El presidente de la empresa será destituido el viernes, según el diario
'Tagesspiegel'
El escándalo por el engaño masivo con el que Volkswagen (VW) trataba de evitar los límites a las emisiones contaminantes
crece día a día. La empresa que en el primer trimestre del año vendió más de
cinco millones de vehículos, cifra que le situó en el trono mundial, ha
reconocido en un comunicado enviado el martes que el software con el que
trataba de engañar a las autoridades medioambientales sobre las emisiones de
sus coches diésel podría afectar a 11 millones de automóviles en todo el mundo.
Hasta ahora, la cifra que se manejaba era los 482.000 vendidos en EE UU.
Las revelaciones de los últimos días ya han tenido
sus primeras consecuencias económicas. Después de que VW se dejara el lunes en la Bolsa de Fráncfort un 18,6%, los títulos de la compañía perdían a medio día del martes más del 20%.
La compañía con sede en Wolfsburgo, cuya capitalización bursátil ascendía el
viernes a 77.800 millones, ha perdido en solo dos días 26.450 millones. Además,
acaba de anunciar la provisión de 6.500 millones de euros por las posibles
pérdidas. Una cifra que parece optimista a la luz de las últimas revelaciones.
El presidente de VW, Martin Winterkorn, ganó hace
cinco meses el pulso por el poder con el patriarca de la empresa y nieto del
fundador, Ferdinand Piëch. Pero ahora es Winterkorn el que está en una
situación insostenible. Todo estaba preparado para que este viernes se le
prorrogara su contrato durante dos años. Pero el escándalo mayúsculo, que
amenaza con dañar la fama no solo de Volkswagen sino de toda la industria
automovilística alemana, puede acabar con su carrera. El diario Tagesspiegel,
que cita fuentes del consejo de supervisión, informa que Winterkorn será
sustituido el viernes por el jefe de Porsche, Matthias Müller.
"Investigaciones internas muestran que
el software estaba presente también en otros vehículos diésel
del grupo", señala el comunicado de la compañía, dueña de otras marcas
como Audi, Skoda, Seat o Porsche.
Alemania, Francia, Italia y Corea del Sur ya han anunciado que revisarán los vehículos
para conocer el alcance del fraude. La Comisión Europea, por su parte, ha
señalado este martes que es prematuro establecer "medidas de vigilancia
inmediatas" en Europa tras las revelaciones de que Volkswagen falsificó
los controles. Volkswagen se defiende diciendo que abordará las investigaciones
con la máxima transparencia y que no tolerará ninguna violación de las leyes.
El sistema que Volkswagen implantó en sus vehículos era capaz de
detectar el momento en que los coches estaban siendo sometidos a pruebas por
parte de las autoridades. Este sistema espía llevaba un mecanismo interno de
limitación de gases contaminantes que permitía al vehículo superar la prueba.
Una vez terminada, el mecanismo se desactivaba y el vehículo liberaba al
exterior gases contaminantes durante su uso cotidiano.
“La hemos cagado por completo”, dice el jefe de Volkswagen en EE UU
"Pagaremos lo que tengamos
que pagar", señala en su primera aparición en público tras el escándalo
El jefe de Volkswagen en Estados Unidos, Michael Horn, pidió
disculpas insistentemente y de forma expresiva por el escándalo de las
emisiones de sustancias contaminantes de sus coches de gasóleo que estalló el viernes de la semana pasada y se comprometió a recuperar la
confianza de los consumidores estadounidenses.
"La hemos cagado por completo", dijo
tras admitir el engaño: "Hemos sido deshonestos con la EPA [la agencia de
protección medioambiental], hemos sido deshonestos con el consejo de la ARB [la
agencia que se ocupa de la calidad del aire en California], hemos sido
deshonestos con todos ustedes", señaló Michael Horn.
"Tenemos que arreglar los coches para
evitar que esto vuelva a suceder y tenemos que hacer esto bien. Este tipo de
comportamiento va totalmente en contra de nuestros valores", argumentó el
lunes por la noche en Brooklyn (Nueva York), en la presentación de una nueva
versión del modelo Passat en un evento en que la estrella del rock Lenny
Kravitz era la estrella invitada.
Horn y otro ejecutivo del grupo cancelaron
una entrevista con periodistas acordada previamente y rechazaron contestar
preguntas en la primera aparición pública de un alto ejecutivo de Volkswagenen
Estados Unidos desde que estalló el escándalo. La EPA y la ARB de California
informaron el viernes de que Volkswagen había instalado un dispositivo en más
de medio millón de coches para hacer trampas en los controles de emisiones de
partículas contaminantes.
El mayor fabricante de automóviles de
Europa se enfrenta a miles de millones de dólares en posibles multas, posibles
acusaciones penales para sus ejecutivos y un golpe de imagen que arruina sus
planes para reactivar las ventas en EE UU. El Departamento de Justicia de Estados
Unidos está llevando a cabo una investigación criminal, según dijeron
funcionarios familiarizados con la investigación.
Más
contaminación
La compañía vendió versiones diésel de
automóviles Volkswagen y Audi con un software que activa los controles de contaminación
completos solamente cuando el coche está siendo sometido a pruebas de
emisiones. Durante la conducción normal, los coches contaminan 10 veces a 40
veces los límites legales, dijo la EPA.
Los modelos afectados incluyen versiones
diésel del Passat, así como el VW Beetle, Jetta y Golf. El Audi A3 también está
siendo investigado. El mes pasado, los modelos diésel representaron el 23% de
las ventas de la marca VW en EE UU, según un comunicado de prensa de la
empresa.
La cotización de Volkswagen se hundió este
lunes en la Bolsa de Fráncfort hasta su mínimo en tres años, con una caída cercana al 20% en
la sesión que supuso una pérdida de valor de unos 15.600 millones de euros.
Alemania investigará
a Volkswagen por falsear sus emisiones en EE UU
La
Justicia estadounidense abre también una investigación por posible conducta
criminal de la compañía
El engaño diseñado por los ingenieros de Volskwagen
para evitar los límites a las emisiones de gases tóxicos en una amplia gama de
coches diésel vendidos en Estados Unidos se convirtió ayer en una tragedia para
la empresa. Sus acciones se desplomaron un 18,6% en la Bolsa de Fráncfort y la
compañía se vio obligada a dejar de comercializar vehículos diésel de sus
marcas Volkswagen y Audi en Estados Unidos. El Gobierno germano anunció que
investigará si la compañía ha manipulado las pruebas de emisiones en Europa y
la Justicia de EE UU abrió una investigación por posible conducta
criminal.
En un breve y categórico comunicado, el Ministerio
de Medio Ambiente alemán anunció que se reunirá con el presidente de
Volkswagen, Martin Winterkorn, y dijo que espera que la empresa coopere con las
autoridades estadounidenses. Un portavoz ministerial señaló que el Gobierno ha
pedido más información tanto a Volkswagen como a otros fabricantes alemanes,
aunque precisó que no hay indicios de que otras compañías germanas hayan
manipulado las pruebas de emisiones.
La Agencia de Protección Ambiental de Estados
Unidos (EPA, en sus siglas en inglés) acusó el pasado viernes a Volkswagen de
haber manipulado las emisiones de 482.000 vehículos diésel que se vendieron en
ese país, una denuncia que puede obligar a la empresa a pagar una multa máxima
de 18.000 millones de dólares (16.000 millones de euros) si el engaño es
llevado a los tribunales y si la compañía es encontrada culpable. “No esperamos
que la sanción vaya a alcanzar su nivel máximo posible”, afirma Óscar
Rodríguez, analista del Banco Sabadell.
El Departamento de Justicia de EE UU investiga
ahora también a Volkswagen para determinar si hay una conducta penal en el
escáldalo de las emisiones, según Bloomberg. Sin embargo, como se vio en el
caso del defecto en el sistema de arranque de los modelos de General Motors,
que costó la vida a más de un centenar de personas, este tipo de asuntos se
suele cerrar con un pacto al margen de los tribunales, informa Sandro
Pozzi. El portavoz de la Casa Blanca, Josh Earnest, dijo que el Gobierno está
“bastante preocupado” por este asunto.
El software que Volkswagen
implantó en sus vehículos era capaz de detectar el momento en que los coches
estaban siendo sometidos a pruebas por parte de las autoridades.
Este sistema espía llevaba un mecanismo interno de
limitación de gases contaminantes que permitía al vehículo superar la prueba.
Una vez terminada, el mecanismo se desactivaba y el vehículo liberaba al
exterior gases contaminantes durante su uso cotidiano.
“Esperamos que los fabricantes aporten información
fiable para que las autoridades competentes puedan verificar si ha habido
manipulaciones en Alemania o en Europa”, recalcó Andreas Kübler, portavoz del
Ministerio de Medio Ambiente. Poco antes, su homólogo de Transportes señaló que
no descarta que Volkswagen haya cometido el mismo engaño en otros países de
Europa.
“Está claro que es un acontecimiento terrible, pero
estoy seguro de que la empresa lo explicará rápidamente y reparará los daños”,
aseveró el ministro de Economía, Sigmar Gabriel. Volkswagen anunció el domingo
la suspensión de la venta en EE UU de vehículos con motores TDI, diésel de
cuatro cilindros, usados en sus modelos Golf, Jetta, Passat y Beetle, pero
también en el A3 de Audi. La empresa no especificó cuántos coches se verán
afectados por la medida, pero recordó que ha puesto en marcha una investigación
exhaustiva y que cooperará plenamente con las autoridades de Estados Unidos.
A las investigaciones en EE UU y Alemania se
unió ayer la anunciada por Corea del Sur, que también revisará los coches. El
país asiático concretó que inspeccionará los vehículos a partir de mediados de
octubre para comprobar que no ocultan sistemas para falsear el control de
emisiones contaminantes. Otras naciones podrían seguir sus pasos en las
próximas horas.
El escándalo, que puede arruinar la buena imagen de
uno de los orgullos de la industria germana en el mundo, ha causado indignación
en Alemania. Varios expertos han exigido la renuncia de Winterkorn, a quien
hacen responsable del escándalo.
“Es una catástrofe de imagen para Volkswagen”, opinó Ferdinand
Dudenhöffer, uno de los mayores especialistas del sector en una entrevista con
el diario Frankfurter Rundschau. “Martin Winterkorn debe
renunciar a su cargo, porque él o sabía de la manipulación, o no estaba
enterado, lo que significa que no controla lo que sucede en el grupo”,
apostilló.Winterkorn, que logró en abril pasado sobrevivir a un ataque del
patriarca de la compañía, Ferdinand Piëch, por su mala gestión en el mercado
estadounidense, tenía planeado presentar el próximo viernes al consejo de
vigilancia de Volkswagen sus propuestas para reestructurar el consorcio y
mejorar sus ventas en Estados Unidos. Pese a esta situación, Volkswagen
desbancó a la japonesa Toyota como primer fabricante de coches en el primer
semestre del año, con 5,04 millones de unidades vendidas en el mundo.
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