Como si no fuera suficiente el mal que le genera al turismo del estado Mérida la ineficiencia gubernamental con respecto a dar respuesta al aún inexplicable cierre del teleférico, la acción humana sobre el ambiente también tiene lo suyo para con el futuro del turismo regional: el acentuado deshielo de los glaciares, ya anunciado ampliamente en 2008, se incrementará hasta dejar la mayor altura del país sin su característico penacho blanco. No más de 3 años faltarían para ese dramático momento.
Los escaladores
venezolanos ya se despidieron de ellos. La gente joven de Mérida no voltea a
verlos para inspirarse. Los poetas no los tienen como referencia. Son parte de
un paisaje visual pasado, de una Venezuela que se vendía al exterior con todos
los climas posibles.
Son los dos últimos
glaciares de Mérida, el del pico Bolívar y el situado entre los picos Humboldt
y Bonpland, que desaparecerán en los próximos años. Al glaciar del pico Bolívar
le queda corta vida: en año y medio desaparecerá completamente (para 2013); al
situado entre los picos Humboldt y Bonpland, llamado popularmente La Corona, le
resta una década a lo sumo, pues su muerte ocurrirá entre 2018 y 2019.
Así se desprende de
una investigación de Richard Barroeta, geógrafo de la Universidad de Los Andes,
quien implementó técnicas nuevas consciente de bandas para la medición de los
glaciares merideños. Los resultados arrojan datos de mayor precisión que el
sistema tradicional de estudio, que es el análisis de fotografías aéreas o
satelitales. Barroeta utilizó los valores de reflectancia de bandas de las
imágenes satelitales para calcular cuánto han disminuido los glaciares desde
1910. Usó datos y mapas de otros autores de 1972, 2000, 2004 y 2000, y comparó
imágenes satelitales desde 1988 a 2008. “Quedan sólo dos glaciares explica . El
del Humboldt y Bonpland, que está al sureste de la cordillera de Los Andes y no
se ve desde la ciudad de Mérida porque lo tapa la cresta del pico Bolívar. Es
el de mayor extensión, con 16 hectáreas.
Tiene una tasa de
retroceso de 1,8 hectáreas al año. El otro es el del pico Bolívar. La parte
frontal, que da hacia la ciudad, sólo mide una hectárea y tiene una tasa de
retroceso de 0,5 hectáreas al año”. Las partes posteriores de los glaciares
disminuyen a una tasa menor que las anteriores debido a que, dada la
orientación del pico y su pendiente, la radiación solar incide menos.
La próxima
desaparición de estos glaciares se suma a la de los picos Toro y Espejo,
ocurrida a finales de 1920 y entre 1940 y 1950, respectivamente. Unidos,
formaban el único sistema de glaciares de Venezuela, que inspiró la leyenda
indígena de las Cinco Águilas Blancas, que recopiló el escritor merideño Tulio
Febres Cordero. Barroeta también evaluó el cambio climático en Mérida y
concluyó que es una de las causas de la desaparición de los glaciares. A partir
de los datos de 30 estaciones hidrometereológicas del estado andino, determinó
que la temperatura aumenta casi 1º centígrado (0,8º) cada 100 años. “Por ello,
si en 1950 había 300 hectáreas de glaciar, el próximo año habrá menos de 15?,
dice.
“El aumento de la
temperatura del aire y las alteraciones en las lluvias, por escasez o por
abundancia, han ocasionado un retroceso acelerado de los glaciares”, indica en
su estudio. Los efectos ya se sienten, señala Barroeta. En primer lugar, está
el socioeconómico, pues incidirá en la industria de turismo en la zona. “Si ya
no hay glaciar, disminuirá el atractivo de la zona”, afirma.
En el pasado, Mérida
era centro de atracción de escaladores de nieve. Ya no. “En el año 2000 todavía
había nieve en el pico Bolívar. Ya no queda casi nada, sólo roca desnuda. Nada
más queda glaciar en el Bompland, donde hay que subir con herramientas
especiales”. Por otra parte, el cierre del teleférico también ha hecho que se
pierda interés en los picos y este deporte. Otro efecto de la desaparición de
los glaciares se verá en el sistema hidrológico. Existen lagunas de origen
glaciar que son alimentadas directamente por ellos.
“Al disminuir los
glaciares, las lagunas se pueden secar”.
Lo más seguro es que
queden sin agua, y que muchos cauces se llenen sólo en época de lluvia”, dice
Barroeta. Sufrirán algunas poblaciones, como Mucurután, que se alimentan de
esta agua. Todo lo blanco desaparecerá en 2020.
La organización
ecologista Tatuy reportó que, con base en datos de la Facultad de Ciencias
Forestales y Ambientales de la Universidad de Los Andes, en los últimos 30
años la superficie de los glaciares venezolanos pasó de 136.8 hectáreas a
43.1 hectáreas. El presidente del Instituto de Investigaciones Científicas
(Ivic), Ángel Viloria, afirmó igualmente que los glaciares de Venezuela
sufrieron “un deshielo del 70 por ciento en los últimos 30 años”, indicó
el diario caraqueño Últimas Noticias. Estos datos permitieron a
los científicos afirmar que, de continuar aumentando la emisión de gases
invernadero y la deforestación de bosques, “la nieve tiene una esperanza
de vida de 12 a 13 años” en Venezuela. Para no deprimirse
Pese a que los
pronósticos de los científicos son contundentes y sombríos para el futuro
de Mérida en cuanto a la pérdida de uno de sus iconos turísticos (como lo
son montañas cubiertas con glaciares), dicha ausencia no golpeará otros
elementos naturales emblemáticos de la ciudad de Mérida y su entorno. Por
ejemplo .
– Mérida seguirá
teniendo las montañas más altas de Venezuela en la que no sólo destacará
la belleza escénica sino también la posibilidad de practicar
distintas modalidades deportivas.
.- Mérida seguirá
teniendo las temperaturas más bajas del país (debido a su altura sobre
el nivel del mar), aspecto atractivo en un país tropical.
.- Aunque sin
glaciares, las nevadas no desaparecerán como fenómeno natural
JUNIO 10, 2013 by NEWTONJOSE in category AMBIENTE, VENEZUELA tagged as ÁNGEL VILORIA, BONPLAND, ESCALADORES VENEZOLANOS, GLACIAR DEL PICO BOLÍVAR, GLACIARES, HUMBOLDT, INSTITUTO DE INVESTIGACIONES
CIENTÍFICAS, IVIC, MÉRIDA, PICO BOLIVAR, VENEZUELA with 0 and 0
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