Cairns,
Australia, abril (IPS) –
Las
condiciones meteorológicas extremas se vuelven norma a gran velocidad.
Así lo confirman las dos semanas de calor estival que cayeron sobre Canadá y
Estados Unidos cuando el hielo y la nieve del invierno aún no se habían
marchado.
En
este mes de marzo buena parte de América del Norte se “cocinó” a
temperaturas extraordinariamente altas, que derritieron toda la nieve y el
hielo invernales y batieron por amplio margen los récords térmicos de los
últimos 150 años.
El año pasado, Estados Unidos soportó 14
desastres -inundaciones, huracanes y tornados- que causaron pérdidas de varios
miles de millones de dólares.
Un
nuevo informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio
Climático (IPCC), divulgado el 28 de marzo, abunda en evidencias de que
esos eventos meteorológicos sin precedentes están aumentando en cantidad y
severidad. Y, si se mantiene el actual ritmo de contaminación de gases de
efecto invernadero, alcanzarán grados preocupantes a lo largo de este siglo.
A partir de 1950 se
registraron muchas más olas de calor y temperaturas extraordinariamente
elevadas que en las décadas anteriores.
Esas
manifestaciones seguirán en aumento en los próximos decenios, tal como
la frecuencia de precipitaciones intensas en regiones tropicales y en
latitudes alejadas del Ecuador, sostiene el Special Report on Managing the
Risks of Extreme Events and Disasters to Advance Climate Change Adaptation
(Informe especial sobre el manejo de riesgos de eventos extremos y desastres
para promover la adaptación al cambio climático), conocido por sus siglas en
inglés SREX.
Esa
jornada especialmente calurosa que se presenta una vez en 20 años, a
fines del siglo XXI ocurrirá cada dos años en la mayoría de las regiones,
excepto en las situadas en el Hemisferio Norte y en latitudes lejanas al
Ecuador, donde el fenómeno se produciría una vez por lustro.
También es probable que aumente la
velocidad máxima de los vientos de los ciclones tropicales, mientras cae o
sigue igual la frecuencia de estos eventos en todo el mundo.
Foto: Hrvoje POLAN/ AFP/ Archivo
Las
sequías serán más intensas en el sur y el centro de Europa, en la región del Mediterráneo, en el centro de
América del Norte, en América Central y en México, en el Nordeste de Brasil y
en África austral.
El aumento del nivel del mar, sumado a una
meteorología extrema, hará inhabitables muchos lugares para fines de este
siglo, dijo Christopher Field, copresidente del Grupo de Trabajo II del Ipcc,
que produjo el informe junto con el Grupo de Trabajo I.
Sitios
que ya soportan estos problemas, como los pequeños estados insulares y ciudades
costeras como Mumbai, podrían ser abandonados en las próximas décadas, si
no se efectúan importantes reducciones de las emisiones de gases de efecto
invernadero, dijo Field en una conferencia de prensa.
Ya no se discute que el drástico aumento de
los eventos meteorológicos extremos es una de las señales más claras de que
quemar miles de millones de toneladas de combustibles fósiles ha alterado el
clima mundial de forma permanente.
“Todas
las manifestaciones meteorológicas se ven afectadas por el cambio climático, porque
el ambiente en el que ocurren es más cálido y más húmedo que antes“, dijo a
Tierramérica el científico Kevin Trenberth, del Centro Nacional de
Investigación Atmosférica de Estados Unidos.
Esas enormes cantidades de calor y humedad
atrapados en la atmósfera son un potente combustible para los eventos extremos.
Tiene poco sentido debatir si esta o aquella tormenta fue causada por el cambio
climático cuando todo el sistema meteorológico mundial está alterado, señaló
Trenberth, uno de los autores de los informes del Ipcc.
“El
principal mensaje del informe es que ahora sabemos lo suficiente para tomar
buenas decisiones”.
“El
principal mensaje del informe es que ahora sabemos lo suficiente para tomar
buenas decisiones sobre el manejo de riesgos de desastres relacionados
con el cambio climático. Algunas veces aprovechamos ese conocimiento, pero
muchas veces no”, dijo Field.
En 2010, Guatemala y Colombia estuvieron
entre los más perjudicados por eventos extremos, según el Índice Mundial de
Riesgo Climático, elaborado por la organización no gubernamental alemana Germanwatch.
De hecho, esos países sufrieron más que Rusia, cuya publicitada ola de calor
mató a unas 50.000 personas.
El
Índice analiza los impactos que tuvieron los fenómenos extremos en la
economía y la sociedad en los últimos 20 años.
Entre 1991 y 2010, los 10 países más
afectados en daños materiales y muertes fueron todos del Sur en desarrollo.
Bangladesh, Birmania y Honduras lideran la lista.
“No
hay dudas de que las manifestaciones extremas y los daños han ido en aumento”,
dijo Sven Harmeling, de Germanwatch. Y no es porque simplemente ahora
haya más infraestructura que destruir, declaró Harmeling a Tierramérica
desde Berlín.
Los países están adquiriendo conciencia
sobre los riesgos, pero pocos adoptan medidas para abordarlos, pese a que es
mucho más barato prepararse que recuperarse de un desastre, sostuvo.
Foto: Erika Santelices / AFP/ Archivo
Es
difícil asignar fondos públicos o de donantes para un fenómeno que quizás no
ocurra por muchos años. Sin embargo, un país como Honduras, que en 1998
fue demolido por el huracán Mitch y otras tormentas y lluvias intensas
posteriores, nunca se recuperó, señaló Harmeling.
Bangladesh pudo realizar inversiones
importantes en la prevención, por lo cual sufrió menos daños en los últimos
tiempos, comparó.
El nuevo informe del IPCC es un aporte
significativo, pero tiene lagunas y carece de los últimos hallazgos científicos
que especifican mejor los vínculos entre eventos meteorológicos extremos y el
cambio climático, según Harmeling.
El
estudio recomienda a países y regiones tomar medidas de adaptación de
“arrepentimiento bajo o nulo”, aquellas que requieren inversiones modestas
o moderadas para elevar la capacidad de soportar los riesgos climáticos.
Por ejemplo, poner en funciones sistemas de
alerta a la población sobre desastres inminentes, modificar la planificación
del uso de la tierra y del manejo de ecosistemas, perfeccionar la vigilancia
sanitaria, el suministro de agua y los métodos de drenaje y saneamiento, así
como desarrollar y aplicar nuevas normas de construcción.
Las
conclusiones del Índice Mundial de Riesgo Climático y las recomendaciones del
estudio del Ipcc “deben verse como una señal de alerta”, dijo
Harmeling. Hay que estar “mejor preparados”.
Por
Stephen Leahy
Noticias 24 Publicado el 03 de abr de 2012 4:37 pm |
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