Un tercio de los alimentos producidos en el mundo no se
come, se tira a la basura. Pero un increíble movimiento social ha conseguido
que Francia apruebe una ley para que los supermercados den a los pobres y a la
gente sin hogar la comida que no se venda. Además, la UE está sometiendo a
consulta nuevas medidas para evitar el despilfarro de comida. Démonos prisa en
conseguir un millón de firmas para enviarle nuestro llamamiento a la UE y al
resto del mundo:
Queridos
amigos y amigas:
Esta es la receta para dar de comer al mundo: dejar de
tirar a la basura una tercera parte de los alimentos que producimos y así
evitar que decenas de millones de niños se vayan cada noche a la cama con
hambre.
Todos los ingredientes están ahí: un maravilloso
movimiento social en Francia acaba de conseguir que se apruebe una ley para que
los supermercados den a los pobres y a la gente sin hogar la comida que no se
venda, la UE está sometiendo a consulta cómo evitar que los supermercados
cancelen grandes pedidos de alimentos que los agricultores y ganaderos ya
habían producido para ellos, y la ONU se está planteando como meta global
reducir el desperdicio de comida a la mitad.
Para preparar bien esta receta hay que tener muy en
cuenta los tiempos. Ya disponemos de una red de políticos listos para poner
sobre la mesa estas medidas, solamente debemos crear un gran movimiento de
apoyo. Démonos prisa en construir una petición de un millón de firmas, mandarla
a la UE antes de que termine el plazo de consultas y trabajar con nuestros
aliados de todo el mundo hasta conseguir las leyes que queremos. Suma tu nombre
y envía esta petición a todas las personas con las que hayas compartido una
comida: https://secure.avaaz.org/es/food_waste_loc/?bnMiibb&v=61708
Durante 15 años, yo mismo y la organización que he
fundado, Feedback, hemos luchado contra el escandaloso nivel de despilfarro de
comida que fomentan los supermercados. En Kenia, descubrimos que se destruye
hasta la mitad de la verdura que se cultiva para los supermercados
occidentales. Dichos supermercados alegan que los productos no tienen el color
o tamaño adecuados o cancelan pedidos enteros cuando ya están listos para su
envío.
He conocido a jornaleros que trabajan por menos de 2
dólares al día que cuentan que, cuando se cancelan los pedidos, no les pagan y
no pueden alimentar ni enviar a sus hijos a la escuela. Algunos agricultores
deben incluso firmar contratos que les prohíben dar esta comida gratis a
aquellos que la necesitan.
En el Reino Unido ya es ilegal que los supermercados
maltraten así a los agricultores. Un organismo regulador tiene potestad para
recibir denuncias anónimas por parte de los agricultores y multar a los
supermercados con hasta un 1% de sus ganancias. De hecho, se está investigando
al mayor supermercado del Reino Unido, Tesco, y ya estamos transmitiendo el
mensaje a los dueños de otras cadenas de supermercados.
La ONU se está planteando como objetivo global reducir
a la mitad el desperdicio de alimentos para 2030, y las oportunidades van
surgiendo una detrás de otra. La UE está llevando a cabo un proceso de consulta
sobre cómo frenar las prácticas de comercio desleal de los supermercados como
parte de un nuevo plan para reducir el despilfarro de comida en el continente.
El Reino Unido y Francia han comenzado a demostrar lo que se puede hacer en
este ámbito, y políticos de Berlín, Bruselas, Madrid y Washington ya están
presionando para lograr cambios. Ahora nos toca a nosotros ofrecerles un gran
mandato público y conseguir las leyes necesarias para terminar con el
desperdicio de alimentos.
Suma tu nombre:
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