Haciendo un alto en el camino a la selección de casos de éxitos sobre los que escribo en otras ocasiones, hoy quería haceros partícipes de mi tesis doctoral, que presenté el pasado 29 de febrero en la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales de la Universidad de León en el área de Comercialización e Investigación de Mercados, bajo la dirección de los doctores José Luis Vázquez y Ana Lanero.
Justificación de mi investigación
En los últimos años se ha producido un incremento de las demandas y expectativas de la sociedad en relación al papel de las universidades, lo que las obliga a responder a múltiples desafíos frente a los diferentes stakeholders con los que se relaciona. En este contexto la Responsabilidad Social de las Universidades (RSU) ha pasado a representar un elemento clave, pese a la presunción de una misión social intrínseca de las universidades porque vista la escasa mentalidad responsable y asumiendo que muchos de esos empresarios y clientes han sido formados en universidades, se debe promover la responsabilidad social desde las propias instituciones educativas para intentar atajar en el origen estos comportamientos. No obstante, hay que tener en cuenta que el concepto de RSU proviene de uno más amplio la Responsabilidad Social Corporativa (RSC) por lo que es fundamental conocer su origen y evolución. Por otra parte, el establecimiento de controles de calidad en todas las universidades ha registrado un notable crecimiento a partir de la implantación del Espacio Europeo de Educación Superior (EEES). Asimismo, esa calidad del servicio se encuentra siempre ligada a la satisfacción del estudiante como antecedente del mismo, y logrando mejoras en ambos, se obtendrán universidades de confianza y una mejor experiencia universitaria.
Objetivos y resultados
Teniendo en cuenta lo anterior, el principal objetivo de esta tesis fue proponer un modelo de RSU basado en las percepciones de los estudiantes y analizar su utilidad para predecir las tres dimensiones de la experiencia universitaria, conocidas como calidad del servicio, satisfacción y confianza.
Por su parte los objetivos secundarios fueron:
· Hipotetizar la relación entre las tres dimensiones de la experiencia universitaria.
· Analizar la relación de la percepción global de la RSU como antecedente de la experiencia universitaria.
· Identificar los factores que definen las percepciones de los estudiantes con respecto a la RSU.
Desde este encuadre, el interés de la presente investigación se centró por una parte, en la contribución científica a la materia de responsabilidad social de la universidad, dado el carácter incipiente de este ámbito de conocimiento. Para ello, se ofreció un marco teórico relevante a partir de la responsabilidad social de las empresas como referencia teórica, para posteriormente desarrollar la transformación paralela que ha sufrido la Universidad, contexto de esta investigación, y finalmente conceptualizar la responsabilidad social de las universidades y el estado actual de los modeles e investigaciones en el área. Por otra parte, se definieron, matizaron y aclararon las dimensiones de la experiencia universitaria concretadas en términos de calidad del servicio, satisfacción y confianza, así como las relaciones entre todas ellas en virtud del contexto descrito. A partir de todo ello, se propuso un modelo de RSU desde la perspectiva estudiantil que es validado a partir de los datos obtenidos de una encuesta de autoinforme realizada a estudiantes de últimos cursos en una universidad española, detallándose los correspondientes análisis descriptivos, factoriales y de ecuaciones estructurales encaminados a analizar la influencia de la percepción de la RSU en la mejora de la experiencia universitaria.
Conclusiones e implicaciones
Los resultados de la investigación desarrollada apoyan lo planteado teóricamente en el modelo de investigación, en referencia a que una estrategia en materia de RSU puede y debe funcionar como una ventaja competitiva que ayude a los estudiantes a decidir entre instituciones, llegando a considerar la RSU como sinónimo de calidad y experiencia satisfactoria y, por tanto, inspirando un sentimiento de confianza en la misma. Dichos resultados confirman la conveniencia de reforzar el trabajo de la gerencia institucional en la articulación de una estrategia de comunicación y divulgación de la RSU a sus estudiantes. Con todo, las universidades han de valorar la posibilidad de trabajar más en profundidad la parte comercial, divulgando las acciones de responsabilidad que realizan, y acotándolas bajo el nombre de RSU para evitar confusiones, con el objeto de motivar al alumnado a sentirse como parte de una universidad responsable centrada en sus stakeholders. Esta situación provocará la generación de información útil para las estrategias de marketing de la Universidad, las cuales quieren ser vistas como elementos diferenciadores para atraer alumnado y talento profesional mejorando su prestigio y notoriedad.
Del mismo modo, otra conclusión importante de este trabajo es que el área de estudios se convierte en una variable natural de segmentación a la hora de entender la percepción estudiantil con respecto a los impactos universitarios y su importancia en la comprensión de la experiencia universitaria.
Sería un error, por tanto, basar el diseño de la estrategia universitaria en materia de responsabilidad en una orientación genérica dirigida a todos los universitarios por igual, resultando tener más potencial el desarrollo de modelos de RSU diferenciados.
Y por último, trabajar en busca de una mayor homogeneización del conocimiento de los futuros titulados en la materia podría contribuir a mejorar la experiencia universitaria de todos los estudiantes.
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