sábado, 7 de mayo de 2016

El doble relámpago del Catatumbo - Marcos A. Peñaloza M.



El Relámpago del Catatumbo es un fenómeno meteorológico silente e inofensivo y, debido a su rareza o exclusividad, se puede considerar también como extremo. No hay ningún otro fenómeno atmosférico parecido en el mundo.


Por un reciente trabajo publicado en Journal of Atmospheric and Solar-Terrestrial Physics (2012) nos hemos enterado de que en realidad son dos relámpagos del Catatumbo: uno al sureste del lago de Maracaibo, y el otro un poco más al oeste, muy cerca de la frontera con Colombia; ambos con un promedio superior a los 250 destellos o descargas por kilómetro cuadrado por año, algo así como 28 destellos por minuto, principalmente durante la noche y que se intensifica en los meses de mayo y octubre. Los mínimos anuales ocurren en la temporada seca enero-febrero y los mínimos diarios, de día, con un promedio de cerca de 7 destellos por kilómetro cuadrado por año.

El fenómeno que más se le parece en frecuencia es el que se produce sobre la cuenca del río Congo (África) con cerca de 232 destellos por kilómetro cuadrado por año. Desde hace algún tiempo hemos observado con preocupación cómo el Relámpago del Catatumbo es calificado de fenómeno muy importante debido a su contribución a la recuperación de la capa de ozono y la desaparición de su "hueco", lo que creado falsas expectativas. ¿Por qué? Un relámpago es una descarga eléctrica o rayo que puede ocurrir entre una nube y la tierra, o entre una nube y otra. El Relámpago del Catatumbo se caracteriza, principalmente, por descargas insonoras de nube a nube, y no de nube-tierra; de lo contrario, toda el área ya estuviera superquemada y llena de impactos, por lo menos desde que el primer europeo (Lope de Vega) reportó este fenómeno en 1598 en el poema La Dragontea, y los pobladores de las zonas aledañas padecerían de trastornos auditivos crónicos.


Durante las descargas tipo relámpago/trueno, nube-tierra y/o nube-nube, se libera violentamente una cantidad de energía eléctrica que eleva la temperatura del aire y provoca que su mezcla de nitrógeno diatómico y oxígeno diatómico reaccionen para formar óxidos de nitrógeno. Lo mismo ocurre en los motores de los carros y de los aviones, que contribuyen a la contaminación atmosférica a través de la formación del smog fotoquímico en las grandes ciudades donde el ozono que se forma de día, cuando hay más tráfico terrestre, es uno de sus principales componentes. Estos óxidos a su vez se disocian en presencia de luz solar (fotólisis) para liberar oxígeno monoatómico que se combina con oxígeno diatómico restante y forma la conocida molécula tóxica y maloliente del ozono, constituida por tres átomos de oxígeno. Es lógico pensar entonces que este doble relámpago, cuya mayor actividad es nocturna, no produce indirectamente tanto ozono durante el día, porque de noche, cuando es más intenso, no lo puede hacer por falta de insolación.

Estudios anteriores han demostrado también que la energía liberada en las descargas nube-nube tienen apenas 10% de la energía liberada en las descargas más violentas nubetierra. Por lo tanto, nuestro querido y doble Relámpago del Catatumbo tampoco tiene mucha energía para producir bastante ozono durante el día.

No conocemos ningún reporte que muestre evidencia ambiental alguna, de olor y/o color del aire, que indique la presencia significativa de ozono u óxidos nitrosos en el lugar. Tampoco conocemos medidas in situ de esas especies químicas y no hay una explicación definitiva del fenómeno. Pero esto no es todo. Los truenos y relámpagos ocurren entre 0 y 5 kilómetros de altura. Y aun en el supuesto negado de que el Relámpago del Catatumbo produjera bastante ozono en esta zona tan baja, ¿cómo haría este ozono troposférico para alcanzar el "hueco" y "taparlo"? La capa de ozono se encuentra muy alta, en la estratosfera, entre los 20 y 50 kilómetros de altura.


Estudios revelan que a escala global la cantidad de óxidos nitrosos que se produce en virtud de todos los relámpagos que ocurren en el mundo, segundo a segundo, pueden subir, por convención, hasta la alta troposfera donde ayudan también a producir un poco de ozono, pero éste no pasa fácilmente a la estratosfera, debido a otros mecanismo físicos y químicos que lo impiden.

El Relámpago del Catatumbo no contribuye para nada en la recuperación de la capa de ozono, y decir lo contrario es pura retórica ambientalista, sin ningún fundamento científico, que puede más bien generar un malentendido en perjuicio de la educación o, peor aun, crear un mito. Él continúa esperando que su verdadero misterio sea develado.

MARCOS A. PEÑALOZA-M.
EL NACIONAL - Domingo 21 de Octubre de 2012     Opinión/8


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