Recolectando más experiencias de productores orgánicos,
nos encontramos con dos que nos demuestran que la agroecología – agricultura
sin agregados químicos- es totalmente posible incluso de manera extensiva y
obteniendo importantes rindes.
Estas nuevas historias tienen su base en la provincia de
Buenos Aires y rescatan el valor de poder cultivar en forma orgánica,
respetando la salud de las personas y el medio ambiente.
El resultado son productos con sabores auténticos y duraderos, como los de
antes.
¿Cuál es el “secreto” del éxito de estos productores
orgánicos? Mejorar la estructura física del suelo y respetar los procesos de la
naturaleza utilizando técnicas de agricultura tradicional
y no invasivas para el suelo, quien es considerado un “ser vivo” por lo cual
necesita tener una buena salud para producir más y mejor.
La
sabiduría oriental aplicada a la tierra
Alejandro
Sasaki, descendiente de japoneses, produce en su parcela de 40 hectáreas ubicada
en la localidad de Monte Grande, 80 toneladas de arroz con muy buenos
rendimientos en forma natural, sin utilizar ningún tipo de producto químico.
Además,
este productor cosecha 30 toneladas anuales de hasta sesenta variedades de
hortalizas locales, entre ellas: lechugas, repollos, zapallos, puerros,
remolachas, cebollas de verdeo y papas, y además otras hortalizas orientales
como: bardana, hakusai, nira, pepino, nabo, negi, shiso, pack-choi y satoimo;
todas orgánicas. Asimismo en el rubro agroindustrial elabora salsa, pasta y
queso de soja, también ecológicos.
Comercializa
sus productos “por pedido” y la empresa fija el precio independientemente del
mercado y lo intenta mantener constante durante todo el año. Si bien dice que
es difícil calcular la facturación, estima que el resultado económico le
“alcanza para vivir”, según comentó a La Nación en un alto de su tarea diaria.
Su inspiración proviene del filósofo japonés Okada
(1882-1955) quien demostró que se podía cultivar sin pesticidas,
con beneficio para la salud humana y el cuidado del suelo. “Para
nosotros fue un desafío, y así llegamos a la actualidad, sin utilizar
agroquímico alguno y ofreciendo a los consumidores alimentos saludables y a la
vez nutritivos”, expresó al matutino argentino.
Asimismo, en un cuarto de hectárea se producen semillas.
“Este es un punto fundamental en la agricultura natural, que también exige
certificación de semilla no tratada con fungicidas. Como convencionalmente las
semillas que venden los comercios del ramo están tratadas con productos químicos,
nosotros mismos tenemos que obtenerlas”, explicó el horticultor.
…la
utilización de buen compost para abonar los suelos es central…
Para
Seiki, el trabajo con la tierra es lo más importante y por eso la utilización
de buen compost para abonar los suelos es central, así como el establecimiento
de un circuito biológico en el que interactúen variedades vegetales. Lo más
trabajoso que le resulta de todo el proceso es el desmalezamiento de las
parcelas ya que este debe hacerse “a mano y metro a metro”.
Benito Juárez: menos insumos,
menos gastos = más producción
Un
campo modelo, en la localidad de Benito Juárez, demuestra cómo se pueden
obtener rendimientos similares a los de otros establecimientos vecinos y con
mucha menos inversión. El campo tiene más de 17 años de producción, con un
promedio de trigo de 3.300 kilos en 150 hectáreas plantadas por año y el
promedio de los campos vecinos, en las mismas proporciones, es solo de 240
kilos más.
Sin embargo, la mayor diferencia radica en el costo de los insumos.
“El campo de al lado utilizó aproximadamente 425 dólares de costos en insumos y
nosotros usamos 150 dólares”, explicó el ingeniero agrónomo Eduardo Cerdá, en
un diálogo con La Gran Época.
Para Cerdá, lo que más diferencia a este sistema holístico
es que ven el suelo como un organismo vivo que está compuesto por muchos micro
y macro organismos, y que por ello la ganadería cumple un rol fundamental, ya
que para que el mismo tenga buena salud,
se debe alimentarlo bien, en este caso con el abono del animal.
Este modelo propone que el suelo-al estar bien alimentado-
no tendrá problemas de enfermedades que requieran fungicidas y como el diseño
de los campos propicia la fauna benéfica en los cordones biológicos, tampoco
existirán problemas de insectos.
“Terminamos siendo orgánicos o sin uso de los tóxicos porque no los precisamos… Nosotros lo
estamos contrastando con procesos biológicos”, explicó el ingeniero.
El
modelo agroecológico también adopta como estrategia, en varios campos de la
provincia de Buenos Aires, la implementación de policultivos, es decir mezclas
de cultivos, como por ejemplo avena con vicia, trigo, avena y cebada con trébol
rojo y sorgos con vicia; y además fomenta la rotación de los cultivos.
Insectos buenos vs insectos malos
Otro beneficio de la agricultura orgánica es que al
eliminar los pesticidas dañinos de la ecuación, conserva esas plagas de
depredadores que naturalmente comen otras plagas destruyendo cultivos. Las
mariquitas, por ejemplo, a menudo son utilizadas en la agricultura ecológica
integrada para eliminar pulgones y otros destructores de cultivos. Los métodos
que cubren cultivos convencionales con venenos, matan a los insectos y no es posible hacer sobrevivir a las
mariquitas, eso significa que finalmente prevalecerán los insectos resistentes
a plaguicidas.
Las avispas hembras también son beneficiosas, ya que
sabemos que insertan sus huevos directamente en plagas dañinas como moscas y
pulgones, matándolas en forma natural desde adentro hacia afuera. Aunque
representa una imagen mental un tanto inquietante, las larvas eventualmente
insertadas, a su salida comen la plaga dañina para convertirse en una avispa
adulta. Este proceso representa una forma más natural por la que la agricultura
orgánica puede hacerse cargo de plagas destructoras y sin utilizar productos químicos.
Despejando
el camino, retornando a lo natural
No todo es color de rosa, por supuesto que al principio
estos productores orgánicos se encontraron con grandes desafíos ya que en la
actualidad todo está pavimentado para obtener ganancias a corto plazo con la
“ayuda” de químicos y la competencia es muy intensa.
La agroecología es totalmente opuesta al enfoque
cortoplacista del modelo productivo predominante basado en biotecnología, ya
que mediante la agricultura ecológica
se pueden obtener -en el mediano o largo plazo y con mucho trabajo- más y mejores
rendimientos.
Ecoportal.net
Estela Química
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