Los Veintiocho fijan su posición
común para la cumbre del clima de París de diciembre
Mes a mes se rompen récords de
temperaturas. El agosto pasado fue el más caluroso en el planeta desde que hay
registros (1880), según el último
informe de la Administración Nacional para el Océano y la Atmósfera de EE UU,
publicado el jueves. Un día después de conocerse esta nueva alerta, los 28
miembros de la Unión Europea se han reunido en Bruselas para fijar su posición
negociadora común para la próxima
cumbre del clima de París. La UE pide reducir a la mitad las
emisiones mundiales de CO2 para 2050.
Este viernes ha habido acuerdo. "Por
unanimidad", ha destacado la ministra española de Medio Ambiente, Isabel García
Tejerina. Pero el texto final es inconcreto, se quejan las
organizaciones ecologistas.
En el documento de 25 puntos aprobado por los socios de la UE se insta a que las emisiones de gases
de efecto invernadero —causantes según los estudios científicos del
calentamiento global— se reduzcan en todo el planeta al menos un 50% en 2050
respecto a las de 1990. Se trata de una propuesta que está en la línea del
objetivo planteado por el panel de expertos de la ONU (IPCC) para intentar
evitar que la temperatura a final de siglo suba más de dos grados centígrados.
Las emisiones deben estar cercanas a cero en 2100, defiende la UE.
Los 28 Estados miembros han fijado así la
posición común que llevarán en diciembre a la cumbre internacional del clima de
París, donde se espera que se apruebe el protocolo contra el calentamiento
global que sustituirá al de Kioto de 1998. En esta ocasión, se espera que sea
un pacto que suscriba la mayoría de los países del mundo. EE UU y China, los
dos mayores emisores de gases de efecto invernadero del planeta, también
estarán dentro.
Compromisos
voluntarios
El acuerdo de París se construirá sobre la
base de compromisos voluntarios. Es decir, cada Estado se fijará una meta de
reducción de sus emisiones. De momento, 63 países, que representan el 70% de
las emisiones mundiales, han presentado ya sus propuestas ante la ONU. Según
han resaltado ya varios expertos y organismos, los compromisos presentados
hasta ahora no serán suficientes para contener el aumento de temperatura en dos
grados a final de este siglo, sino que se acercaría más a los tres.
El nuevo protocolo, a diferencia de
anteriores pactos climáticos, no se espera que sea para un periodo fijo de
años. "Será para siempre", resalta García Tejerina. De ahí también
que, en su propuesta, la UE pida que los compromisos de cada país se revisen
cada cinco años, ha destacado Miguel Arias
Cañete, comisario europeo de Clima y Energía.
La idea es que esas reducciones de gases se
puedan reformular cada cierto tiempo, aunque siempre al alza. "Hacen falta
reglas claras y transparentes que ayuden a evaluar los compromisos", ha
apuntado García Tejerina.
Europa ya se había comprometido a que en
2050 sus emisiones caigan entre un 80% y un 95% respecto a las de 1990. La
propuesta que lanzan para el resto del mundo es menos ambiciosa. Según Arias
Cañete, el objetivo es que el techo máximo de las emisiones se alcance en el
mundo en 2020. A partir de ahí, comenzaría la reducción, que tendría que llegar
al 50% en 2050 respecto a 1990.
La ministra de Medio Ambiente de
Luxemburgo, Carole Dieschbourg, ha resaltado que el acuerdo de los 28 es
"fuerte y responsable". Esto permitirá, dice, que Arias Cañete tenga
una "voz fuerte" durante la reunión de París. "No resolveremos
la crisis migratoria o la crisis de pobreza sin resolver la crisis
climática", ha argumentado Dieschbourg. Polonia, el país con una economía
más dependiente del carbono y normalmente el más reacio a las políticas de
clima, también se ha sumado al pacto.
WWF ha aplaudido el mensaje lanzado por
Europa. Sin embargo, esta organización cree que falta concreción sobre la forma
en la que Europa llegará a reducir sus emisiones un 40% en 2030. O cómo se van
a articular la dotación al llamado Fondo Verde, que a partir de 2020 deberá
contar con 100.000 millones anuales, aportados por los Estados.
García Tejerina ha afirmado también que la
propuesta europea incluye la petición de que los países que no están dentro de
los llamados desarrollados aporten a ese fondo. Se trataría, según la ministra
española, de naciones como China o Sudáfrica.
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