América Latina y el Caribe (ALC) se encuentra en una etapa de transición entre dos momentos clave en su desarrollo. Si bien en los últimos 20 años los países de ALC han avanzado en la prevención y control de las deficiencias nutricionales, se observa un rápido incremento en la prevalencia del sobrepeso y la obesidad que afecta a toda la población sin importar su condición económica, su lugar de residencia o su origen étnico.
La coexistencia del hambre, la desnutrición, las deficiencias de micronutrientes, el sobrepeso, la obesidad se debe, entre otras causas, a la falta de acceso a una alimentación saludable que provea la cantidad de nutrientes necesarios para llevar una vida sana y activa. El crecimiento económico y la mayor integración de América Latina y el Caribe en mercados internacionales ha ocasionado cambios en los patrones de alimentación: se observa una disminución de preparaciones culinarias tradicionales basadas en alimentos frescos, preparados y consumidos en el hogar, y una presencia y consumo cada vez mayor demanda de productos ultraprocesados con baja densidad de nutrientes pero con alto contenido de azúcares, sodio y grasas. Este cambio en el patrón alimentario ha contribuido a la persistencia de la malnutrición en todas sus formas y a la disminución de la calidad de vida.
Este escenario requiere de un análisis profundo de la sostenibilidad y pertinencia nutricional del sistema alimentario vigente; que tome en cuenta el crecimiento demográfico, las demandas que impone la vida urbana, la capacidad de compra de los hogares, la conveniencia y las preferencias culturales de la población, y que proponga estrategias innovadoras que aseguren que todas las personas, en particular la población pobre y quienes viven en situación de vulnerabilidad tengan acceso a una alimentación sana, nutritiva y suficiente durante todo el año.
En 2015, culminó un exitoso periodo de reducción del hambre y la malnutrición, al alcanzar la meta 1C de los Objetivos de
Desarrollo del Milenio (ODM) y disminuir a la mitad la prevalencia de subalimentación.
Ese mismo año, la comunidad internacional ratificó la Agenda 2030 y los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), una de cuyas metas es la erradicación definitiva del hambre y la malnutrición en todas sus formas antes del año 2030. Además, en el año 2016 la Asamblea General de las Naciones Unidas proclamó el Decenio de Acción sobre la Nutrición 2016-2025, con el objeto de situar a la nutrición en el centro de la Agenda 2030 y promover la cooperación respecto a la seguridad alimentaria y nutricional en todo el mundo.
América Latina y el Caribe se adelantó al resto del mundo, al establecer su propia meta, aún más exigente, mediante la
Iniciativa América Latina y el Caribe sin Hambre y el Plan para la Seguridad Alimentaria, la Nutrición y la Erradicación del Hambre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), en la cual los países se comprometieron a erradicar el hambre en 2025, cinco años antes de la meta acordada en los ODS.
De manera similar, al aprobar el Plan de Aplicación Integral sobre Nutrición Materna, del Lactante y del Niño Pequeño, los países de América Latina y el Caribe se comprometieron a reducir significativamente la desnutrición, el sobrepeso y la anemia y aumentar la prevalencia de la lactancia materna antes del año 2025.
Tanto en la agenda mundial de desarrollo como en la regional se destaca la importancia de poner en práctica enfoques intersectoriales y establecer una coordinación efectiva entre actores para cumplir con las metas de desarrollo. En este marco, las dos principales agencias internacionales dedicadas a la agricultura, la alimentación, la nutrición y la salud han aunado sus esfuerzos para caracterizar de forma amplia e integral la seguridad alimentaria y nutricional y plantear soluciones integradas.
Así, por primera vez la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y la Organización
Panamericana de la Salud/Organización Mundial de la Salud (OPS/OMS) se han unido para editar conjuntamente el informe más importante sobre el estado de la lucha contra el hambre y la malnutrición en la región: el Panorama de la Seguridad Alimentaria en América Latina y el Caribe.
Esta edición del Panorama se describe la situación de la seguridad alimentaria y nutricional en América Latina y el Caribe, poniendo especial énfasis en el estado nutricional y su importancia para lograr el desarrollo económico y social de la región.
Esta publicación es el primer paso, de una serie de esfuerzos coordinados entre la FAO y la OPS para poner fin al hambre, lograr la seguridad alimentaria y mejorar de la nutrición y promover la agricultura sostenible, de suerte que nuestros Estados Miembros puedan alcanzar el Objetivo 2 de los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
Esperamos que este esfuerzo también sirva de motivación a los gobiernos, las agencias internacionales de desarrollo, los donantes, el sector privado, y la sociedad civil de coordinar acciones para poner fin al hambre y la malnutrición.
Raúl Benítez
Representante Regional para
América Latina y el Caribe
Organización de las Naciones Unidas para la
Alimentación y la Agricultura (FAO)
Dra. Carissa F. Etienne
Directora de la Organización
Panamericana de la Salud (OPS) –
Directora Regional para las Américas de la
Organización Mundial de la Salud (OMS)
Publicado por:
la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura y la Organización Panamericana de la Salud
Santiago, 2017
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