La megafauna se
extinguió mucho después de que llegaran los humanos
Los grandes mamíferos de la Patagonia sobrevivieron
a la caza pero no al cambio climático
Durante centenares de
miles de años, los mamuts lanudos, el smilodon o
tigre diente de sable, el gigantesco oso de hocico corto, el león americano o
los megaterios reinaron sobre este planeta. Sin embargo, en unos pocos
centenares de años, casi todas las especies de grandes mamíferos
desaparecieron. ¿Qué acabó con la megafauna del pleistoceno? Unos señalan
a los humanos. Otros a un repentino calentamiento global.
Ahora, un estudio con fósiles de la Patagonia muestra que estos animales
desaparecieron mucho después de que los humanos colonizaran el sur de América.
La extinción de la
megafauna del Pleistoceno (hasta hace unos 10.000 años) fue un fenómeno
generalizado, aunque no se produjo al mismo tiempo en las distintas regiones
del planeta. Fue también un proceso relativamente acelerado, con especies que
dejaron de existir en unas pocas décadas y otras, como los mamuts, que fueron
desapareciendo a lo largo de varios siglos de distintas zonas de forma
sucesiva.
Una de las teorías que
ha acumulado mayor cantidad de argumentos es la que culpa a los humanos de su
extinción. Una de sus variantes, la hipótesis
blitzkrieg(sí, la guerra relámpago de los alemanes en la II Guerra
Mundial), postula que la expansión humana a nuevos territorios supuso la rápida
exterminación de los grandes mamíferos, que nunca se habían enfrentado a un
enemigo tan inteligente y tecnológico.
Los humanos llegaron a la Patagonia hace 13.200 años y la megafauna se
extinguió 1.000 años más tarde
Pero
parece que en América del Sur, la región con mayor concentración de megafauna,
no fue así. Un estudio que ha datado con radiocarbono y analizado el ADN
antiguo de decenas de huesos, dientes y coprolitos muestra que, cuando el
milodon, una especie de perezoso gigante de 2,5 metros y hasta 3.000
kilogramos, el smilodon, el jaguar gigante o los camélidos ancestros de las
llamas desaparecieron, los humanos ya llevaban centenares y hasta miles de años
allí.
"La
Patagonia se ha convertido en la piedra de Rosetta que muestra que la
colonización humana no provocó extinciones de forma inmediata, al menos
mientras se mantuvo el frío", dice en una nota el director del Centro
Australiano para el ADN Antiguo de la Universidad de Adelaida y
coautor de esta investigación el profesor Alan Coope. "Al contrario,
pasaron más de 1.000 años de ocupación humana antes de que se produjera un
repentino evento de calentamiento y, entonces, la megafauna se extinguió en
apenas 100 años", añade.
El
registro fósil señala que ya había humanos tan al sur como en las cercanías de
la actual ciudad de Puerto Montt (Chile) hace 14.600 años. Un milenio después
aquellos primeros americanos ya habitaban el norte de la Patagonia, alcanzando
Tierra del Fuego hace 12.700 años.
Húmero de un 'Hippidion
saldiasi', una especie de équido, recuperado de la cueva Fell, en el sur de
Chile.FABIANA MARTIN
Sin embargo, los
resultados del análisis del ADN y datación por radiocarbono de los fósiles de
los animales, publicado en Science Advances,
muestra que la megafauna patagónica no se extinguió hasta hace unos 12.280
años. Eso significa que humanos y grandes mamíferos convivieron entre 500 años
y más de dos milenios.
"Toda la evidencia,
que es indirecta (intensidad de la ocupación humana en los sitios conocidos),
indica muy baja demografía humana. Esto es también lo que se espera en una zona
que está comenzando a ser colonizada", explica en un correo la arqueóloga
del Instituto de
la Patagonia de la Universidad Magallanes (Chile) y coautora de
la investigación, Fabiana Martin. Así que la presión sobre la megafauna en
forma de caza debió de ser baja. "La evidencia arqueológica muestra
mínimos casos de interacción con la megafauna", añade la investigadora
chilena.
Lo que sí se produjo
unos siglos antes de que los grandes mamíferos desaparecieran de la Patagonia
fue un calentamiento relativamente muy rápido. La Edad de Hielo, que llegó a su
máximo hace unos 30.000 años, fue dando paso de forma progresiva a una
deglaciación que en la Patagonia no tuvo su punto culminante hasta hace unos
12.600 años. El calentamiento hizo que las regiones de tundra y estepa acabaran
convertidas en bosques, trastocando todo el ecosistema de la megafauna
patagónica. Al menos en América del Sur, los humanos no parece que tuvieran la
culpa de su extinción.
La
sospechosa coincidencia entre la llegada humana y las extinciones
La expansión de los 'Homo sapiens'
está asociada a la desaparición de grandes mamíferos, algo que no había
sucedido con ninguno de sus ancestros
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DIC 2015 - 13:01 CET EL PAIS
Algunos de los
animales que vivían en el norte de España durante la última edad de hielo y que
ya se han extinguido MAURICIO ANTÓN
Hay una lectura sobre el mito de la expulsión del
paraíso que lo considera una metáfora sobre el origen de la civilización. Los
humanos, que vivían en armonía con la naturaleza y disfrutando sin mayores
pretensiones de lo que les ofrecía, se pasaron de listos inventando la
agricultura y acabaron trabajando de sol a sol para vivir mucho peor que antes.
En aquel mundo paradisíaco, donde según algunos investigadores aún no habían prendido el machismo, la
codicia o la monogamia, los hombres tampoco eran una amenaza para los animales con los que
compartían la creación. Algunos hallazgos paleontológicos, sin embargo,
cuestionan la imagen cándida de aquellos buenos salvajes.
Después de su aparición en África, hace algo más de
100.000 años, los Homo
sapiens se lanzaron a
la colonización del planeta con un éxito sin precedentes. Junto a su tecnología
o a los vestigios de su cultura, los humanos dejaron tras de sí un rastro
distintivo de la especie. Hace unos 11.000 años, la llegada de los sapiens a
Norteamérica coincide con la desaparición de los mamuts, lo mismo que había
sucedido 20.000 años antes con los canguros gigantes cuando nuestros
antepasados comenzaron a poblar Australia. En las islas Baleares, la cabra Myotragus balearicus, había sobrevivido a todo tipo de
visicitudes durante millones de años hasta que hace 5.000 llegaron los humanos,
y la pauta se repite en otra isla del Mediterráneo, Chipre, donde había
hipopótamos y elefantes enanos hasta hace 11.000 años, fecha de aparición de
los sapiens.
La
cabra 'Myotragus balearicus' sobrevivió millones de años hasta la llegada de
los humanos a las Baleares
“No niego que pueda haber una influencia del clima, pero la intervención
humana es un factor decisivo en muchos casos”, apunta Jesús Rodríguez,
investigador en paleoecología del CENIEH (Centro Nacional de Investigación de
la Evolución Humana), en Burgos. “Lo más probable es que sea una concatenación
de ambos”, añade. Según el científico, si las extinciones de grandes animales
hubiesen sido provocadas por cambios globales en el medio se habrían producido
en la misma fecha y hay muchas oleadas de extinción que coinciden con la
llegada de los humanos.
“Las especies que hemos visto extinguirse con la llegada de los humanos
existían desde hacía cientos de miles de años y habían sobrevivido a muchos
cambios climáticos fuertes”, afirma Jan Van der Made, investigador del Museo
Nacional de Ciencias Naturales del CSIC en Madrid. Sin embargo, “de golpe y en
poco tiempo empiezan a extinguirse sin que otros animales entren a ocupar su
lugar”, continúa. “Es posible que haya un rinoceronte, por ejemplo, que
desaparezca y sea sustituido por un competidor, pero en este caso no viene
nada, y eso ha de tener alguna explicación”.
Varias especies de homínidos, algunos con una inteligencia notable,
habían poblado el mundo desde hacía cientos de miles de años, pero no se
observa el mismo impacto con la llegada de los Homo erectus o
incluso los neandertales. La especie que iba a desarrollar el arte y a la
postre la civilización, resultó ser más letal que ninguno de sus ancestros.
“Probablemente, aquellas especies no eran tan eficaces cazando, y también es
probable que viviesen en menores densidades de población”, sugiere Van der
Made.
En
África se produjo una coevolución de los homínidos y los grandes mamíferos que
pudo permitir su supervivencia
Junto al desarrollo de nuevas tecnologías de caza, se debieron sumar
otras habilidades. Los Homo
heidelbergensis, por ejemplo, ya disponían de jabalinas hace
alrededor de 400.000 años, y eso les daría la capacidad de matar a distancia
que compartían con los sapiens, pero no provocaron extinciones similares,
recuerda el científico del CSIC. La capacidad de organización proporcionada por
un cerebro que evolucionó para la comunicación con los congéneres y el lenguaje
debieron desempeñar un papel clave.
Uno de los datos que cuestionan el papel de los humanos modernos en la
aniquilación de grandes animales es que en África y Eurasia, donde más tiempo
vivieron los humanos, es precisamente donde sobrevivan los mayores mamíferos
del planeta y nunca se hayan producido estas extinciones. Sin embargo,
Rodríguez explica que precisamente esa convivencia puede estar detrás de esa
singularidad. “En África se produce una coevolución entre estos animales y los
homínidos durante millones de años. Se habían adaptado a sobrevivir a estos
depredadores”, asevera.
Además, puede existir un segundo factor. “En áreas tropicales, la
producción de vegetación es mayor y eso permite que haya poblaciones más
abundantes”, cuenta el científico del CENIEH. Sin embargo, en el Ártico o en
Norteamérica, al no ser la productividad tan elevada, los tamaños de población
son menores y los animales son más vulnerables. Por último, remacha, “en
África, el cambio climático también afecta a las poblaciones, pero es de menor
intensidad”.
La llegada de la industria ha multiplicado la capacidad de los humanos
para transformar su entorno, pero muchos indicios sugieren que los daños
colaterales de la inteligencia sapiens no son nuevos. Algunos de los pueblos
que sirven hoy como modelo para tener una idea sobre el modo de vida de los
humanos prehistóricos sí viven en considerable equilibrio con su entorno. En
opinión de Rodríguez, esto no significa que los pueblos primitivos viviesen
todos así sino más bien que esa adaptación les permitió mantener su estilo de
vida como cazadores recolectores hasta ahora. “Si no, se habrían extinguido o
se habrían hecho agricultores”, plantea.
La posibilidad de que la inteligencia de aquellos humanos les
convirtiese ya en una amenaza para otros animales de su entorno, puede tener
una interpretación pesimista, pero algunos científicos especializados en el
estudio de la naturaleza humana lo ven de un modo diferente. Para ellos, como
dijo el director del Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva de Lepizig
Michael Tomasello en una entrevista reciente, mejorar la
sociedad requiere que no olvidemos "lo negativo de nuestra biología".
17 JUN 2016 - 20:00 CEST EL PAIS
Foto: En cuevas patagónicas, como la del milodon (en la imagen) se han encontrado pruebas de que los humanos cazaron megafauna ALAN COOPER
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