EXTRACTIVISMO, RENTISMO Y DEPENDENCIA EN LA “REVOLUCIÓN BOLIVARIANA”
El Arco Minero del Orinoco es parte de la respuesta del
gobierno a la crisis del capitalismo rentista y dependiente. ¿Qué relación
tiene esta cuestión con el proyecto de “desarrollo nacional” que abanderó
Chávez?
La puesta en práctica del proyecto
megaminero con decenas de trasnacionales ha venido a ser un motivo de
diferenciación al interior del chavismo. Entre los que lo avalan, van desde los
que se apoyan en que Chávez lo contemplaba ya, hasta los que sencillamente
argumentan razones pragmáticas de necesidades de recursos (“inversiones
extranjeras”) ante la grave crisis, pasando por la variante absurda de quienes
habiendo apoyado siempre a Chávez, dijeron “Adiós al chavismo” recién hace poco
ante el desastre del gobierno de Maduro, pero ahora avalan el A.M.O. impulsado
por Maduro, dizque como posibilidad de “emancipación” y de iniciar “la
construcción del paraíso en la tierra” (ver aquí).
Los que se oponen van desde los que
argumentan –como nosotros– razones como el entreguismo nacional que implica, la
destrucción de la naturaleza en aras de las ganancias del capital
transnacional, la proscripción de derechos democráticos, hasta los que
sencillamente dicen que el “Plan de la Patria” –el último programa de gobierno
de Chávez– fue falsificado, y que fue en ese trance conspirativo donde apareció la
justificación de este proyecto y todas las derechadas que en materia económica
viene tomando el gobierno chavista actual (ver aquí y aquí).
En el plan de gobierno presentado por Chávez
Venezolana de Televisión se ha
encargado de aclarar algo: este proyecto no es idea original de Maduro,
Diosdado o Padrino López, sino del propio Chávez. En su empeño por vender como
positivo el proyecto, la publicidad oficial en algo ha dicho la verdad: en 2011
–cinco años atrás– el presidente Chávez planteó y explicó su idea de un “Arco
Minero del Orinoco” (ver videos aquí y aquí).
Las alocuciones presidenciales
tienen continuidad en el programa de gobierno (“Plan de la Patria”) presentado
por Chávez a mediados de 2012 para las elecciones presidenciales. Hay que
querer mucho mantenerse aferrado a una idealización de Chávez para buscar
explicación en una macabra “falsificación” de ese programa, estando Chávez en
pleno ejercicio y habiéndolo presentado él directamente.
La explotación minera en territorios indígenas y el Plan de
la Patria
La muy dura lucha del pueblo Yukpa
de la Sierra de Perijá, encabezado por el cacique Sabino Romero, por la
recuperación de sus territorios, se desarrolló durante años en vida y gobierno
de Chávez, y esa lucha tiene relación, entre otras cosas, con la idea de la
explotación minera en territorio de los pueblos originarios, que es parte de
los objetivos “de desarrollo” planteados en el “Plan de la Patria”.
Allí se lee textualmente:
3.1.15. Desarrollar el poderío
económico utilizando los recursos minerales.
3.1.15.1. Aumentar las reservas de minerales a nivel nacional.
3.1.15.2. Ubicar los nuevos yacimientos minerales en el Escudo de Guayana, Sistema Montañoso del Caribe, Cordillera de los Andes y Sierra de Perijá (...)
3.1.15.3. Duplicar las reservas minerales de bauxita, hierro, coltán (niobio y tantalita), níquel, roca fosfórica, feldespato y carbón con la certificación de los yacimientos ubicados en el Escudo de Guayana, Cordillera de los Andes, Sistema Montañoso del Caribe y la Sierra de Perijá (...)
3.1.15.8. Incrementar la producción de oro y diamante actualizando tecnológicamente las empresas estatales de oro existente, conformando empresas mixtas (...)
3.1.15.9. Conformar empresas mixtas para la explotación y procesamiento de bauxita, hierro, coltán (niobio y tantalita), níquel, roca fosfórica, feldespato y carbón (...)
3.1.15.1. Aumentar las reservas de minerales a nivel nacional.
3.1.15.2. Ubicar los nuevos yacimientos minerales en el Escudo de Guayana, Sistema Montañoso del Caribe, Cordillera de los Andes y Sierra de Perijá (...)
3.1.15.3. Duplicar las reservas minerales de bauxita, hierro, coltán (niobio y tantalita), níquel, roca fosfórica, feldespato y carbón con la certificación de los yacimientos ubicados en el Escudo de Guayana, Cordillera de los Andes, Sistema Montañoso del Caribe y la Sierra de Perijá (...)
3.1.15.8. Incrementar la producción de oro y diamante actualizando tecnológicamente las empresas estatales de oro existente, conformando empresas mixtas (...)
3.1.15.9. Conformar empresas mixtas para la explotación y procesamiento de bauxita, hierro, coltán (niobio y tantalita), níquel, roca fosfórica, feldespato y carbón (...)
Por eso chocó el gobierno también
con los Pemón en el sur, en Bolívar, llegando al punto extremo de tensión en
febrero de 2013, cuando estos desarmaron
y apresaron a 43 militares.
Un hecho que demostraba, como decíamos, que el gobierno se llevaba mejor con
las transnacionales mineras que con los pueblos originarios en lucha. El
argumento entonces era la “nacionalización” del oro, que no contaba con los
pueblos originarios, pero sí con el capital transnacional:
“Pero con quien sí se sienta el
gobierno a conversar amablemente y negociar es con los capitales
transnacionales interesados en la explotación del oro (…) Desde hace varios
años la transnacional rusa Agapov, a través de Rusoro Mining explota dos minas
de oro en el mismo estado Bolívar, además de tener una empresa mixta junto con
la Empresa de Producción Social Minera Nacional, adscrita al Ministerio de
Industrias Básicas y Minería (MIBAM)”.
El callejón sin salida del nacionalismo burgués
Desde la LTS y desde la agrupación
juvenil Barricada!, venimos coincidiendo, directa o indirectamente, en la lucha contra el A.M.O., con compañeros y compañeras que vienen del chavismo, o
que aún se reivindican de este proyecto, así como, obviamente, con
compañeros/as que no vienen del chavismo. Nos parece importante que, al tiempo
que coincidimos en esta lucha en común, podamos discutir, dialogar políticamente,
precisamente sobre qué relación guarda este proyecto al que nos oponemos, con
la idea de “desarrollo” que enarboló Chávez.
Queda claro que la asociación con
el capital transnacional en empresas mixtas para explotar junto con estas los
recursos de nuestro subsuelo –petroleros, como en la Faja, o minerales, como en
el Arco Minero–, no es creación propia de Maduro, no es algo que no estuviese
contemplado ya en la política de Chávez. Es cierto, sin embargo, que la manera
en que se aplica hoy esta orientación, en el caso del A.M.O., tiende a resignar
niveles de pugna y regateo con que se movió Chávez en su momento, tiende a ser
más complaciente con los capitales –y más autoritario con los de abajo. Se
puede especular, claro, sobre si estando hoy Chávez al frente de la actual
crisis, dado su liderazgo y peso en la vida nacional, no hubiese ido tan rápido
en la entrega en las condiciones leoninas en que lo hace Maduro. Sin embargo, es materia de
especulación.
La clave es comprender que la gran
crisis económica con que lidia Maduro, y a la que responde de esta manera, es
en buena medida una herencia, producto de la debacle del proyecto de “desarrollo
nacional” que gestionó Chávez durante largos años. Estos retrocesos en los
niveles de soberanía nacional que el propio chavismo había logrado, estas
derechadas económicas –algunas de claro tinte neoliberal–, tienen que ver con
el callejón sin salida a que condujo ese proyecto cuando se agotan las
condiciones económicas y políticas que permitieron el ciclo “nacionalista”.
Las bases para el nacionalismo que
pudo sostener Chávez eran débiles, no eran el fruto de algún cambio estructural
en la relación del país con el sistema imperialista, ni de una transformación
en las relaciones de propiedad al interior del país, en fin, de una verdadera
revolución social. Por eso, ha bastado la fuerte crisis de los precios del
petróleo –y la enorme fuga de capitales (permitida) todos estos años– para
mostrar lo condicionada que estaba esta política soberanista.
Su idea de “desarrollo” era convertir la renta petrolera
en capital, con el Estado como articulador de
esta operación para la acumulación de capital nacional. Eso contaba con
conseguir una burguesía “productiva y nacionalista” a la cual transferir la
renta para la “industrialización” y “diversificación de la producción”, así
como con la asociación del Estado –dueño de parte de la renta– con capitales
imperialistas “amigos” y “aliados”. Por eso, a pesar de tanta retórica
“socialista” y “revolucionaria”, nunca impulsó una verdadera la lucha
revolucionaria de los trabajadores y el pueblo para expulsar al imperialismo y
acabar con la dominación social de la burguesía.
El resultado es que el “desarrollo
nacional” quedó en promesa, no se diversificó la producción sino que somos más
dependientes de la renta petrolera, y cuando esta ya no fue suficiente, el
gobierno, en lugar de afectar las propiedades e intereses del capital
imperialista (“el ladrón extranjero”) o la burguesía (“el ladrón nacional”),
optó por endeudarse más y buscar más capitales foráneos.
En vida de Chávez, a partir de la
crisis de 2009-2010 –que fue leve, en comparación con la actual–, se comenzó un
proceso de acelerado aumento del endeudamiento nacional y búsqueda de nuevos
acuerdos de inversión extranjera. Maduro, con la crisis económica en mucha mayor
escala, y con la gran debilidad política que implica la ausencia de Chávez, ha
dado un salto en estas políticas que han sido el “destino” de los proyectos de
“desarrollo nacional” burgués en nuestra región cuando fracasan: volver a
disciplinarse a las imposiciones del capital imperialista. El Arco Minero es
parte de eso.
Jueves 6 de octubre
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