima, la topografía, los procesos biológicos y el aprovechamiento del
suelo. Las fuentes de contaminación más frecuentes son los desechos
humanos (cada día se arrojan 2 millones de toneladas de desechos a los
cursos de agua), los residuos industriales, los productos químicos, los
pesticidas y los fertilizantes agrícolas.
- Las
fuentes más importantes de contaminación incluyen los coliformes fecales,
las sustancias orgánicas industriales, la salinización, las sustancias
acidificantes procedentes de los acuíferos mineros y de las emisiones
atmosféricas, los metales pesados procedentes de la industria, el
amoníaco, el fosfato, el nitrato y los residuos de pesticidas procedentes
de la agricultura, los sedimentos en ríos, lagos y embalses resultado de
la erosión inducida por el hombre.
- Según
Shiklomanov (2004), el volumen de aguas residuales generado por todos los
continentes en el año 1995 fue superior a los mil 500 km3. Según estos
cálculos, cada litro de agua residual contamina unos 8 litros de agua
dulce, por lo que se estima que unos 12,000 km3 de recursos hídricos del
planeta no están disponibles para su aprovechamiento. Si la contaminación
sigue el mismo ritmo de crecimiento que la población, que se estima
alcanzará los 9,000 millones de personas para 2050, el planeta perdería
unos 18,000 km3 de recursos hídricos.
- El
volumen de sólidos en suspensión en los ríos de Asia se ha multiplicado
por cuatro en las últimas tres décadas. Los ríos asiáticos tienen una
demanda biológica de oxígeno (DBO) 1.4 veces superior al promedio mundial,
así como una cantidad de bacterias procedentes de desechos humanos tres
veces mayor al promedio mundial. Un estudio reciente (BGS y DPHE, 2001)
indica que Bangladesh afronta actualmente la "intoxicación"
(concentraciones de arsénico en el agua potable) más importante de la
historia, que afecta a unos 35 a 77 millones de personas en un país de 130
millones de habitantes. Una cantidad excesiva de flúor en el agua potable
también puede resultar tóxica. El blanqueamiento de dientes sucede en
todas partes el mundo, pero los efectos discapacitantes en el esqueleto
causados por la ingestión a largo plazo de grandes cantidades de flúor son
graves por lo menos en ocho países, entre los cuales se encuentra China,
donde 30 millones de personas padecen fluorosis crónica.
Fuentes: UNICEF y OMS.
Agua en África
Las estadísticas publicadas en la Evaluación Mundial
del Abastecimiento de Agua y Saneamiento en 2000 por la OMS y la UNICEF señalan
que en 43 grandes ciudades de África el 19% de la población no tiene acceso a
ningún tipo de servicio. De estas poblaciones, sólo el 18% dispone de servicios
higiénicos conectados a una red de alcantarillado, porcentaje muy bajo tal y
como confirma un análisis de las Encuestas Demográficas y de Salud, que indica
que sólo un 25% de la población urbana de África tiene acceso a servicios
higiénicos conectados a una red de alcantarillado. Esta conclusión también está
respaldada por las estadísticas sobre el porcentaje de hogares con conexión a
la red de alcantarillado en las ciudades más grandes de los países africanos.
En la mayoría de estas ciudades, menos del 10% de la población tiene acceso a
este tipo de conexión mientras que en muchas otras, entre ellas Abiyán (Costa
de Marfil), Addis Abeba (Etiopía), Asmara (Eritrea), Brazzaville (Congo),
Cotonou (Benin), Kinshasa (Congo), Libreville (Gabón), Moroni (Comoros),
N'Djamena (República de Chad), Ouagadougou (Burkina Faso), menos del 2% dispone
de conexión.
En la década de los noventa, de 67 centros urbanos de
29 países de África (incluyendo a la mayoría de las ciudades más grandes del
continente), 58% usaba el agua de ríos situados a una distancia de 25 o más
kilómetros y más de la mitad de los centros urbanos que dependían de los ríos
requerían trasvases entre cuencas.
- En
África, cerca del 85% de las extracciones de agua se destina directamente
a la agricultura, sin embargo, esta cifra varía considerablemente de una
región a otra:
- En
las regiones áridas, donde el riego desempeña un papel importante en la
agricultura, el agua destinada a la agricultura alcanza el nivel más alto
de extracción;
- La
región del Norte representa más de la mitad de las extracciones de agua
con fines agrícolas del continente;
- Las
regiones húmedas muestran los niveles más bajos de extracciones de agua
para la agricultura: 62% en el Golfo de Guinea y 43% en la región Central.
Se estima que los costes relacionados con el paludismo
suponen una pérdida anual de 12.000 millones de dólares para el Producto
Interior Bruto (PIB) de África; los economistas atribuyen al paludismo el
déficit de crecimiento económico anual de hasta 1,3% en algunos países
africanos.
El paludismo es la principal causa de mortalidad en
menores de 5 años en África (20%) y representa el 10% de la carga total de
morbilidad del continente. Esta enfermedad causa la muerte de un niño africano
cada 30 segundos.
Se estima que en el mundo existen 246,7 millones de
personas infectadas con el parásito Schistosoma que genera la esquistosomiasis
o bilharzia. El 80% de las transmisiones de esta enfermedad tiene lugar en
África Subsahariana.
En algunas regiones montañosas de África Oriental, las
mujeres consumen hasta el 27% de su energía calórica en realizar actividades
relacionadas con el abastecimiento de agua.
Se estima que sólo en Sudáfrica, el conjunto de las
mujeres camina diariamente, para buscar agua para sus familias, una distancia
equivalente a 16 veces el trayecto de ida y vuelta a la luna.
Agua en América
Más de 46% de los recursos hídricos medios internos
renovables del mundo se encuentra en el continente americano. Brasil alberga
20% del recurso hídrico mundial en la cuenca del Amazonas, mientras que en
Sudamérica están cuatro de los 25 ríos más caudalosos del mundo: Amazonas,
Paraná, Orinoco y Magdalena. A esto se agrega la existencia de grandes lagos
como el Maracaibo en Venezuela, el Lago Cocibolca en Nicaragua, el Titicaca
compartido por Perú y Bolivia, el Poopó en Bolivia, y el Buenos Aires
compartido por Chile y Argentina. Con esta riqueza hídrica, la disponibilidad
de agua per cápita en América Latina debería ser algo menor a los 3100 m3 por
persona al año, superior a la de cualquier otra región de la Tierra.
En América Latina se padecen serios problemas derivados
del acceso al agua:
- 77
millones de habitantes (26 millones en zonas urbanas y 51 millones en
zonas rurales) en América Latina y el Caribe carecen de acceso adecuado al
agua potable.
- Más
de 130 millones de personas en América Latina (37 millones en regiones
urbanas y 66 millones en regiones rurales) carecen de saneamiento en sus
hogares. Uno de cada seis latinoamericanos tiene acceso a redes de
saneamiento adecuadas.
- Menos
de 14% de las aguas residuales se procesa en plantas de tratamiento. El
resto se descarga al ambiente sin tratamiento alguno.
Agua en México
Nuestro país posee aproximadamente el 0.1% del
total de agua dulce disponible a nivel mundial, lo que determina que
un porcentaje importante del territorio esté catalogado como zona
semidesértica. Esto implica, también, la necesidad de considerar al agua no
sólo como un elemento vital, sino como un factor estratégico para el desarrollo
global del país.
Para más información, consulta Estadísticas
del agua en México, edición 2011
Recursos hídricos en el mundo
Se estima que un 30% de las zonas de regadío del mundo
sufre problemas de salinidad, resultando muy costosa su recuperación.
Las malas prácticas de drenaje y riego causan la
saturación y salinización de aproximadamente 10% del total de tierras de
regadío en el mundo, lo cual reduce su productividad.
Existen grandes extensiones del planeta donde los
niveles críticos de salinización del suelo y las aguas subterráneas están
presentes o se han desarrollado como resultado de:
- Un
ascenso de la capa freática asociado a la aplicación de métodos de riego
ineficaces con aguas superficiales importadas en zonas de deficiente
drenaje natural;
- La
salinidad natural procedente del terreno movido como consecuencia del
desbroce de la vegetación para el desarrollo de cultivos, lo que implica
un incremento de la recarga de los acuíferos subterráneos;
- La
perturbación excesiva de la salinidad natural de las aguas subterráneas
debida a la construcción sin control de pozos y al bombeo excesivo.
La sobreexplotación y salinización de los
recursos hídricos en proyectos de riego de gran escala son a menudo resultado
de la falta de infraestructuras de drenaje, infraestructuras que no se incluyen
en el diseño de ingeniería para que los proyectos resulten económicamente más
atractivos. Por lo general, estos problemas están relacionados con el
desarrollo del riego a gran escala bajo condiciones de aridez y semiaridez,
como el de las cuencas de los ríos Indo (Pakistán), Tigris-Éufrates (Oriente
Medio) y Nilo (África Oriental). Pese a que se conocen las soluciones a estos
problemas, su aplicación resulta costosa.
Debido al crecimiento de la población y a la creciente
preocupación originada por la escasez de agua, varios países, sobre todo en la
región de Oriente Medio, están instalando plantas de desalinización para
convertir el agua salina (agua del mar, agua salobre o aguas residuales
tratadas) en agua dulce.
Actualmente, el mercado mundial de la desalinización
representa unos 35 mil millones de dólares al año y esta cifra podría
duplicarse en los próximos 15 años.
En 2002 existían cerca de 12 mil 500 plantas de
desalinización en 120 países alrededor del mundo. Estas plantas producen unos
14 millones de m³/día de agua dulce, un volumen menor al 1% de consumo total
mundial.
Los usuarios más importantes de agua desalinizada del
mundo se encuentran en Oriente Medio, principalmente en Arabia Saudita, Kuwait,
Emiratos Árabes Unidos, Qatar y Bahrein. Estos países utilizan aproximadamente
70% de la capacidad mundial instalada, seguidos por los países de África del
Norte, sobre todo Libia y Argelia, que utilizan cerca de 6% de la capacidad
mundial instalada.
Entre los países industrializados, Estados Unidos es
uno de los usuarios más importantes de agua desalinizada (6,5%); destacando
California y ciertas zonas de Florida.
Fuente: Primer Informe sobre el Desarrollo
de los Recursos Hídricos en el Mundo "Agua para Todos, Agua para la
Vida"
Disminuyen los recursos pesqueros
El agotamiento de los recursos pesqueros en los
principales caladeros mundiales se perfila como uno de los problemas más
acuciantes que padecen mares y océanos. Los avances tecnológicos, no sólo en
los sistemas de detección de los bancos de peces sino también de los barcos
factoría que pueden faenar, manipular y almacenar ingentes cantidades de
pescado antes de regresar a puerto, han permitido un aumento espectacular de
los índices de captura en las últimas décadas. Sin embargo, en los últimos
cinco años se ha podido percibir que la pesca se ha reducido en los principales
caladeros del mundo. El pescado y los productos alimentarios de origen marino
constituyen el 16% de las proteínas animales que se consumen en el planeta. Las
repercusiones económicas tanto para los pescadores como para muchos pueblos que
tenían como principal fuente de proteínas el pescado son ya estremecedoras,
aunque sólo represente un 1% de la economía mundial. Como efecto indirecto, una
de las pérdidas más importantes de especies se debe a lo que se denomina la
morraja; es decir, el pez que se desestima por falta de interés comercial en
una redada. Sin ir más lejos para pescar 1 kg de gamba se destruyen alrededor
de 30 kg de pescados diversos que se vierten como residuo. Otra causa indirecta
de alteración de los ecosistemas marinos son las famosas redes de deriva en
alta mar. Se trata de enormes artes de varios kilómetros de extensión que
atrapan fauna marina de forma no selectiva. Para que la pesca sea sostenible se
deberá, como mínimo, reducir la captura en los principales caladeros para que
se recuperen. Esto supondrá cuantiosas inversiones para reconvertir las flotas
y los pescadores que existen en la actualidad. Países como Islandia, Taiwán,
Canadá o Estados Unidos han emprendido acciones al respecto.
Agua y montañas...
Los principales ríos del mundo, desde el Río Grande en
Sudamérica hasta el Nilo en África, nacen en las montañas. En
consecuencia, más de la mitad de los habitantes del planeta dependen del
agua de las montañas para cultivar alimentos, producir electricidad,
mantener la industria y, lo que es más importante, para beber. Cada día,
una de cada 2 personas en el planeta consume agua procedente de las montañas.
Mil millones de personas en China, India y Bangladesh, 250 millones en África y
toda la población del estado de California, en Estados Unidos, se encuentran
entre los 3,000 millones de personas que dependen del flujo constante de agua
dulce y potable de las montañas. En las regiones húmedas del planeta, las
montañas proporcionan entre 30 y 60% del agua dulce río abajo. En los ambientes
semiáridos y áridos, éstas proporcionan entre 70 y 95%.
Parte del agua dulce que procede de las montañas está
almacenada en los glaciares. La escorrentía del casquete de hielo de Quelccaya
en Perú, por ejemplo, ha sido tradicionalmente una fuente de agua para los habitantes
de Lima, Perú. Hoy en día, debido a los efectos del calentamiento global,
muchos glaciares se derriten a una velocidad sin precedentes. Durante la última
década, la disminución de este casquete ha aumentado de 3 a 30 metros al año,
lo que constituye un riesgo para el abastecimiento de agua dulce de 10 millones
de personas. Igualmente, al norte de India se estima que unos 500 millones de
personas ya son víctimas de la escasez de agua y dependen de los afluentes de
los ríos Indo y Ganges que se alimentan del glaciar. Los científicos prevén
que, al derretirse los glaciares del Himalaya, estos ríos aumentarán su caudal
antes de desaparecer.
Los árboles: rehidratadores de la atmósfera
Las plantas, como todos
los seres vivos, necesitan agua para sobrevivir. Dentro de la planta el agua se
mueve hacia arriba a través de las raíces y los tallos o troncos, llevando
consigo los elementos que necesita para nutrirse. Al llegar a las hojas y
flores, se evapora hacia el aire a través de aberturas en la epidermis, en
forma de vapor de agua. A este fenómeno se le conoce como transpiración. Debido
a la temperatura del aire exterior, el vapor que libera la planta se condensa
formando gotas de agua. Cuando esto sucede en los bosques, sobre todo en áreas
tropicales, el proceso provoca nubes de lluvia. La transpiración libera el agua
una vez que ésta ha sido usada por la planta en su metabolismo. Así, el reino
vegetal devuelve al ciclo hidrológico un agua muy pura. Se estima
aproximadamente que una hectárea de hayas adultas transpira de 3000 a 5000 m3
de agua por año. A esto hay que agregar la evaporación del agua de lluvia
retenida por las copas de los árboles, que puede representar un 20% del volumen
precipitado.
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