viernes, 29 de enero de 2016

Misterio ronda en torno a masiva muerte de ballenas en la costa de Chile - Lorena Guzmán H.

Más de 300 cuerpos de ballenas fueron descubiertas en la costa chilena en 2015, convirtiéndose en uno de los mayores eventos de muerte masiva de cetáceos en el mundo. Su causa aún se desconoce.


Parte de los estudios realizados a los cuerpos en el lugar fueron mediciones de las estructuras para determinar la especie de las ballenas.

En abril pasado, una expedición científica en el Golfo de Penas, en el extremo sur de Chile, dio con algo que no estaba buscando: cerca de 30 cuerpos de ballenas muertas. Dos meses después, tras un sobrevuelo en la zona –cuyos resultados fueron dados a conocer hace solo unas semanas–, ese número subió a 337, lo que lo convirtió en el evento único de mortandad de ballenas y el más grande descubierto hasta ahora. La causa y los detalles de este evento aún se desconocen.

Vreni Häussermann, bióloga de la Centro Científico Huinay hizo el primer hallazgo y lo denunció al Servicio Nacional de Pesca y Acuicultura de Chile (Sernapesca). Un mes después, la institución reunió a un grupo de científicos de distintas instituciones para organizar una visita al sitio con el objetivo de extraer muestras en busca de respuestas.

Así, en mayo partió la misión a bordo de un buque de la Armada de Chile. Encontraron 29 cuerpos frescos más otros esqueletos con data de muerte anterior.  De entre los primeros, se pudo trabajar con 22 animales, pero solo a dos de ellos se logró hacer una necropsia, lo que no permitió llegar a una causa de muerte concluyente.

Al mes siguiente, Vreni Häussermann junto a Carolina Simon Gutstein, paleontóloga de la Universidad de Chile, encabezaron un sobrevuelo en la zona –con fondos del Programa de Becas Waitt de la Sociedad National Geographic –, en el cual hallaron el resto de los cuerpos. Así se llegó a la cifra de 337 ballenas muertas. Tras el análisis de fotos, videos y puntos de GPS obtenidos, todo indica que las muertes ocurrieron antes de abril de 2015.

Actualmente, Sernapesca está organizando una nueva visita, posiblemente durante este mes, para llegar por mar a las zonas sobrevoladas. En el último taller de rescate de cetáceos de la Comisión Ballenera Internacional, realizado el mes pasado en San Francisco, Estados Unidos, la institución solicitó ayuda técnica y logística para estudiar el evento.

El apoyo externo es necesario no solo por la magnitud del hecho, sino también por lo alejado e inhóspito de la zona. Ubicado a más de 1.600 kilómetros al sur de Santiago,  lejos de zonas habitadas y con una geografía abrupta que únicamente permite el acceso por mar, el sitio a donde llegaron los cuerpos de las ballenas es casi inaccesible.

A ello se suma las dificultades que impone el estado del tiempo, con tormentas extremas y un mar que muchas veces impide la navegación. La expedición de abril estuvo en tierra solo dos días, luego debió partir para huir de una tormenta. Esto, unido a la geografía dominada por montañas fue la responsable de que los científicos no avistaran el resto de las ballenas muertas.

“Es el evento de mortalidad masiva de cetáceos misticetos mas importante a nivel mundial y, si está involucrada solo una especie, podría resultar desastroso”, asegura Mauricio Ulloa, encargado nacional de la Unidad de Rescate y Conservación de Especies Protegidas de Sernapesca.

Solo los eventos de los años 1999 y 2000 ocurridos en el Pacífico Norte –que sumaron unas 600 ballenas– se acercan a la dimensión de esta catástrofe.  Aún así, hay diferencias. Además de ocurrir separados en el tiempo, también cubrieron una zona que comprendió desde Alaska hasta México. En tanto que en febrero de 2015 vararon casi 200 ballenas en Nueva Zelanda, un número alto, pero bastante menor al ocurrido en Chile.


Las necropsias que se realizaron sirvieron para encontrar rastros de la toxina de marea roja en dos de los cuerpos. Crédito: Sernapesca

¿Qué las mató?

Determinar la causa de muerte de las ballenas es muy difícil, coinciden los expertos. Por ejemplo, nunca se supo qué paso en los eventos del Pacífico Norte.

En el caso chileno, no solo la geografía y el clima juegan en contra, también lo hace el tiempo. Mientras más meses pasan, más difícil será determinar si la muerte se originó por marea roja, desnutrición o intervención humana, explica Rodrigo Hucke, cetólogo de la Universidad Austral y uno de los científicos consultados por Sernapesca.

La primera y principal sospechosa en esta muerte masiva era la intoxicación por marea roja –o afloramientos de microorganismos venenosos–, dado que, por la posición de los cuerpos, se determinó que las ballenas llegaron muertas a la costa y no vararon vivas.
“Hubo dos  muestras positivas de veneno amnésico y de paralizante. Si bien esta es una evidencia indirecta, no hay certeza científica de que la marea roja haya sido la causa porque no es representativa”, asegura el experto. 

Otra opción que se barajó, fue la posibilidad de la intervención humana en los decesos. Para ello se tomaron muestras de la bulla timpánica, una parte del oído que permite determinar si, por ejemplo, las ballenas estuvieron expuestas a ruidos como los producidos por ejercicios militares. Esto también fue descartado, dice Hucke.

El consumo de plástico, la presencia de bacterias o la desnutrición –que se detecta en el grosor de la capa de grasa– quedaron fuera de revisión porque los cuerpos estaban demasiado deteriorados para buscar sus huellas. Pero lo que sí se pudo determinar por medio de la genética –del ADN de las “barbas”– es que la mayoría pertenecen a la especie sei, la tercera ballena más grande del mundo y que está en peligro de extinción.

“Si la mayoría son efectivamente sei, sería algo muy grave. Sabemos muy poco de su historial de vida, donde se alimentan y reproducen, y tampoco tenemos estimaciones de su población”, dice Rodrigo Hucke. Incluso, pudiendo identificar la especie –además de las edades y sexo– “no sabremos cuánto pool genético se perdió”.
Incluso cuando se logre echar a andar la próxima expedición,  lo más probable, coinciden los expertos, es que por la descomposición de los cuerpos no se logre dar con la causa de muerte, pero sí esperan obtener muestras genéticas para determinar las especies de ballenas afectadas.

Por Lorena Guzmán H. | 5 de enero de 2016
http://www.scientificamerican.com/espanol/noticias/misterio-ronda-en-torno-a-masiva-muerte-de-ballenas-en-la-costa-de-chile/?WT.mc_id=SAES_ESPWKLY_20160106

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