domingo, 11 de septiembre de 2016

Los estándares de sostenibilidad y el desarrollo - Ulrich Hoffmann


Entrevista a Ulrich Hoffmann, coordinador del Foro de las Naciones Unidas sobre Estándares de Sostenibilidad (UNFSS)

¿Por qué es tan importante para la ONU establecer estándares de sostenibilidad? ¿Cuáles son los objetivos? ¿Qué éxitos obtuvieron ustedes con respecto a las normas relativas a la agricultura?

Para evitar cualquier malentendido, la ONU no tiene ningún mandato ni interés encrear estándares de sostenibilidad. El Foro de las Naciones Unidas sobre Estándares de Sostenibilidad (UNFSS) es una iniciativa conjunta de cinco agencias de la ONU (FAO, CCI, UNCTAD, PNUMA y ONUDI). Es un foro intergubernamental que apoya un diálogo bien informado sobre las políticas gubernamentales proactivas para maximizar los beneficios y minimizar los desafíos y los costos de los estándares de sostenibilidad privados (PSS), con vistas a la consecución de objetivos de política pública, incluyendo la contribución al cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible.

En este contexto, UNFSS no establece ni modifica ningún PSS, sino que crea e intercambia información y experiencias nacionales sobre las mejores prácticas en el establecimiento de estándares y en el uso de estándares para objetivos de política pública. El diálogo del UNFSS se lleva a cabo, a nivel internacional, a través de las conferencias anuales basadas en el informe de referencia y los grupos de trabajo (actualmente trabajando en la evaluación del impacto de los PSS y en su armonización y equivalencia), así como a nivel nacional, a través de plataformas nacionales sobre PSS apoyadas por el UNFSS.


Nuestro papel se centra en el análisis, el intercambio de información y la creación de capacidades en relación con las siguientes cuestiones:

• El papel de los PSS como herramienta de gestión microeconómica y de calidad que a menudo gobierna las cadenas de suministro internacionales, en particular para los productos agrícolas, en el apoyo a la consecución de objetivos de políticas públicas, tales como la reducción de la pobreza, la promoción del desarrollo y el sustento rurales, la promoción del progreso tecnológico, la transformación sostenible de la agricultura y la transformación de los mercados globales de sostenibilidad.

• Las políticas proactivas de gobierno para maximizar los beneficios y reducir los riesgos y costos de los PSS en su papel para apoyar objetivos de política pública.

• La promoción de un intercambio internacional de información y experiencia nacional en los puntos anteriores. Los PSS tienden a fomentar la mejora de la calidad de los productos y aun uso más eficiente de los recursos. Al mismo tiempo, hay una presión para que las reducciones de costos hechas a través de nuevos métodos de producción compensen o sean mayores que los costos adicionales que implican el cumplimiento de estándares y la inspección técnica y la certificación. Todo esto contribuye a fomentar tecnología y métodos de gestión nuevos.

Los impactos positivos se refieren a los efectos macroeconómicos, ambientales, sociales y económicos deseables de los PSS, siendo una herramienta de microeconomía (es decir, a nivel empresa). Se refieren a cuestiones sobre las ganancias sociales en términos de salarios más altos, acuerdos contractuales, igualdad de género y seguridad ocupacional; en términos económicos, se refieren a la promoción del desarrollo tecnológico, mayor productividad laboral y de recursos o mejor calidad, así como un acceso garantizado a los mercados de exportación. Sobre las ganancias ambientales, se pueden observar contribuciones a lograr una mejor calidad del aire, agua o suelo, un aumento de la biodiversidad, la reducción de la generación de residuos o gases de efecto invernadero, por mencionar solo los más importantes.

La mayoría de los PSS se centra en temas específicos y se limita a mejoras incrementales. Algunos PSS, tales como los estándares de agricultura orgánica o de comercio justo son transformadores en su esencia y pueden dar lugar a cambios sistémicos.

¿Es necesario tratar estas cuestiones a nivel internacional? ¿Por qué? ¿Cuáles son los principales obstáculos (países / regiones) a los que ustedes se enfrentan?

Los estándares de sostenibilidad privados son a menudo el pegamento que mantiene unidas largas cadenas de suministro internacionales. Estos estándares son creados no pocas veces sobre la base de condiciones e intereses particulares de empresas específicas y de condiciones dadas en sus países de origen. Es más, en un buen número de casos, dichos estándares, aunque privados desde un punto de vista legal, se han convertido de hecho en obligatorios o en una licencia para operar en un mercado.

El estándar GlobalGAP para los alimentos frescos que se venden en los supermercados que operan a nivel mundial es un ejemplo de ello. Fue creado por grandes minoristas europeos como herramienta de cobertura de riesgos y gestión de riesgos en circunstancias de producción y suministro europeas. Dicho estándar se ha globalizado sin reconocer ni reflexionar demasiado sobre las condiciones de producción locales en los países en desarrollo. Como los costos de cumplimiento, verificación y certificación son muy altos para el estándar GlobalGAP, este solo puede ser satisfecho por asociaciones de productores bien administradas o productores a gran escala. Sin ayuda financiera, apoyo a la creación de capacidades y mejora de la infraestructura física e institucional en los países productores que pueden facilitar compradores extranjeros, donantes, ONG y gobiernos nacionales, existe un alto riesgo de marginación de los productores de pequeña escala y de los países menos desarrollados, debido a que las debilidades ya existentes tienden a ser agravadas por el estándar GlobalGAP.

Esto plantea cuestiones de posible discriminación y comportamiento contrario a la competencia en los mercados internacionales. Existe el temor de que las normas sobre transparencia y no discriminación en los acuerdos de la OMC sobre Obstáculos Técnicos al Comercio (OTC) y Medidas Sanitarias y Fitosanitarias (MSF), que tanto esfuerzo costaron, se vean socavadas directa o indirectamente por los PSS. Algunos observadores incluso llegan a señalar tendencias de «neocolonialismo» basándose en la impresión de que la parte del león no es para los países en desarrollo y que estos son más bien los que aceptan los estándares y no los que los imponen. Tampoco participan activamente en el proceso de consultas que lleva a nuevos estándares ni como revisores de los estándares. Por otra parte, las condiciones en los países en desarrollo o no se reflejan o se reflejan inadecuadamente en los criterios de los estándares y los puntos de control. Incluso un país como China, que es de hecho el principal centro de producción del mundo, es en gran medida un país que acepta estándares.

El rigor, la complejidad y multidimensionalidad de los requisitos de los estándares tienden a aumentar el riesgo de marginación de los pequeños productores y los países menos desarrollados. Esto agrava las debilidades ya existentes en términos de capacidades técnicas, institucionales y de recursos humanos.

Los PSS también son considerados como una herramienta que contribuye a la transformación de los mercados mundiales hacia una sostenibilidad más verdadera. Por consiguiente, esto es importante para tener una mejor idea del potencial relacionado y aquellas condiciones en las que dichos estándares contribuyen de la mejor manera con la transformación de la sostenibilidad.

¿Qué identifica usted como perspectivas y posibilidades de mejora de los estándares para agricultura? ¿Cuál sería el siguiente paso importante?

Observamos que hay una proliferación de PSS que corre el riesgo de confundir a los productores y consumidores y alimenta la sospecha de lavado verde. Con un número creciente de PSS, lamentablemente observamos una tendencia a que la profundidad y la amplitud de las reivindicaciones de sostenibilidad se debiliten.

En segundo lugar, existe una tendencia a que los PSS se hagan más favorables a la industria, lo que significa que los estándares con un único objetivo o con un nivel mucho más bajo de ambición están aumentando su participación en el mercado a expensas de los estándares para el mercado y para la producción-transformación, tales como la agricultura orgánica o el comercio justo.

En tercer lugar, en general, si se intenta evaluar groseramente el efecto de los PSS en la evolución hacia mercados verdaderamente sostenibles y patrones de producción y consumo asociados, hay que concluir de manera realista que tales estándares son una herramienta de no poca importancia cuyo impacto real debe, sin embargo, no ser sobreestimado. Las empresas han ayudado a que los PSS sean herramientas líderes para el manejo de una solución basada en el mercado y que mejore la producción social, económica y ambiental, utilizando el poder de elección del consumidor y las cadenas de suministro globalizadas para incentivar a los agricultores y a las empresas a que mejoren sus prácticas. Sin embargo, uno tiene que reconocer de modo realista que incluso con un crecimiento e impacto impresionantes, la magnitud de los desafíos que estamos buscando abordar colectivamente sugiere que es poco probable que logremos la transformación que necesitamos con un modelo que reconoce mejor las prácticas a escala de explotación individual o de unidad de producción.

En cuarto lugar, prácticamente no hay PSS relacionados con cambios en patrones de hábitos de consumo.
En quinto lugar, la armonización y la equivalencia de PSS, si bien están estimuladas por los acuerdos pertinentes de la OMC sobre OTC y MSF, son más la excepción que la regla. Cada estándar quiere ser exclusivo en la creación o la defensa de la competitividad y los nichos del mercado. Por otra parte, la certificación se ha convertido en una industria multimillonaria que avanza contra la proliferación de estándares.

En sexto lugar, un buen número de PSS ha sido usado como referencia en la regulación pública o está incluso incorporado a esta última. Es más, en una serie de mercados, algunos PSS particulares se han convertido de hecho en una licencia para operar. En este contexto, la naturaleza privada de PSS aparece como algo legalmente y políticamente cuestionable.
Por último, los gobiernos, en particular en los países en desarrollo, necesitan crear un marco, una infraestructura e instituciones de manera que los PSS puedan también operar de forma proactiva para apoyar y facilitar el logro de los objetivos de política pública y la creación / mejora de los bienes públicos. Esto requiere una cierta re-gobernanza pública de los mercados, centrándose en los siguientes pilares: (i) garantía pública de transparencia y no discriminación en el desarrollo y la aplicación de los PSS; (ii) mejora de las instituciones de calidad y métricas, así como infraestructura física; (iii) políticas de apoyo y de acompañamiento; (iv) asegurar la coherencia de las políticas públicas sobre las medidas que tienen un impacto en los PSS; y (v) apoyo a un diálogo nacional entre los múltiples interesados nacionales públicos-privados.

Quisiera, finalmente, puntualizar que el UNFSS se centra en los siguientes grupos de actividades y análisis:

• Un debate internacional bien informado sobre las tendencias, oportunidades y desafíos de los estándares de sostenibilidad privados, especialmente en lo que respecta a su impacto macro y global.

• ¿Cuáles son las políticas gubernamentales proactivas más adecuadas para maximizar los beneficios y reducir los riesgos y costos de los PSS?

• ¿Cómo se puede medir con precisión el impacto de los PSS, qué datos se requieren en este aspecto, y cómo se deben interpretar los resultados de la evaluación del impacto?

• ¿Cuánto más se puede avanzar en materia de armonización y equivalencia de PSS?

• La creación de un número de plataformas nacionales sobre PSS que faciliten un diálogo entre los múltiples interesados bien informados en los países afectados y el intercambio de experiencias nacionales entre las plataformas existentes.

Nueva Sociedad, Julio 2016

Traducción: Carlos Díaz Rocca

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