El deshielo y el cambio en los
patrones de lluvia están provocando la deriva de los polos norte y sur.
El polo norte está en fuga. A pesar
de que puede desplazarse hasta 10 metros durante un siglo —y a veces volver a
su lugar de origen—, recientemente ha dado un giro brusco hacia el este. Si
bien el cambio climático es el responsable más probable, los científicos están
debatiendo cuánto afecta el deshielo o el cambio en los patrones de lluvia en
el espíritu del polo viajero.
Los polos geográficos —los extremos
norte y sur del eje en torno al cual gira la Tierra— oscilan a lo largo del
tiempo debido a pequeñas variaciones en la atracción de la Luna y el Sol y,
potencialmente, al movimiento del núcleo y el manto de la Tierra. Pero los
cambios en la superficie del planeta también pueden alterar los polos. Se
bambolean cada temporada al cambiar la distribución de la nieve y la lluvia, y
también a lo largo de largos períodos. Hace unos 10.000 años, por ejemplo, la
Tierra se despertó de un congelador y se derritieron las capas de hielo que
tapizaban lo que hoy es Canadá. A medida que la masa de hielo escapaba, y la
corteza deprimida emergía, la distribución de la masa del planeta cambió y el
polo norte comenzó a desplazarse hacia el oeste. Este patrón se puede ver
claramente en los datos de 1899 en adelante. Sin embargo, un reciente zig-zag
en la trayectoria del polo norte (y el movimiento opuesto en el polo sur)
sugiere que un nuevo cambio está en marcha.
Alrededor del año 2000, el polo dio
un giro hacia el este; dejó de ir a la deriva hacia la Bahía de Hudson, Canadá,
y comenzó a ir a lo largo del meridiano de Greenwich, en dirección a Londres.
En 2013, Jianli Chen, geofísico de la Universidad de Texas en Austin, fue el
primero en atribuir el cambio repentino al derretimiento acelerado de la capa
de hielo de Groenlandia. El resultado sorprendió a su equipo. “Si está
perdiendo suficiente masa como para cambiar la orientación de la Tierra, eso es
una gran cantidad de masa”, dice John Ries, colega de Chen en la
Universidad de Texas. El equipo encontró que la reciente pérdida acelerada de
hielo y el aumento del nivel del mar asociado representaron más de 90 por
ciento del último cambio polar. Por supuesto que eso incluye pérdida de hielo
en todo el mundo, pero “Groenlandia es la parte del león de la
pérdida de masa”, dice Ries. “Eso es lo que está causando que el
polo cambie su naturaleza”.
¿Un cambio tan dramático podría ser
tan simple? En un nuevo estudio publicado enScience Advances, Surendra
Adhikari y Erik Ivins, dos geofísicos del Laboratorio de Propulsión a
Chorro de la NASA, creen que otro mecanismo podría estar en juego: los
cambios en la cantidad de agua contenida en los continentes. Como el equipo de
Chen, Adhikari e Ivins compararon los datos recolectados por el satélite delExperimento
de Recuperación Gravitatoria y Clima (GRACE, por sus siglas en inglés)
de la NASA, que mide los cambios en el campo gravitacional de la Tierra, con
las medidas del Sistema de Posicionamiento Global (GPS) del polo norte y sur.
Pero Adhikari e Ivins tienen un par de años de datos adicionales. Ellos también
incorporaron características de pequeña escala dentro del conjunto de datos de
GRACE que están más directamente relacionadas con el almacenamiento de agua
terrestre.
Aunque la causa predominante del
desplazamiento de los polos todavía resulta ser Groenlandia, un reciente
período de sequía que ha invadido Eurasia también está impulsando el movimiento
del polo hacia el este, dice Ivins. Con menos lluvia en un continente a lo
largo del tiempo, comienza a desprender algo de masa y Adhikari e Ivins piensan
que el cambio repentino podría ser el último de una serie de alteraciones en la
deriva que ocurren cada década y que no se ha podido explicar. Eurasia, que era
bastante exuberante hace 10 años, no es el único continente que experimenta una
sequía. “Creemos que esto está sucediendo todo el tiempo”, dice
Ivins. “Es un fenómeno natural que caracteriza todas las series
temporales de rotación de la Tierra desde 1899”.
Los datos no indican si los recientes
cambios climáticos son causados por el ser humano, pero personalmente Chen cree
que el cambio drástico en el polo tiene que ser el resultado de las actividades
humanas. Mientras tanto, Ivins piensa que va a ser capaz de extraer datos del
cambio climático antropogénico de los datos generales en otros seis meses
aproximadamente. Dado que el movimiento polar y la variabilidad climática
parecen estar estrechamente relacionados, los científicos pueden observar los
registros históricos del movimiento del polo (que se remontan a mucho antes de
la llegada de GPS y el satélite GRACE) e identificar los cambios en el clima de
la Tierra. Si esos cambios son menos dramáticos de los que vemos hoy, dice
Ivins, entonces los científicos podrían decir que el calentamiento global tiene
una influencia controladora sobre los polos de la Tierra.
Shannon Hall | 13 de abril de 2016 Investigación y Ciencia
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