Dos estudios ayudan a conocer las raíces de la
solidaridad y la colaboración como fruto de la evolución
¿Son los chimpancés capaces de comportarse de forma altruista?
¿Viven con naturalidad comportamientos como la solidaridad o el sacrificio por
los demás? Los científicos llevan mucho tiempo estudiando la posibilidad de que
los grandes simios sean capaces de mostrarse generosos con sus congéneres,
incluso sin recibir nada a cambio, para tratar de saber si hay un instinto
solidario que se desarrollara como estrategia evolutiva. Por ejemplo, poner a
prueba a los chimpancés para comprobar si premiarán a otro por su esfuerzo
incluso a costa de su propio beneficio. O si son capaces de arriesgar su vida
por algo tan abstracto como una futurible expansión del territorio del grupo.
"La tendencia a involucrarse en comportamientos que suponen
un coste, dirigidos a beneficiar a otros, es un componente central de la
cooperación humana. Este estudio demuestra que también en los chimpancés
Dos estudios publicados esta semana señalan importantes claves
sobre las raíces de la generosidad en estos grandes simios y quizá también en
humanos. En una serie de experimentos, un grupo de investigadores puso un reto
a los chimpancés: podían colaborar y ser generosos con otro compañero o sacar
tajada sin pensar en el otro. Colocados frente a frente (ver vídeo), uno de los
dos chimpancés podía accionar un mecanismo que le permitía conseguir piezas de
comida mientras el otro se quedaba sin nada. Pero también podía accionar otro
mecanismo que le daba a su vez dos opciones al segundo chimpancé: con una
cuerda, puede conseguir comida solo para él y nada para el otro; con la otra,
puede repartir estos premios tanto para él como para el otro chimpancé.
En distintas variantes del experimento, los chimpancés se
mostraron generosos con el compañero, más cuanto más riesgo había corrido con
su decisión. De este modo, los científicos comprobaron que estos simios
reconocían el esfuerzo y la generosidad de su compañero, que pudiendo sacar
tajada sin correr riesgos escogían la incertidumbre de que el otro chimpancé
les devolviera el gesto. A lo largo de los distintos experimentos, el segundo
chimpancé tendía a premiar esta actitud incluso cuando suponía una pérdida para
sí mismo. Es decir, llegaban a sacrificarse en favor del otro para reconocer el
valor de su decisión. Esta actitud solidaria se mostraba al margen de si los
animales mantenían buena relación entre ellos o si apenas se conocían.
Cooperación
humana, altruismo animal
"La tendencia a involucrarse en comportamientos que suponen
un coste, dirigidos a beneficiar a otros, es un componente central de la
cooperación humana. Los resultados del presente estudio demuestran
experimentalmente que en algunas circunstancias los chimpancés también están
motivados para proporcionar beneficios a congéneres", concluye el
estudio, publicado en PNAS,liderado por Michael Tomasello de la
Universidad de Duke y realizado por investigadores del Instituto Max Planck de
Antropología Evolutiva. "Los chimpancés son capaces, por lo tanto, de
involucrarse en interacciones recíprocas materialmente costosas comúnmente
consideradas únicas de los seres humanos", añaden.
Tras 20 años de observaciones, los científicos han descubierto que
todos los chimpancés se sacrifican participando en las peligrosas patrullas
A este estudio le acompaña en la misma revista científica otro trabajorealizado fuera del laboratorio, con chimpancés salvajes,
analizando una de las actividades colectivas más peligrosas: las patrullas
fronterizas que realizan en los límites de su territorio. Los chimpancés
realizan a menudo estas incursiones beligerantes, que duran unas dos horas, y que suponen una gran carga
de estrés. En estas razas es común que haya un encuentro violento con el
enemigo, chimpancés de un clan rival, y en algunos casos supone la muerte o heridas muy graves para algunos individuos. Por eso, apuntarse a una de
estas patrullas supone un importante sacrificio personal por el bien del grupo,
para mantener a raya al enemigo y, poco a poco, ganarles territorio, recursos y
hembras.
Para analizar si lo hacen por simple solidaridad o por interés
personal, los investigadores liderados por John Mitani de la Universidad de
Michigan revisaron 20 años de observaciones sobre las incursiones del grupo de
chimpancés de Ngogo, en Uganda. En total, contaban con el detalle de los
miembros que formaron parte en 284 patrullas, información que cruzaron con
datos genéticos para saber cuántos familiares en el grupo. Los científicos
resaltan que el sacrificio es completamente transversal entre los machos del
grupo en edad de entrar en combate: cada uno de ellos participó de media en un
33% de las incursiones. Más importante es que el índice de participación no
variaba si tenían familiares, descendencia directa o linaje materno en el
grupo, lo que supondría que el sacrificio se realiza con el objetivo egoísta de
proteger sus propios genes. Los chimpancés sin familia patrullaron
prácticamente lo mismo que los demás.
Los investigadores concluyen que, por tanto, este sacrificio
solidario se realiza por el bien futuro del colectivo. Sería una muestra
altruista, pero que también supone un hipotético beneficio particular a la
larga. Las batallas entre chimpancés —que son unos animales muy territoriales— terminan
determinando qué clan se queda con las hembras. Así, si lo más decisivo para el
éxito reproductivo de un chimpancé es el acceso a una pareja, ganar esa
competencia con grupos rivales es fundamental para lograr descendencia.
"Los machos soportan el coste a corto plazo de patrullar incluso cuando
tienen poco que ganar de inmediato porque el patrullaje aumenta el tamaño del
grupo, aumentando las posibilidades de reproducción futura del macho",
concluyen Mitani y su equipo.
Los autores proponen que se preste más atención a los beneficios
directos a largo plazo que obtienen los individuos al vivir en colectivos
grandes al colaborar para aumentar el tamaño del grupo
Estos dos estudios, sumados, contienen claves interesantes para
conocer el sentido de la solidaridad como estrategia evolutiva en los
chimpancés, primos hermanos de los humanos. El grupo de Mitani cree que es
importante para comprender cómo los animales, incluidos los humanos,
"solucionan el problema de la cooperación que plantea la agresión entre
grupos y otras formas de acción colectiva". Y proponen que se preste más
atención a los beneficios directos a largo plazo que obtienen los individuos al
vivir en colectivos grandes al colaborar para aumentar el tamaño del grupo.
"Es probable que surja como consecuencia una comprensión más profunda de
los múltiples beneficios directos que los individuos acumulan al cooperar con
otros". Por su parte, Tomasello considera que el hallazgo de sus experimentos
"sugiere que algunas de las motivaciones clave cruciales para la
cooperación humana pueden tener raíces filogenéticas más profundas de lo que se
sospechaba anteriormente".
21 JUN 2017 - 07:59 CEST EL PAIS
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