Ryan Zinke, nominado por Trump como director del US Department of the Interior, al que se encuentra adscrito el servicio de parques.
El presidente Donald Trump clausuró
la página en Español de la Casa Blanca. Hizo lo mismo con la
página sobre el calentamiento global.
También ordenó que la Agencia
de Protección Ambiental (EPA, equivalente a un ministerio del
ambiente), el Departamento de Agricultura, la Agencia
Nacional Aeronáutica y Espacial (NASA) el Servicio
Nacional de Parques, entre otras dependencias gubernamentales, no pueden
comunicarse directamente con el público sin autorización
previa sobre temas específicos, como el calentamiento global.
El martes 24 de enero el Badlands
National Park divulgó el siguiente mensaje vía twitter: "La concentración
de CO2 en la atmósfera es hoy la mas alta de los últimos 650.000 años". Continuó destacando el
aumento en la acidez de los océanos y otros indicadores de la tormenta
climática global que se avecina, concluyendo con un recordatorio sobre la
obligación del Servicio Nacional de Parques de "proteger
los parques para que permanezcan como un legado inalterado para las
generaciones futuras".
El mensaje fue considerado "un
acto radical de subversión" por Ryan Zinke, nominado
por Trump como director del US Department of the Interior, al
que se encuentra adscrito el servicio de parques. El Servicio Nacional
de Parques tuvo que disculparse y el tweet eliminado.
Zinke, republicano de Montana, apoya
la explotación de tierras públicas, incluyendo los parques nacionales, para la
extracción de petróleo, gas, madera y minerales (New York Times Jan 17 2017).
"La minería y la recreación, por ejemplo, no son mutuamente
excluyentes" le declaró al New York Times.
El Departamento del Interior maneja
200 millones de hectáreas de tierras públicas, un quinto de la superficie del
país, mas 800 millones de hectáreas bajo el mar. Supervisa
además territorios de donde proviene el suministro de agua para mas de 30
millones de personas.
Zinke defiende la construcción del
oleoducto Keystone XL y la explotación de carbón mineral.
Durante su gestión en el congreso, Zinke apoyó legislación para permitir la
construcción de gasoductos a través de parques nacionales y refugios de fauna.
También apoyó la legislación HR 1937 para limitar
la auditoría pública de la minería en tierras públicas.
Aunque no niega el calentamiento
global, sostiene erróneamente que "los registros de temperatura en
los años mas recientes contradicen las proyecciones de los modelos climáticos"
(aretechnica 12 13 16).
"Si jugamos a la ruleta
rusa, con una probabilidad de 1 en 6 de provocar una catástrofe, debemos ser
prudentes... pero esa prudencia debe tomar un segundo lugar ante la necesidad
de asegurar la independencia energética de Estados Unidos"
Zinke le envió una carta pública al
entonces presidente Barack Obama en el
2010 exigiendo apoyo inmediato al desarrollo de energía
renovable para evitar los "costos catastróficos" del
calentamiento global (2010
letter). Pero cuatro años después, como candidato a un
cargo público, negó que el calentamiento global fuese una amenaza,
señalando: "no es un fraude, pero tampoco es ciencia cierta"
(saying).
En el interino Zinke recibió 345.000 dólares en contribuciones de compañías
involucradas en la explotación de petróleo y gas en tierras públicas (Desmog).
Trump ha reiterado públicamente que,
a su ilustrado entender, el calentamiento global no es mas que "un
fraude chino para minar la competividad de los productos norteamericanos".
Entre sus primeros actos ejecutivos se encuentran la aprobación de los
oleoductos Keystone XL y el Dakota Access.
El primero transportará 850.000 barriles de petróleo extrapesado diarios
por 3.456 kilómetros desde Hardisty, en el sur-oeste del Canadá,
hasta Port Arthur, en las costas de Texas en el golfo de México. El Dakota
Access se extiende por 1.900 kilómetros para transportar 470.000
barriles de petróleo diariamente desde el campo Bakken en Dakota del
Norte hasta Patoka, Illinois.
Justo cuando Trump reiteraba
sus observaciones sobre el "fraude chino", la
prestigiosa revista Nature publicaba un nuevo
informe, producto del esfuerzo mancomunado del Instituto
Potsdam para la Investigación sobre el Cambio Climático de Alemania, el Departamento
de Meteorología y el Departamento de Estadística de
la Universidad de Pennsylvania y el Departamento
de Ciencias de la Tierra y el Ambiente de la Universidad
de Minnesota (Scientific
Report 6, Art 19831, 2016).
Sus conclusiones reafirman los
resultados de múltiples investigaciones anteriores, fielmente reflejadas
en los informes oficiales del Panel Intergubernamental de Expertos
sobre el Cambio Climático de la Organización de Naciones Unidas.
La
temperatura superficial promedio durante el 2016 superó en 1,2ºC
el promedio de la época pre-industrial, un valor que no se ha presentado en la
superficie del planeta en al menos 650.000 años. La probabilidad de que
la tendencia al progresivo aumento de la temperatura superficial se deba a
factores independientes de la actividad humana es inferior a la probabilidad de
que a una persona promedio le caiga un rayo. Cuando Trump afirma que "en
realidad nadie sabe si el calentamiento global es real", como le
declaró a Fox News, está insultando tanto a la comunidad científica
internacional como a la inteligencia de su propia ciudadanía.
Sin embargo, la opinión de Trump
sobre el calentamiento global es similar a la de su nominado a dirigir
la Agencia de Protección Ambiental (EPA), Scott
Pruitt, quien hasta entonces ejerciera como fiscal general
de Oklahoma. En su interpelación en el congreso, Pruitt señaló que, contrario a
lo que afirma Trump, el si cree en el calentamiento global, pero que
"la habilidad para medir la extensión de su impacto y determinar que
hacer al respecto se encuentra en discusión".
El senador Bernie
Sanders le recordó el abrumador consenso científico
internacional sobre la materia y que tanto la NASA como la NOAA (National
Oceanic and Atmospheric Administration) han reiterado por años que el
calentamiento global es una amenaza global cierta, presente y creciente,
provocada por la actividad humana, y que el 2016 fue el año mas caliente
en cientos de miles de años.
La senadora Tammy Duckworth puso
en duda la sinceridad de las declaraciones de Pruitt ante el comité de
postulaciones del congreso, señalando que sólo estaba aportando respuestas
vagas para facilitar su confirmación. Se refirió al contraste entre lo que
decía en ese momento y su historial durante sus años como fiscal general de
Oklahoma.
Pruitt demandó penalmente
14 veces a la organización que ahora dirige, la Agencia de
Protección Ambiental (EPA) por sus reglamentaciones para evitar
la contaminación industrial del aire y el agua, por las exigencias para
reducir las emisiones de gases del parque automotor, por las limitaciones
a las emisiones de las plantas eléctricas que consumen carbón mineral, por
la reglamentación para reducir las emisiones de metano por parte de la
industria petrolera y gasífera. Pruitt ha insistido en que la EPA le ha hecho
daño a las empresas y a la economía norteamericana con "medidas
difíciles y costosas... El pueblo norteamericano está cansado de ver como
se desperdician miles de millones de dólares debido a regulaciones innecesarias
de la EPA".
El senador Ken
Cook señaló tajantemente: "Ningún ciudadano norteamericano
ha votado por aire y agua mas sucias. Pero si Pruitt asume el control de
la EPA, eso es precisamente lo que nuestras comunidades tendrán que
enfrentar. Todos debemos rechazar esta nominación, por la salud de
nuestros constituyentes".
Trump también ha señalado que
retirará a los Estados Unidos del Acuerdo Climático de Paris,
tal y como lo hizo su antecesor George Bush cuando se retiró del Protocolo
de Kioto en el 2001 apelando
a un argumento igualmente falaz: el calentamiento
global es una farsa.
Otro de los prominentes negacionistas
del calentamiento global es Rex Tillerson, el nuevo Secretario de
Estado del gobierno de Trump. Tillerson se desempeñó por años como presidente
de la Exxon Mobil, una de las empresas petroleras mas grandes del
mundo y activo promotor de la destructiva adicción norteamericana al
petróleo. En la reunión de accionistas de Mayo 2016, Tillerson afirmó: "No
existen fuentes alternativas de energía conocidas en el planeta, o disponibles
en la actualidad, para reemplazar a los combustibles fósiles en nuestra
economía, en nuestra propia calidad de vida ... para nuestra propia
sobre-vivencia" (UCS 07 06 2016).
Los fiscales generales de siete
estados norteamericanos: New York, California, Massachusetts, Vermont,
Vurginia, Maryland y Virgin Islands, han sometido a la empresa Exxon Mobil a
investigaciones paralelas y coordinadas por fraude en el manejo de información
científica sobre los efectos climáticos del consumo de combustibles
fósiles, para maximizar ganancias a expensas del bien público.
Señalan que científicos especialistas de Exxon le habrían informado a
los órganos directivos hace mas de 35 años que las emisiones de CO2
provenientes del consumo de combustibles fósiles conduciría irremediablemente
al calentamiento global y pondría en peligro a toda la humanidad. Sus propios
científicos habrían advertido que una duplicación en la concentración de
CO2 en la atmósfera provocaría un aumento en la temperatura promedio del
planeta de al menos 3ºC y de al menos 10ºC en los polos. La directiva
de Exxon decidió esconder los resultados de tales investigaciones
e impidió que se le informara tanto a los accionistas como al
público. Decidió, por el contrario, financiar campañas para negar la
vinculación entre el consumo de combustibles fósiles y el calentamiento global.
Una propuesta de ley ha sido
introducida al Congreso norteamericano para retirarse de la Organización
de Naciones Unidas y expulsar su sede de Estados Unidos
(proposición HR 193 - American Sovereignty Restoration Act). El
presupuesto actual de la ONU es de 5.600 millones de dólares, de los que EUA
aporta el 22% a cambio de que un porcentaje equivalente de puestos
claves de decisión corresponda a funcionarios seleccionados por el
gobierno norteamericano. La segunda contribución mas elevada es la de
Japón, equivalente al 9,7% del total, seguido por China con el 8%.
Trump ha igualmente ordenado
"fortalecer y ampliar la capacidad militar nuclear de Estados Unidos
hasta que el mundo recobre su sentido sobre las armas nucleares" (dic
22 2016).
La "revolución de colores"
que parece gestarse en Estados Unidos, en reacción a la llegada al poder
de Donald Trump y su equipo de multimillonarios, quizás sirva como
detonante para que la ciudadanía de todo el continente americano se subleve
contra la evidente incompetencia de políticos y burócratas
en quienes que hemos infructuosamente delegado por
décadas la solución de emergencias planetarias, como el
calentamiento global, la pobreza, la desigualdad o las armas
nucleares.
De lo contrario, mas temprano que
tarde nos veremos forzados a reconocer que hemos cruzado el punto de
no-retorno; que tendremos que conseguir con urgencia algún otro
planeta para asegurar la sobre-vivencia de la humanidad, pues habremos
provocado una destrucción irreparable de esta pequeña perla azul donde nos
hemos desarrollado.
Debido a la amenaza combinada de
las armas nucleares y el calentamiento global, el Comité de
Científicos Atómicos decidió el 26 de Enero 2017 mover las
agujas de su icónico reloj del juicio final (doomsday
clock) para marcar, por primera vez en sus 70 años de historia,
2 minutos y medio para la media noche: la hora de la catástrofe
planetaria. En su comunicado señalan: "La seguridad mundial se
vió severamente afectada durante el 2016 ante la incapacidad de la comunidad
internacional para atender las dos principales amenazas a la existencia humana:
las armas nucleares y el calentamiento global". En cuanto al
calentamiento global destacan: "El mundo continúa calentándose.
Mantener la temperatura por debajo de niveles catastróficos exige reducir
las emisiones de gases de efecto invernadero muy por debajo de lo acordado en
Paris".
Las decisiones sobre el
movimiento del reloj las toma el Comité de Científicos Atómicos en
consulta con 15 premios Nobel.
Julio César Centeno
Enero
30 2017
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