Los hábitats naturales de América Latina y
África serán los más alterados por el desarrollo
La población mundial alcanzó los 7.000 millones en 2011. En julio pasado ya éramos 300 millones más. Las previsiones de la ONUestiman que en 2050 la cifra llegará hasta los 9.700 millones de humanos
sobre el planeta. Además, el crecimiento poblacional no es solo cuantitativo.
En países emergentes como China, India o Brasil, la clase media no deja de
crecer. A poco que se cumplan los objetivos de desarrollo del milenio, muchos
más verán mejoradas sus condiciones de vida. Pero el desarrollo humano tendrá
su coste: al menos otro 20% de los hábitats naturales que quedan tendrán que
ser sacrificados.
Partiendo de la población actual y futura, un grupo
de investigadores de la organización The Nature Conservancy y varias universidades
norteamericanas han estimado el impacto que tendrá tanta nueva gente en los
recursos naturales del planeta. Los científicos proyectaron hacia adelante los
actuales niveles de urbanización, agricultura o uso de energía para determinar
qué regiones y hábitats serán los más amenazados por las crecientes necesidades
alimenticias, energéticas o de nuevos espacios urbanos de los humanos.
Descontando la Antártida, el 76% de la superficie
terrestre aún se puede considerar en estado natural, según publican los
investigadores en PLoS ONE. El porcentaje es optimista, ya
que incluye al resto de extensiones heladas del planeta, como Groenlandia. Sin
embargo, en las próximas décadas, los hábitats naturales tendrán una merma
significativa. Según este estudio, 19,68 millones de Km2 de
tierras hoy vírgenes o semivírgenes serán alteradas por los humanos. En una
extensión así cabe casi toda Europa, incluida la Rusia europea.
El estudio analiza nueve grandes sectores cuyo
crecimiento es inevitable si se quiere atender las necesidades de una población
mundial en ascenso. Entre estosladrones de tierras está el
acelerado proceso de urbanización. Un fenómeno que tardó siglos en Europa y
América del Norte, se está desarrollando en el resto del planeta en décadas. En
2030, las áreas urbanas habrán crecido en un 185%, según esta investigación.
Otro sector de impacto directo en la naturaleza es
la agricultura. Ya sea por la extensión de los biocombustibles o para atender
unas necesidades alimenticias al alza, para mediados de siglo, los cultivos
habrán crecido un 50% respecto a su extensión actual. La minería presenta un
porcentaje de crecimiento similar.
Los investigadores se detienen en particular en los
recursos energéticos. Su análisis es más realista que alarmista. Parten de la
suposición de que el consumo en los países ricos se estancará y será más
eficiente. Pero el desequilibrio vendrá de aquellos que nunca tuvieron luz,
calefacción o coches y quieren tenerlos. Sectores como el de los combustibles
convencionales (petróleo y carbón) y los no convencionales (fracking)
necesitarán crecer entre un 30% y un 50% para atender la demanda. Pero los
crecimientos más espectaculares se darán en las energías renovables. En 2040,
la producción eólica habrá aumentado en un 400% y la solar en un 1.000%.
Pero la gran aportación de este trabajo es la
visión de conjunto. Sobre un mapa mundial, volcaron sus estimaciones para cada
sector e identificar las regiones y ecosistemas más amenazados por esta
acumulación de peligros. "En muchos lugares, solo se consideran los
impactos del desarrollo con un enfoque de proyecto a proyecto, sin tener en
cuenta los impactos medioambientales acumulados", dice en una nota el
geógrafo de The Nature Conservancy y principal autor del estudio, Jim
Oakleaf.
El
mapa muestra el grado de amenaza (bajo en azul y alto en rojo) que el aumento de
población tendrá para los hábitats naturales. / J. OAKLEAF ET AL./PONE
Su enfoque, con una resolución espacial de 50
kilómetros, les ha permitido determinar qué hábitats naturales corren más
peligro. Por grandes áreas geográficas, la peor parte del desarrollo se la
llevarán los ecosistemas de América Latina y África. Los biomas de la primera
perderán hasta 4,32 millones de Km2 de extensión. Pero será el
continente africano, con más de 8 millones de Km2, el que verá
convertidas una mayor proporción de tierras en fuente de recursos para los
humanos.
"Nuestro análisis muestra que las mayores
amenazas acumuladas del desarrollo se solapan con la mayor cantidad de tierras
naturales que hay en América del Sur y África", comenta Oakleaf.
"Aunque muchos otros lugares, como en Asia, vemos grandes riesgos
derivados del desarrollo, estas zonas están localizadas en regiones donde el
desarrollo previo ya ha alterado los hábitats, por lo que no existe un peligro
de conversión de la tierra", añade.
Jim Oakleaf, geógrafo de
The Nature Conservancy
En la actualidad, el 21% de todos los biomas tienen
al menos la mitad de sus hábitats naturales convertidos y un 57%, más de una
cuarta parte. El desarrollo futuro podría provocar que la mitad de todos los
biomas del mundo sufrieran una alteración de más de la mitad de sus hábitats y
todos, a excepción de los bosques boreales y la tundra, tendrán al menos un 25%
de sus tierras en riesgo de conversión, estiman los autores en su estudio.
Huyendo del catastrofismo, los autores creen
posible balancear las necesidades de los humanos que vendrán con las políticas
de conservación. Y su trabajo solo pretende identificar los riesgos y las zonas
más amenazadas por el desarrollo. Como dice Oakleaf: "No tenemos que
elegir entre desarrollo y los recursos naturales, podemos tener ambos. Sin
embargo, las medidas en pro de la conservación deben incluir planes
estratégicos del uso de la tierra y para una mitigación proactiva que anticipen
los conflictos e impactos que permitirían beneficiarnos del desarrollo
manteniendo al tiempo unos sistemas naturales en buen estado tanto para los
humanos como para la naturaleza".
Foto: Tala masiva de árboles en el Amazonas. / RONIE LUIS LEITE (CORBIS)
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Documento: 'A World at Risk: Aggregating Development Trends to Forecast
Global Habitat Conversion'
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