domingo, 11 de septiembre de 2016

¿Cuál es tu huella ecológica? - Ecoagricultor


Las tiendas están repletas de productos, disponemos de agua o electricidad al instante, contamos con una amplia red de transporte que nos permite ir allí donde deseamos… Vivimos en la abundancia y, en apariencia, nuestros recursos son infinitos. Pero ¿esta situación es sostenible? Precisamente, para tratar de dar respuesta a esta cuestión, los investigadores William Rees y Mathis Wackernager definieron un nuevo indicador al que bautizaron con el nombre de “huella ecológica”. Debido a su valor clarificador y su potencial didáctico, este parámetro ha sido adoptado como referencia clave por todos aquellos que se preocupan por la sostenibilidad.

La huella ecológica mide “la superficie necesaria para producir los recursos consumidos por un ciudadano medio de una determinada comunidad, así como la necesaria para absorber los residuos que genera, independientemente de donde estén localizadas estas áreas”. La ilusión de que hay un inagotable cuerno de la abundancia al servicio de nuestro consumo se desvanece como el humo cuando calculamos nuestra huella.
A escala global, la huella ecológica ha superado la capacidad de generación de recursos del planeta desde la década de 1980. La huella correspondiente a 1961 se estimaba en un 70% de la capacidad de regeneración de la Tierra. En la década de 1980 el consumo alcanzó el total disponible, y en 1999 excedió la disponibilidad planetaria. Ahora la humanidad está consumiendo el 120% de lo que produce el planeta. Traducido a términos de economía doméstica, estamos gastando por encima de nuestro cotidiano sueldo mensual y cubriendo el déficit haciendo uso de la herencia que nos dejaron los abuelos.
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Y yo… ¿Qué puedo hacer?
Siguiendo estos sencillos consejos puedes reducir tu huella ecológica.
*Compra con moderación. Cuanto menos compres menos residuos generarás, ahorrarás más dinero y tendrás menos dependencias materiales.
*Utiliza electrodomésticos y bombillas de bajo consumo. Opta, si puedes, por viviendas bioclimáticas y aísla bien tu hogar.
*Reduce el consumo de agua. Enciende tu lavadora cuando esté llena y utiliza programas de baja temperatura (se gasta un 90 por ciento más de energía lavando en agua caliente). Arregla las fugas (un grifo que gotea pierde 30 litros diarios).
*No utilices el desagüe como papelera ni derrames productos contaminantes o el aceite usado.
*Evita los productos con demasiado embalaje, sobre todo los de corcho blanco. Antes de reciclar recuerda los pasos previos de reducir y si es posible reutilizar.
*Recicla el papel y cómpralo reciclado 100% y libre de cloro. Reducirás sustancialmente el consumo de agua, petróleo, las emisiones de CO2 y evitarás la tala de muchos árboles.
*No tires a la basura productos peligrosos o tóxicos; llévalos a un punto limpio para su tratamiento correcto.
*Compra productos locales y lleva tu propia bolsa a la compra.
*Camina en la medida de tus posibilidades o utiliza la bici y el transporte público en lugar del coche. Si no puedes prescindir del vehículo privado procura compartirlo y mantenerlo en buen estado para que consuma y contamine menos.
*Evita los productos de un sólo uso (papel de cocina, servilletas, pañuelos de papel, cubiertos, maquinillas de afeitar…)
Puedes ver el documento completo sobre la huella ecológica aquí



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